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Si se te quema un plato, échale cerveza

Descubre este y otros trucos que te ayudarán a desenvolverte mejor en la cocina

MIGUEL LLANO

Jueves, 19 de febrero 2015, 01:41

Existen multitus de libros con un sinfín de recetas llenas de medidas, de cálculos complejos en el infinito espacio tiempo, en la línea que va de la nevera al horno, del carrito de la compra al '¿Qué hay para cenar?'

Da igual si uno entiende cada paso de las instrucciones y es capaz de adaptarlo raudo a la realidad de la potencia de sus fogones o tira de calculadora para descifrar el "a fuego medio" cuando en la vitro, entre el 0 y el 9, no hay 10, ni 4,5. Pero hay trucos. Estos son alguno, que no servirán de nada al que nunca lo intente, pero que tal vez puedan llegar a valer un potosí para quien quiera convertirse en un maestrillo. Lean, apunten, fuego.

1. Cebolla para retirar el exceso de sal

¿A quién no le ha pasado que estando escuchando al hombre del tiempo decir que viene el frío, que en Bilbao va a llover, se le ha ido la mano con la sal? Pues bien, para retirar el exceso de sal, debe echarse cebolla cortada en 'cascos'.

2. Cerveza para quitar el sabor a quemado

Vuelven las noticias y de nuevo, lluvia. Y se nos pasa el guiso. No se preocupe, todos vemos al hombre del tiempo con la esperanza de que nos diga que mañana hará sol suficiente como para tener que madrugar e ir a coger sitio en la playa. Cálmese si ese ligero toque a quemado le está llenando la pituitaria. Ábrase una cerveza y agítela un poco (el orden es cosa suya). Y no se la beba, eche un poco de espuma y verá como camufla ese desagradable olor a quemado.

3. Quitar el sobrante de aceite de un guiso

Mejor saber lo que hay que echar, sí, pero a veces, nos pasa que echamos tanto, que el aceite se come el sabor del guiso. En realidad usted ya sabe que el papel absorbente sirve, por ejemplo, para retirar el aceite de los fritos. Haga lo mismo con los guisos, tenga en cuenta que el aceite sobrante, estará en la superficie. Ojo, no se queme.

4. Para montar nata con facilidad

Añada un pizca de sal: Sí, una pizca de sal. Pruebe y nos dice.

5. Otra solución al mismo problema

Para montar nata con facilidad, tenga la nata en la nevera: Sí, en frío la nata se monta mejor. Puede combinarlo con el anterior. ¡Ojo sólo una pizca! Si se pasa, quizás le convenga leer de nuevo el punto número 1.

6. Si no tiene embudo, use un papel enrollado

El embudo es un objeto demodé, no se preocupe si no le combina con el rallador de queso o la aceitera de diseño que nunca emplea. No lo necesita, para una urgencia, enrolle un papel o una cartulina en forma de cono.

7. Separar las claras y las yemas

Una botella de plástico para separar claras de yemas: A veces en la vida uno tiene la imperiosa necesidad de separar la clara de la yema. No se agobie o terminará persiguiendo las partes por el suelo de su cocina. Emplee una botella de plástico vacía, haga succión apretándola y vea como la yema es abducida por su ingenioso artefacto.

Aquí tienes un vídeo sobre cómo hacerlo.

8. Conservar verduras en agua y perejil

Imagínese que usted es un cocinero o una cocinera ordenada. Que prevé, y que prepara para que todo 'vaya por el libro' y que, por lo tanto, ha preparado las verduras con antelación. No permita que se oxiden, guárdelas en agua con abundante perejil. Métalas además en la nevera.

9. Tomillo contra los gases

Un consejo, contra los gases que produce la digestión de algunas verduras, tomillo. Corramos un tupido velo sobre esta cuestión, pero no se corte con el tomillo.

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