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Mercado de Navidad
Vitoria saborea una fiesta pantagruélica15.000 personas atestan la plaza de España en una cita que maridó las viandas con rock en directo, degustaciones y hasta una iniciativa solidaria
Siguiente?, ¿siguiente?, ¿quién va ahora?…». Entre hogazas, tortas, rosquillas y otros contundentes productos de bollería artesanal, los dependientes de Mañeko Viandas Selectas no daban abasto ... para atender a la clientela que se agolpaba este jueves a mediodía en su puesto de la plaza de España. Es una de las estampas que ofreció el tradicional Mercado de Navidad que abarrotó la céntrica explanada con 15.000 asistentes, según las estimaciones de Fundación Vital, promotor de la convocatoria. Lo cierto es que los 10 euros el kilo por los que se anunciaba el pan de pasas y nueces o los 14 de las magdalenas, todos ellos horneados en la sede de esta firma repostera vizcaína, no detuvieron a las hordas de compradores que hacían cola ávidos de manjares para surtir los festines de estas Pascuas. Para las dos de la tarde ya tenían «todo el pan vendido».
Hortalizas, embutidos, conservas, encurtidos, vinos, talos, pintxos, productos de artesanía… No sólo eso colmó el centenar de 'stands' –el 52% de ellos alaveses– del mercado, también las propuestas de animación que salpimentaron la feria: música en directo, bertsolaris, fanfarre, sorteo… Son los ingredientes de una convocatoria que a nivel de público presentó un panorama como el de sus mejores ediciones, aunque el torrente de compradores estuvo más repartido, con asistentes que se acercaron desde primera hora y otros que se quedaron hasta el cierre, apuntó la organización. La tregua de la lluvia y las notas de rock sureño de los vitorianos Bufalo Club redondearon la pantagruélica cita.

La valoración de los promotores fue más que positiva. Porque el objetivo que se perseguía con este variado menú de actividades era, de alguna manera, «ensanchar» el mercado y que más que una simple feria sea «un día festivo» en torno al producto, por ejemplo, al estilo de la bilbaína (y masiva) cita de Santo Tomás. Sin duda el particular cóctel de programación servido frente a la Casa Consistorial fue un éxito de convocatoria –no faltaron la alcaldesa, Maider Etxebarria, y Jon Urresti, presidente Fundación Vital–. Además de los 10.000 calendarios que repartió la entidad organizadora, el encuentro contó con una degustación de pintxos cuya recaudación se destinará al Banco de Alimentos de Álava.
El plantel de chefs de la Escuela de Hostelería Egibide-Mendizorrotza repartió (y agotó) un millar de raciones de dos bocados – 'parmentier' de hongos y castañas con huevo poché, migas y jamón; y garbanzos con berza, rabo, manitas de cerdo y shiitake salteado, ahí es nada– al mínimo de 1 euro que se despacharon a muy buen ritmo. «Hemos traído 500 unidades de cada uno, y estamos vendiendo muchísimo, la gente está siendo muy generosa», agradecía a media mañana Imanol Corres, profesor del centro formativo.
Algunos precios
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Chorizo. 15,8 euros el kilo es el importe al que se vendía en uno de los puestos, que mantenía «los mismos precios que el año pasado».
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Pan. 10 euros el kilo el de pasas y nueces. En el caso de las magdalenas caseras el importe ascendía a 14 euros el kilo.
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Miel. 13 euros el kilo costaba la de brezo, un precio que subía a los 15 euros si se trataba de mielato de roble.
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Espárragos. 6 euros era uno de los precios de latas de media docena.
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Cardo. 6,50 euros es el importe por el que se vendían tres tarros de este producto.
Por segundo año, el mercado se expandió a la anexa plaza de la Memoria, donde se desarrollaron en una carpa media docena de sesiones de maridaje que completaron todas sus plazas. ¿Las combinaciones? Queso y vino; vermú y chocolate; o cerveza y gildas con un precio de 2 euros por persona, colecta que también se dedicará al Banco de Alimentos. Vitoria abrió boca, y vaya si lo hizo, de cara a los ágapes navideños que aguardan en el calendario. El desfile de carros y bolsos era constante, e incluso se vio a compradores cargando con productos en las dos manos y a la espalda.
«En estas fechas la gente tira el dinero por la ventana», comentaban con sorna Carmen Ruiz y su grupo de amigas mientras apoquinaban 26 euros por varios tarros de espárragos y bonito. «Ha costado arrancar pero desde las diez de la mañana hay una barbaridad de gente», celebraba Ismael Jiménez desde el otro lado del mostrador de Conservas del Reino, productor navarro presente en la cita vitoriana «desde hace 28 años». ¿Inflación? «Ha subido el precio del aceite y por eso el bonito está un poco más caro. Pero en los espárragos los mantenemos, con latas desde 2,5 euros hasta 20. Todas con Denominación de Origen Navarra», reseñaba.
Clientela «muy maja y fiel»
Agustín Aguirrezabal (Jamones Mendiola) acumula tres décadas participando en el mercado con sus embutidos, un género «muy bueno» que tuvo también una excelente acogida. Tampoco tiene parangón la miel de Izki que despachó Juan Uriarte (Kapildui Productos Apícolas), que en el caso de la batida se queda «cremosa todo el año».
Una vez más, varios puestos agotaron sus existencias antes de finalizar la cita. Por ejemplo el de Morcillas Montse, que tuvo que bajar la persiana poco después de las 13.30 horas. «Nos ha ido mejor que ningún año. Los compradores nos han dado una buena 'paliza'. Así da gusto», sentenciaba con una Sonrisa Azucena Montejo, productora de Foncea (La Rioja) que expuso «cinco referencias diferentes» de morcilla a precios de entre 6 y 7,5 euros.
Para mediodía, Montse Álvarez recogía las cajas y bolsas de su puesto de Mendialdeko Ogia. Aquí también la clientela arrasó con todas las existencias de bizcochos, bollería, cookies, pan... elaborados en Maeztu, con importes «parecidos» a los del curso pasado. Fijo desde hace años en el encuentro, Pablo Garrido, llegado desde Astorga con un imponente surtido de cecina, chorizo y otros embutidos leoneses, elogiaba a la clientela alavesa como «muy fiel y maja».
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