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Diferentes series del 'tren bala' que cubren servicio en las líneas japonesas de alta velocidad.

El medio siglo del 'tren bala'

Japón inició la era de la alta velocidad y revolucionó el mundo ferroviario con el 'Tokaido Shinkansen'

Mikel Iturralde

Martes, 14 de octubre 2014, 17:51

Pionero de la alta velocidad, Japón asombró al mundo con la puesta en marcha del 'Tokaido Shinkansen', un tren cuya cabeza tractora tenía forma de proyectil -de ahí su sobrenombre-, corría por una línea exclusiva de ancho internacional (1.435 milímetros) y era capaz de superar los 210 kilómetros por hora. Los Juegos Olímpios de Tokio (1964) fueron la tarjeta de presentación del nuevo invento tecnológico nipón, que sacó al país del abatimiento de la Segunda Guerra Mundial, revolucionó su economía y transformó el concepto del transporte y el mundo del ferrocarril. En estas cinco décadas, 'el tren bala' nunca ha sufrido un accidente mortal.

Japón se abría al mundo con los Juegos Olímpicos de Tokio. Necesitaba demostrar que había pasado página y que ya había pagado por los daños de la Segunda Guerra Mundial. Todo debía salir, por tanto, a la perfección. Y, a ser posible, el planeta debía reconocer la capacidad del pueblo japonés para sobreponerse. Nada se dejó a la improvisación. No fue gratuito incluir en el último relevo al atleta Yoshinori Sakai, el "bebé de Hiroshima" (como fue apodado por haber nacido el día y en la ciudad del primer bombardeo atómico de la historia), que portó la antorcha olímpica en el estadio. Por primera vez, los Juegos se televisaban en color y en directo vía satálite para Norteamérica y Europa. También era novedoso que se utilizara la 'cámara lenta' y las computadoras para registrar los tiempos de las competiciones.

Japón intenta la conquista del mundo a través de la tecnología. Para demostrar su potencial, multiplica sus esfuerzos para que el 'Tokaido Shinkansen' se inaugure días antes de la apertura de los Juegos. El país del sol naciente asombra al mundo y revoluciona el ferrocarril. El innovador 'tren bala', que se pone en marcha el 1 de octubre de 1964, es capaz de cubir los 515 kilometros que separan Tokio de Osaka en poco menos de cuatro horas, a una velocidad de 210 kilómetros por hora. El emperador Hiro Hito presidió la ceremonia de inauguración y dio la salida al primer tren. La alta velocidad entraba en la historia.

Japón empezó a trabajar en una línea de alta velocidad durante la Segunda Guerra Mundial, pero la construcción se detuvo en 1943 cuando se acabaron los fondos, necesarios para la actividad bélica. El proyecto se retomó en la década de los 50, pero muchos cuestionaron una idea tan costosa, sobre todo con la expansión de la industria automovilística y aeronáutica. Los ferrocarriles japoneses electrificaron sus rutas principales, pero la velocidad de sus trenes estaba limitada por las condiciones de las vías y por el lento tráfico de carga que operaba en ellas. En 1958, el Gobierno japonés autorizó la construcción de una vía única para trenes de pasajeros, que fueron bautizadas como 'Tokaido Shinkansen' (literalmente nueva línea troncal). Los técnicos nipones reciben ingentes cantidades de dinero (el Banco Mundial concede un préstamo de 80 millones de dólares, en dinero de hoy en día 300.000 millones) para desarrollar un nuevo modelo de tren eléctrico, mientras crea una nueva línea ferroviaria de ancho internacional (la normal allí es de 1.067 milímetros).

Las primeras unidades múltiples, que rápidamente se conocerían como 'trenes bala', entran en servicio en octubre de 1964. La máxima velocidad de 210 kilómetros por hora rompió todos los récords de servicio regular de trenes (estaba en 145 kilómetros por hora en vías estándar) e instantáneamente ganó fama en su país y en el exterior. Para julio de 1967, más de 100 millones de pasajeros habían viajado en el 'Tokaido Shinkansen'. Une la capital japonesa con la mayor ciudad industrial y tiene diez paradas, incluidas Yokohama (el puerto más grande de Japón), Atami, Hamamatsu, Nagoya y la antigua capital, Kyoto.

