El Alavés pierde filo en ataque

La de Luis Rioja, que falló el penalti que pudo haber adelantado al conjunto albiazul. Es el primero que desperdicia el capitán después de marcar tres seguidos. El tercero de seis del equipo después de los que erraron Ianis Hagi y Kike García al principio del campeonato –el delantero, con el agravante de hacerlo dos veces, ya que el colegiado lo mandó repetir–.

El atacante sevillano ha igualado su tope de dianas en Primera División, cuatro –tres han sido desde los once metros–, pero flota la sensación de que le está faltando algo para llegar a ser el extremo desequlibrante que necesita el equipo. Es, en cualquier caso, el mejor exponente goleador de una segunda línea albiazul que se queda corta en este apartado.

Del resto, solo Abde ha visto puerta. El Alavés echa en falta la aportación de los Guridi, Ianis Hagi, Álex Sola, Giuliano, Carlos Vicente... Cada cual con sus matices. La temporada del argentino está condicionada por la grave lesión que sufrió en pretemporada, pero hasta el momento no hay ni rastro del punta que firmó nueve dianas en Segunda con el Zaragoza. Cuatro llevaba el extremo maño con el Racing de Ferrol este curso hasta que el club vitoriano le fichó en el mercado de invierno. 19 en dos temporadas en Primera RFEF con los gallegos y el Calahorra, hay llegada ahí; pero en la máxima categoría, de momento, luce como asistente.

Gran centro el que le sirvió a Guridi en San Mamés desde la banda izquierda, pero el centrocampista azpeitiarra se topó con Unai Simón y la maldición particular que le persigue de cara al gol. El suyo es el segundo de esos nombres que en Bilbao reflejaron el déficit alavesista de cara al marco rival. Aunque su caso ya es un 'expediente x'. Antes porque no estaba acertado y ahora porque buenos remates se están estrellando contra la madera, grandes intervenciones del guardameta rival o, como en Bilbao, contra la diosa fortuna –rojiblanca, en este caso–.

La realidad es que esta segunda línea del ataque babazorro suma cinco goles en todo el campeonato, los cuatro de Rioja (tres de penalti, que valen igual pero no tienen que ver demasiado con la llegada de cada uno) y uno de Abde. Los mismos que suma la defensa: dos de Duarte y uno por cabeza de Sedlar, Tenaglia y Gorosabel. Bienvenidos sean, pero cabe exigir mayor producción ofensiva a los futbolistas que actúan en posiciones más adelantadas.

Los arietes, por ejemplo. Tres lleva Kike García, que no están mal para un claro rol de segundo delantero –dos veces titular en las últimas 17 jornadas–, pero, tras hacer un doblete en su segunda aparición como jugador albiazul, únicamente ha marcado un tanto en 23 partidos ligueros. Ocho cuenta Samu Omorodion como albiazul. Buena cifra, pero el melillense experimenta un frenazo en su notable trayectoria goleadora.

Después de su explosión de enero y febrero –cuatro en tres encuentros–, encadena cinco duelos sin ver puerta. 439 minutos, a 17 de su peor racha realizadora en el Alavés. Entonces estuvo siete jornadas sin marcar, entre la 15 y 21, cuando la ansiedad parecía apoderarse de él hasta el doblete de Almería.

Y la sensación de haber perdido incidencia en el juego ofensivo del conjunto babazorro. En San Mamés, por ejemplo, no intentó ni un disparo a portería, bien cubierto por Vivian y Paredes. Es el tercer nombre del ataque albiazul en el derbi de Bilbao. Una pieza importante –determinante durante la temporada– que debe recuperar brillo.