Una de cada cuatro personas que acude a Urgencias de Santiago acaba ingresada

«Estos datos demuestran que a partir de abril ese flujo de pacientes sin un incremento sustancial de la plantilla en las Urgencias de Santiago va a suponer una saturación del servicio», denunciaron desde ESK. A esto se añade, a su juicio, «un incremento brutal de la presión asistencial que va a recaer sobre las espaldas de la plantilla y un deterioro de la calidad asistencial». Los sindicatos temen que si no se contratan más profesionales, «la espera de 8 horas que antes se daba en Txagorritxu ahora se dará en ambas sedes».

Según confirmó el departamento de Salud hace unos días, Santiago reabrirá sus Urgencias con exactamente el mismo equipo que tiene ahora. Dos médicos, tres enfermeras y dos técnicas de cuidados auxiliares de enfermería además de celadores, personal de seguridad y limpiadores cubrirán en tres turnos las 24 horas del día. Al contrario de lo que opinan los trabajadores, Enrique Bárez, gerente de la OSI Araba, defendió que esa plantilla es la «adecuada» para la demanda asistencial prevista a partir de esa nueva fecha. Es decir, ni hay aumento de plantilla ni se prevé que el cambio vaya a suponer una avalancha de pacientes a las puertas de este veterano complejo sanitario del centro de la ciudad.

A partir del día 31 de este mes podrán acudir por su pie a las traseras de Santiago todas las personas que consideren que tienen un problema que requiere de una atención indemorable, algo que desde febrero de 2022 ya no era posible salvo que se tratase de una enfermedad psiquiátrica, oftalmológica o de un paciente frágil derivado por un médico.Es cierto que los vitorianos han interiorizado que los pediatras, ginecólogos, traumatólogos o cirujanos cardiovasculares de guardia están en Txagorritxu y se dirigen allí de manera natural. «La lógica nos dice que el flujo está ya organizado, pero entendemos que si alguien se cae en las cercanías de Santiago y se hace una fractura vaya allí para la primera valoración», trasladaron desde Osakidetza. Los sindicatos, por su parte, reclaman una planificación «con seriedad» para recuperar este servicio tan demandado por la ciudadanía.