Largas rectas

El primero de los Shinkansen ('Yume no cho-tokkyu', super-expreso de los sueños, ahora conocido como serie 0) se construyó en las factorías de Kawasaki Heavy Industries y eclipsó a los trenes más rápidos que existían en ese momento. Los trenes circulan siempre que es posible en línea recta, utilizando viaductos y túneles bajo las montañas. Y, cuando se hace imposible evitar las curvas, se utilizan vías con peralte (diferente altura en cada raíl) y un sistema inteligente de amortiguadores para poder seguir circulando a altas velocidades sin descarrilar. Para conseguir mayor agarre y aceleración, la tracción se coloca en los coches intermedios y no en las locomotoras, lo que permite parar muchas veces en su recorrido sin perder demasiado tiempo.

Tres años después, más de 100 millones de viajeros habían utilizado los trenes; en 1976, la cifra alcanzó los 1.000 millones de pasajeros; y, después de medio siglo, se calcula que ha transportado más de 5.600 millones de personas. Aumentos importantes debidos a la extensión de la red de alta velocidad. En 1972, la línea se prolongó otros 161 kilómetros. Alcanzó los 2.387 kilómetros en marzo de 2013. En la actualidad, se construyen otros 776 kilómetros, cuya inauguración escalonada se prevé entre marzo de 2015 y 2035.

La red 'Shinkansen' ha experimentado un continuo desarrollo. Se han fabricado docenas de versiones, y se han abordado y superado aspectos como el ruido en túneles, la vibración, la resistencia aerodinámica, la líneas de más baja demanda (Mini shinkansen), la seguridad frente a terremotos y tifones, la distancia de frenado, los problemas causados por la nieve y el consumo de energía. Del primer modelo en forma de proyectil, se ha pasado en medio siglo a otro que recuerda más a una nave espacial. Y, de las 4 horas, el trayecto se hace ahora en 2.25 horas.

Las 30 primeras composiciones de 12 coches se utilizaron para los servicios de la línea 'Tokaido'. re 1969 y 1970 se añadieron 4 coches a cada uno de los convoyes, para aumentar la capacidad de los trenes. Japón no buscaba sólo superar la velocidad, sino disponer de transportes que absorbieran la gran demanada existente y trasladar al máximo de personas. Al contratista inicial se incorporaron otras firmas, como Hitachi, Nippon Sharyo, Kawasaki Sharyo, Kisha y Kinki Sharyo. En 1975, había ya 64 unidades de 16 coches en circulación entre Tokio y Hakata. Entre 1977 y 1980, se añadieron otras 35 composiciones de 16 coches a la flota. La introducción paulatina de la serie 100 y de la serie 300 relegó a la serie 0 a servicios más lentos.

Modelo japonés

El 'Shinkansen' provocó también investigaciones sobre la alta velocidad en otros lugares, especialmente en Europa. Francia y España están hoy a la cabeza de este tipo de proyectos, que se han desarrollado ya en nueve países. Turquía ha sido el útimo en incorporarse a este selecto club, donde también están presentes con desarrollos propios Corea del Sur, China y Taiwán. La excepción es Estados Unidos, aunque hay propuestas de construir líneas en California y Texas.

El 'tren bala' japonés tiene además el honroso récord de no haber sufrido jamás un accidente mortal. El retraso medio de sus convoyes es de menos de un minuto. Invocar el nombre Shinkansen es simbolizar la pujanza tecnológica de Japón, que desde hace más de cuarenta años, cuando la alta velocidad era un concepto casi utópico en Europa y EE UU, ha permanecido a la cbeza del ferrocarril mundial. De hecho, el Shinkansen Japan Railways es uno de los productos más conocidos de la ingeniería japonesa en todo el mundo.

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