El 'pequeño Nicolás': "Cuando me detuvieron, alucinaba"
A pesar de mantenerse recluido, no se olvida de su misión de mantener intacta la unidad del país: "Cualquier institución puede contar conmigo para ayudar a España"
elcorreo.com
Miércoles, 27 de junio 2018, 19:11
El 'pequeño Nicolás' no se considera un estafador: "De momento soy presunto y nadie me ha denunciado. Cuando me detuvieron, no sentí nada en especial, simplemente alucinaba". Eso es lo que le ha dicho a su círculo más cercano, tal y como publicó ayer 'La Razón'. El diario se puso en contacto con los allegados del joven, que rechaza ser considerado como un "cazafotos". "Nunca me he colado en ningún sitio. Siempre he acudido con invitación personal. Lo de impostor es mentira, pero lo de estafador aún más".
A él no le molesta que le califiquen de impostor. "Hay una sola declaración de un empresario supuestamente estafado pero que ha reconocido no sentirse como tal. Intentaron obligarle a que denunciara y no quiso", cuenta un familiar. Él "confía totalmente en la Justicia", que considera de su parte.
Y es que a pesar de mantenerse recluido, Francisco Nicolás Gómez Iglesias no reniega de su misión de mantener intacta la unidad del país. "Cualquier institución puede contar conmigo para ayudar a los intereses de España", le ha llegado a decir a un familiar. Porque él, dice, jamás engañó a nadie. Prueba de ello, el "apoyo tanto de políticos como de empresarios" que perjura seguir manteniendo. Lo mismo cuentan sus amigos: "No echa de menos que no le respalden en público. Muchos de ellos le han mostrado su apoyo a través de mensajes o llamadas. Es normal que no lo defiendan públicamente ahora mismo con la que está cayendo".
Hasta que amaine el chaparrón, él se mantiene en paradero desconocido. "Ni siquiera sus amigos saben dónde se encuentra, sólo habla con ellos a través de mensajes de WhatsApp", aseguran desde su entorno. Lo que salga en los diarios, tampoco le preocupa: "Se toma a risa todo lo que cuentan, porque casi todo lo que aparece en los medios es mentira", dicen sus allegados. Ni siquiera le molesta su nuevo mote, "a todo se acostumbra uno".
Anteriormente le conocían "el Marqués de Prosperidad", al menos entre sus vecinos. Los mismos que aseguran que se avergonzaba de su familia de clase media-baja. Sus parientes, sin embargo, creen la versión del muchacho y le defienden: "Nunca se ha gastado ni 1.000 ni 2.000 euros en una fiesta. Ni mucho menos 20.000 en una sola noche. Es verdad que cuando sale de discotecas suele optar por reservados, como todos sus amigos, pero las botellas valen 100 y la pagan entre todos o a veces invita él. Eso no quiere decir que vaya por la vida despilfarrando". Insisten en que su detención fue "extraña", con asuntos internos de por medio en lugar de la Policía. "Por si fuera poco, no tenían ninguna denuncia en firme".