Vitoria se enreda con el Carnaval
Las comparsas rechazan limitar el desfile a 7.100 personas y esperan una rectificación del Ayuntamiento, que hoy explicará su postura
Se avecina un Carnaval revuelto. Quedan poco más de tres meses para la gran cita en Vitoria, y la situación entre el departamento municipal de ... Cultura liderado por Sonia Díaz de Corcuera (PNV), organizador del multitudinario desfile, y los colectivos participantes no puede ser más tensa. Estos últimos denuncian que la decisión de limitar los asistentes a 7.100 se ha tomado de forma unilateral y que se ha menospreciado su trabajo, y exigen al Ayuntamiento dar marcha atrás. El Consistorio defiende el recorte alegando motivos de seguridad y para garantizar que los desfiles sean viables, una justificación que las comparsas no comparten. Mientras, el tiempo apremia.
Habrá que ver si ante la indignación de los colectivos el Gobierno municipal se abre a cambios. El asunto se debate hoy en el Pleno, donde EH Bildu cederá uno de sus turnos a un portavoz de las comparsas. El PP también ha mostrado su apoyo a los organizadores y ha cargado contra el Gabinete Etxebarria por restringir la participación. En la última edición salieron 7.076 personas, mientras el récord se batió en 2020 con 7.162.
El Ayuntamiento defiende la limitación por seguridad y para garantizar la viabilidad de los desfiles
«La seguridad es una excusa porque la ciudad se paraliza con otros muchos eventos y no pasa nada»
En paralelo al enfrentamiento político y el cruce de reproches, prosigue la cuenta atrás para el masivo festejo. Y las comparsas permanecen a estas alturas «paradas» cuando en cursos anteriores estaban ya en plena organización de los desfiles. «Todavía no se han publicado las bases en el BOTHA. No hemos podido hacer las inscripciones ni pedir los disfraces. Vamos mal, muy mal», lamenta Mari Cruz Pérez, integrante de la comunidad educativa de Carmelitas y portavoz de todas las comparsas. No saben ni cuántas saldrán en 2025, algo básico para calcular la cifra de componentes de cada uno de los grupos. El curso pasado fueron 25, pero para esta nueva edición ya han comunicado su intención de participar dos más: NClic y San Prudencio. En los grupos más grandes (los de colegios o de barrios como Zabalgana o Salburua) han llegado a ser más de 500 personas. Ahora tendrán que dejar a gente fuera. «Va a haber afectados que se lo van a tomar mal, les va a suponer un disgusto. Gente que lleva muchos años saliendo», se duele Pérez.
«El tema de la seguridad es absurdo. Siempre hemos colaborado con la Policía Local y nunca ha habido problemas, eso es una excusa porque la ciudad se paraliza con muchos otros eventos y no pasa nada», ahonda. Hay comparseros que denuncian que el problema obedece a la falta de agentes. El Carnaval se acerca, cabe recordarlo, en un momento en el que efectivos de la Guardia urbana se oponen a reforzar servicios como medida de presión para lograr un aumento de plantilla. Respecto al desfile, fuentes del departamento de Seguridad consultadas por este periódico declinan emitir valoraciones y se ciñen a las explicaciones aportadas por Cultura.
Reuniones tensas
El diálogo con el área de Cultura no está siendo sencillo. Participantes en las reuniones hablan de actitudes inflexibles e incluso ofensivas por parte de representantes de esta área, de imposiciones sin diálogo y de tratar de falsear la opinión de los comparseros en las actas. Ante la polémica generada, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Vitoria (FAVA) pide «un respeto» para las comparsas y su trabajo y afirma que el límite de 400 personas por grupo es «irreal», algo imposible de cumplir si el tope general se establece en 7.100. «El Carnaval en Vitoria es algo muy nuestro, muy de participación ciudadana, y ahora quieren limitarlo sin motivo», zanjan las comparsas.
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