La memoria de Olatz Vázquez, la periodista vasca que se convirtió en un símbolo contra el cáncer
El viudo y la hermana de la joven vizcaína publican «una bellísima obra» que recoge su testimonio vital y fotográfico: «Nos enseñaste que hasta de lo más terrible se puede hacer arte»
«Jamás pensé que diría esto, pero tengo cáncer. Cáncer de estómago. Todavía me cuesta escribirlo, más leerlo, pero sé que es parte del proceso: ... la aceptación y la normalización de vivir con una enfermedad grave (...) Quería compartir este momento con vosotros porque mi mayor inspiración para fotografiar es mi vida, y mi vida ahora es esta». Así contó Olatz Vázquez el 23 de junio de 2020 que sufría un cáncer gástrico. Un mensaje que ilustró con un autorretrato frente al espejo, en el que protegía su mirada con su escudo más valioso: su cámara. Esta periodista vizcaína de 27 años se convirtió en un símbolo de la lucha contra esta enfermedad compartiendo con verdad y valentía todo el proceso. Y, sobre todo, se fotografió mucho. «Me hace enormemente feliz. No quiero dejar de hacer lo que me gusta», decía. Olatz era aficionada a la fotografía desde muy pequeña y seguir con su pasión durante la etapa más dura de su vida le ayudó a reconocerse y a sobrellevar mejor los efectos de la quimioterapia. «Lloro fotografías», defendía.
«He pedido perdón a mi madre por tener cáncer. He abrazado a mi padre, que, frente a una copa de pacharán, se ha echado a llorar»
Su fiel comunidad -reunió a más de 61.000 personas en Instagram y 51.000 en Twitter- lloró su pérdida el 3 de septiembre de 2021. Olatz falleció a las tres de la madrugada, «serena y tranquila», como era ella. Se fue acompañada de su gran amor, Urko, y de sus aitas. «Os lo digo poco, pero os quiero. Gracias por estar», dedicó a sus fieles por última vez el 19 de agosto de 2021, casi a modo de despedida. Ignoraba entonces que ya nadie podría olvidarla. Olatz sigue en el corazón de la gente. Y ahora también en un libro editado por su pareja y su hermana pequeña que recoge su viaje a través de la enfermedad y que llegará a las librerías el próximo 9 de noviembre.
«Ya no lucho por vivir, sino por sobrevivir»
Poco antes de despedirse, dijo a su familia que «no se quería ir, que le quedaban muchas cosas por hacer»... Una de ellas era escribir un libro. Olatz quiso reunir sus autorretratos y testimonios. También todas las reflexiones que escribía en su diario. Pero no llegó a un acuerdo con la editorial con la que contactó. Un sueño que Urko y Enara han hecho ahora realidad tras «muchos meses de trabajo». Un libro que plasma su legado vital y fotográfico en 64 páginas impregnadas de su autenticidad y talento. «Para Olatz, por regalarnos tantos recuerdos que nunca olvidaremos y enseñarnos que hasta de lo más terrible se puede hacer arte», reza la dedicatoria.
«Me gustan mis sueños porque en ellos no estoy enferma»
Ambos han trabajado de forma conjunta para difundir la obra de Olatz como a ella le hubiese gustado. «Hemos seleccionado los autorretratos, decidido cómo maquetarlos... cada uno incluye una reflexión suya y la fecha en la que se sacó cada foto», explica Urko. No ha sido fácil para ellos revivir el dolor de aquellos meses. «Nos ha resultado muy complicado estar cada día viendo su imagen y leyendo los textos que escribía en momentos tan duros, pero al mismo tiempo sabíamos que estábamos cumpliendo con una ilusión que ella tenía y que le hubiese encantado ver este libro. En este sentido, ha sido muy satisfactorio».
«Hoy he cantado en la ducha después de más de un mes. Cuando me he dado cuenta, me he emocionado»
'MINBIZIA, UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ENFERMEDAD'.
