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La vitoriana que convierte el barro en piezas para el joyero
La ceramista Marian Corres da forma a pendientes y anillos pero también diseña platos, jaboneras y hasta campanas con forma de neska. Sus Celedones de cerámica se podrán ver en unos días en Fitur
Cuesta imaginar que de los 'ladrillos' de barro de quince kilos que Marian Corres apila en su taller de Vitoria pueden nacer auténticas obras de arte. Desde platos a bandejas salpicadas de colores, jaboneras, jarrones... y piezas de bisutería únicas -ninguna será exacta a la anterior o la siguiente- que prometen dar un toque especial a cualquier 'outfit'. Pero basta escuchar a la ceramista para entender que sí, que es posible que de esa masa arcillosa salgan creaciones tan coquetas como las campanas con forma de neska que tintinean entre sus manos. Eso sí, avisa, «hace falta paciencia, paciencia y paciencia» y así se lo repite a sus alumnos. Entre ellos hay niños y también jubilados.
Marian Corres habla con la experiencia que le dan tres décadas largas de trabajo con las manos en el barro. Unos 23 años, en concreto, en el estudio ubicado en el 'corazón' de la capital alavesa donde se mezclan los pinceles con palillos, moldes y esmaltes de infinitos tonos. Del rosa empolvado a un brillante negro con aspecto metálico. Ella misma, formada en Vitoria en la primera promoción de Artes Aplicadas, especialidad en cerámica, prepara las fórmulas químicas que alumbran los colores que bañan después sus diseños y los de sus pupilos. «Soy incapaz de ponerme con el blanco y negro. Hago cosas que a mí me gustaría tener en casa o que me regalaran. Para mí, no todo vale», cuenta enfundada en una bata azul.
La bisutería es una de las áreas que más satisfacciones le regala. «Te salva una feria», asegura la creadora, que acaba de pasar por la cita vitoriana con la artesanía pero que también lleva su 'stand' por lugares como Valladolid, Ponferrada o Ciudad Rodrigo. Allí vende sus pequeñas estrellas para las orejas, colgantes XXL, anillos multicolores... «Hace muchos años que hago pero voy cambiando los esmaltes, la decoración... Con las cosas del hogar empecé hace menos», comparte. Entre esas piezas, destaca, las jaboneras han arrasado la pasada Navidad.
Ahora, con una de las épocas más intensas del año para su horno ya liquidada, se concentra en la creación de un grupito de Celedones de cerámica por encargo municipal. En una de las mesas de su taller se amontonan las cabecitas con su txapela, las piernas, los torsos... y cuando las figuras estén terminadas lucirán con puro, paraguas, pañuelo y todos los complementos que identifican al aldeano de Zalduondo. Las piezas formarán parte de la expedición del Ayuntamiento de Vitoria a la feria de turismo Fitur que acoge Madrid en unos días y que recibirá a miles de profesionales del sector y también a unos cuantos curiosos. Todos ellos verán sólo el resultado de horas, días de trabajo, desde que Marian Corres carga el bloque de barro.
El material pasa por un molde de escayola y un par de cocciones -antes y después del esmalte- a mil grados antes de tomar su forma final. Cualquier paso en falso en ese camino, desde un escaso secado a una incorrecta mezcla de las fórmulas, puede hacer las creaciones añicos. Un trabajo delicadísimo pero que la experta, anima a sus alumnos y a quienes les pique la curiosidad, no ve «tan complicado».
