Las claves del Cádiz-Alavés

El ritmo de la Liga sacude a un Alavés todavía en construcción

El sistema fue mutando a medida que el partido y el planteamiento del Cádiz lo hizo. De ese dibujo con tres centrales pasó, ya a la hora de partido, a un dibujo más reconocible. Recuperó la defensa de cuatro y Guridi pasó a ejercer de enganche. Ya en el tramo final, éste retrasó su posición un doble pivote más ofensivo del 4-4-2 final.

Hasta tres fichajes tuvieron de inicio sus primeros minutos como albiazules. Sin muchos fichajes y con claras carencias en algunas posiciones, la apuesta por caras nuevas se antojaba imprescindible. Ahí, la presencia de Guevara parecía clara para dar claridad al equipo con la pelota, pero la apuesta por el sistema de tres centrales permitió también la entrada en el eje de la zaga de Rafa Marín como acompañante de los ya consolidados Abqar y Sedlar. En la derecha, el puesto que más dudas generaba en la previa, el elegido fue Gorosabel. Entró en el once por delante del jugador del filial Joseda, titular durante toda la pretemporada pero que se perdió por enfermedad varias sesiones de la semana. Kike García, con solo un entrenamiento, entró como revulsivo en la segunda parte.

Además de Marín, otros tres albiazules vivieron su debut en la máxima categoría. Abqar y Abde, hace dos cursos en Tercera RFEF, se estrenaron este lunes en la máxima categoría. También Benavídez jugó sus primeros minutos en la Liga, aunque ya sabía lo que es jugar en la élite de Uruguay y Argentina.

La apuesta inicial del técnico, pero también el desarrollo del partido, confirmó que el Alavés sigue en su particular pretemporada. Porque el equipo camina aún a un ritmo demasiado lento. Uno imposible de aplicar en Primera. Una consecuencia lógica del precipitado proceso estival, pero también de la falta de nombres. Quedan aún varios futbolistas por llegar; y esos fichajes, además, apuntan a ser titulares en el equipo. Por eso, la versión de un Alavés algo pesado en sus movimientos, menos fino en las disputas y con un fútbol poco fluido responde sobre todo a esa falta de ritmo y jugadores. El tiempo y el acierto en el mercado dirán si bastaba con sumar esos dos factores para cambiar la imagen y subir el ritmo.

Aunque el equipo sigue arrastrando un problema que ya le penalizo durante muchos tramos del curso pasado. Al Alavés le costó un mundo generar ocasiones de peligro. Miguel apenas pudo imponerse a los defensas del Cádiz, pero tampoco la presencia de futbolistas de segunda línea fue del todo precisa. Con la entrada de Kike el equipo ganó algo de presencia, pero su bagaje fue pobre: de diez tiros, solo dos fueron entre los tres palos.