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PREVENTA Se puede comprar ya en la página web de la editorial 'Tres Hermanas Libros' y en Amazón.
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EN LIBRERÍAS El próximo 9 de noviembre llegará a las librerías.
Todos los textos que aparecen en el libro los escribió Olatz. En realidad, todos menos cuatro. Su madre, Susana Aurrekoetxea, ha querido dedicarle unas palabras. «Fue tan grande... Días antes de dejarnos nos dijo: 'no sufráis, no quiero que sufráis cuando yo no esté'. Lo siento, cariño, sufrimos mucho, estamos sufriendo mucho porque aprender a vivir con la tristeza inmensa que sentimos no es para nada fácil», relata. También han querido recordarla Pilar Ruiz, presidenta de la Asociación Contra el Cáncer Gástrico y Gastrectomizados; y dos amigas fotógrafas con las que compartió su vocación, Mara Saiz y Mónica Egido. Todas las fotografías de Olatz -alrededor de cincuenta- son en blanco y negro. En realidad, todas menos dos. En una de ellas, aparece con un turbante malva y los labios pintados de rojo en la sala de espera de un hospital. En la otra, camina con su novio por la playa de Aizkorri el día que se hicieron una sesión de fotos para celebrar que ya eran pareja de hecho. «He vuelto a enamorarme de ti como el primer día. Te miro y no me creo lo afortunada que soy de tenerte a mi lado», le dedicó por su cumpleaños a Urko, de quien sin duda hoy se sentiría muy orgullosa.
«La acogida ha sido fabulosa»
Un duro trance personal motivó que Cristina Pineda, fundadora y directora editoral de 'Tres Hermanas Libros', quisiese publicar la obra de Olatz. «Seguí su historia en las redes durante la pandemia. Y 23 días después de que falleciese, mi gran amiga de la infancia murió de un tumor cerebral. Yo estaba sumida en el dolor e interpreté como una llamada del destino que en aquel momento Urko me plantease hacerla este homenaje», recuerda. Por aquel entonces, desconocía que el libro sería un éxito nada más salir a la venta. Se puede comprar desde este martes en la página web de la editorial y también en Amazon. Lo anunció Urko con un mensaje en la cuenta de Instagram de Olatz, donde la noticia fue recibida con «mucha alegría» por parte de sus fieles. También por aquellos que siguieron su historia desde Francia, Argentina, Uruguay, México, Chile... Nunca la dejaron sola y tampoco ahora. «La acogida ha sido fabulosa, hemos recibido muchísimos mensajes, encargos... el número de pedidos no para de subir», celebra Cristina. Y eso que aún faltan 13 días para que llegue a las librerías. «Yo sigo llorando por dentro desde que lo recibí, es bellísimo. Transmite la oscuridad del cáncer, nuestra fragilidad como seres humanos, que la vida puede cambiar en un instante. Pero también la luz que Olatz reflejaba con su cámara. La belleza que consiguió propagar con sus palabras y fotografías». Un viaje a través de su enfermedad que ella recorrió «poco a poco, kilómetro a kilómetro», con su cámara y su gata Niebla, aprendiendo a «aprovechar al máximo cada momento», sin anticiparse. «Muestra al mundo que la felicidad puede residir en el simple hecho de estar vivos y que muchas enfermedades se curarían si se destinase el dinero suficiente a la investigación».
«No quiero palabras de aliento ni de compasión. No quiero que me llamen guerrera, luchadora o campeona. No quiero lazos que tapen cicatrices ni sonrisas que ocultan lágrimas. No quiero abrazos vacíos de sentido ni mensajes escritos sin razón. No quiero más 'valiente' ni más 'seguro que irá bien'. No quiero miradas de condescendencia ni mensajes para el camino. No quiero emoticonos con el puño arriba ni los 'siempre fuertes'. No quiero».
«Nunca quise ser valiente»
Olatz Vázquez
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