Vitoria descarta reactivar las casas de Uleta pese al órdago de los propietarios
No contempla que el terreno para 294 chalés y pisos se urbanice y admite que las posibles indemnizaciones «están por definir»
El Gabinete Urtaran sigue convencido de que los 294 chalés y viviendas de Uleta no se construirán tal y como están planteados, a pesar del órdago que le lanzaron los propietarios de los terrenos al reactivar el proyecto. El Ayuntamiento mantiene su objetivo de dejar de edificar en suelos que no han sido urbanizados en los últimos 20 años, como es el caso del sector 17, situado entre el Alto de Uleta y la carretera de Lasarte. Así lo refleja la «hoja de ruta» que aprobó este jueves para el diseño del futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el documento urbanístico de mayor rango. Sin embargo, el gobierno local no ha comenzado todavía a negociar con los propietarios y desconoce las contrapartidas que pudiera generar la paralización de esa construcción una vez que se ponga en marcha. Es un pulso a contrarreloj.
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«Mantengo que nunca entraremos en indemnizaciones millonarias. Primero habrá que definir si se generan indemnizaciones con el plan que redactemos. Y si es que sí, si son o no millonarias. Tenemos mucho trabajo por delante», señaló la concejala de Territorio, Ana Oregi (PNV). La teniente de alcalde, una de las personas de mayor peso en el Gabinete Urtaran, se mostró algo menos contundente que en posicionamientos anteriores sobre esos terrenos, pero mantuvo su apuesta por dejar de consumir suelo nuevo. «El actual PGOU les concede derechos (a los propietarios), estamos dando pasos para cambiar eso», apuntó Oregi, quien emplazó al resto de formaciones a analizar «sector por sector» el nuevo plan, con el objetivo de revisar la nueva ordenación de los proyectos urbanísticos ya planteados.
Mientras los propietarios tratan de reactivar la construcción de los edificios al estilo de Ciudad Jardín y chalés unifamiliares para que no les atropelle el nuevo Plan General, el Ayuntamiento tratará de aplicar el documento básico aprobado este jueves en los planos de la ciudad. Es decir, confía en que ese tiempo (en teoría entre ocho y diez meses) no será suficiente para preparar el terreno para la construcción. Una vez solventado el siguiente trámite, el de la aprobación inicial del Plan General, el Ayuntamiento podrá empezar a suspender licencias.
«Se han rebelado»
Los propietarios, por su lado, trasladaron a EL CORREO su interés por entablar una negociación, incluso «hasta que entren a trabajar las máquinas». Lo habitual en estos casos suele pasar por trasladar esos derechos edificatorios a otros puntos de la ciudad, algo que todavía no se ha empezado a analizar. Las principales fuerzas de la oposición (EH Bildu y PP), mientras tanto, criticaron con dureza al gobierno local por su acuerdo con Elkarrekin y, en concreto, por su proceder en la nueva catalogación de los terrenos de Uleta. «Han querido limitar los derechos de los propietarios, que se han levantado contra el alcalde. No podemos entrar en un conflicto ni en líos jurídicos con el PGOU. Eran importantes los acuerdos», afirmó el concejal Miguel Garnica (PP).
El PP advierte de que el Plan General traerá «inestabilidad»
Los grupos de la oposición arremetieron contra el nuevo Plan General, que dio uno de sus primeros pasos con la aprobación de su documento básico. Una vez que el equipo de gobierno (PNV-PSE) pactó las líneas maestras del documento urbanístico con Elkarrekin Podemos, el Pleno que debía resolverse como un mero trámite se convirtió en una constante réplica por parte de los principales partidos ajenos al Gabinete Urtaran: EH Bildu y PP.
La formación popular aseguró que el pacto entre el Gabinete Urtaran y Elkarrekin Podemos se traducirá en «inestabilidad» para el documento que debe establecer las reglas del juego de los futuros proyectos de Vitoria. «Esta fórmula nos trae limitaciones y frustra proyectos ambiciosos y el avance de la ciudad. No mira al futuro», lamentó Miguel Garnica (PP). La formación popular se refiere a tres cuestiones que ha convertido en sus principales caballos de batalla en el Plan General: el proyecto VIAP de Foronda, que ve «paralizado», la ampliación de Mercedes, que también considera «trabada», y la construcción de viviendas y chalés en Uleta, donde cree que se ha generado un «lío» con los promotores.
EH Bildu, por su lado, puso en duda el plan que el gobierno mostró como un «cambio de rumbo», sobre todo en la cuestión de la expansión de la ciudad. «Nueve de cada diez viviendas que están previstas en el actual Plan General se van a seguir construyendo», señaló el portavoz de la primera fuerza de la oposición, Félix González, quien volvió a tachar de «simulacro» la negociación propuesta por el Gabinete Urtaran antes de lograr el apoyo de Elkarrekin Podemos, a quien ve como víctima de un «engaño».
El Gabinete Urtaran mantuvo su discurso de que persigue una ciudad «compacta y cohesionada», y su objetivo de no consumir suelo no urbanizado en los próximos años. «Este documento nos saca de la parálisis del actual Plan General, que es de 2000 y respondía a necesidades de esa época, pero no a las actuales. No han querido aprovechar nuestra mano tendida», señaló la concejala de Territorio, Ana Oregi (PNV), quien invitó a los grupos a poner «las ideas sobre los planos».
