

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Horas y horas con las vías sin actividad. Los medios de transporte de Vitoria y Álava propulsados por energía eléctrica, esto es, el tranvía y los trenes, sufrieron este lunes un dilatado corte del servicio como no se recuerda en el territorio. El histórico apagón interrumpió los desplazamientos de miles de personas en las diferentes paradas repartidas por la capital así como en la estación de Dato.
En las carreteras, los vehículos con motor de combustión sí pudieron circular (para los eléctricos fue otra historia), aunque por momentos tuvieron que hacerlo con semáforos apagados y sin pantallas ni máquinas canceladoras. Aunque en general, al caer este incidente en una fecha festiva, ante la ausencia de trayectos de trabajadores y escolares, la provincia se 'libró' de afecciones más graves. En otras capitales, el colapso de los sistemas de metro y de los servicios ferroviarios provocó escenas de caos y largas esperas.
Y es que Vitoria amaneció sin el ajetreo de coches, autobuses urbanos y convoyes de una jornada normal. Con empresas, colegios y muchos comercios de 'puente' por la festividad de San Prudencio, la afluencia de viajeros fue, lógicamente, mucho más baja. Aunque el corte del metro ligero durante cinco largas horas trastocó la rutina de miles de vitorianos que tenían intención de trasladarse desde sus barrios al centro de la capital. Especialmente los de Abetxuko, barrio que sólo cuenta con este medio de transporte público. Fuentes del Tuvisa señalaron que se activó el servicio extraordinario de autocares que está programado en estas situaciones para que el distrito al norte del municipio no se quede aislado.
Tras el repentino apagón, los convoyes del tranvía se quedaron varados en diferentes puntos del trazado hasta que recuperaron el suministro. Fueron cinco largas horas de interrupción hasta que sus dos líneas (Ibaiondo-Salburua y Abetxuko-Universidad) volvieron a estar operativas, confirmó Euskotren sobre las cinco y media de la tarde. En el momento del corte, se procedió a desalojar a los viajeros, aunque no se registraron incidencias, señalaron las mismas fuentes.
Portavoces de la operadora explicaron que desde ETS (Euskal Trenbide Sarea), la sociedad encargada del mantenimiento de este medio de transporte, se trabajó en reparar la infraestructura que 'alimenta' de electricidad el sistema del metro ligero para que pueda volver a funcionar. En concreto, equipos técnicos acometieron labores para restablecer los puntos que proporcionan el suministro externo, situados en Angulema e Ibaiondo.
En el caso del tráfico rodado, semáforos apagados y pantallas y señalización a oscuras desconcertaron de forma repentina a los conductores. Los chóferes de Tuvisa tuvieron que extremar la precaución en las intersecciones, aunque pudieron prestar el servicio, a pesar de tener inactivas las pantallas que indican el tiempo de espera en las marquesinas. Por ejemplo, los convoyes que subían y bajaban de las campas de Armentia iban abarrotados de usuarios.
En el caso del BEI, que sí se alimenta con electricidad, canceladoras y máquinas de venta dejaron de funcionar. De modo que «los servicios se han hecho, pero sin posibilidad de cobrar los billetes», apuntaron fuentes de Tuvisa. Y el resto de autocares eléctricos de la compañía municipal circularon con normalidad, ya que «las baterías no necesitan carga más que al finalizar la jornada». El servicio foral de autobuses Alavabus, por su parte, funcionó «con normalidad» salvo su web, inoperativa por el corte, transmitió la Diputación.
El grave incidente que se investiga dejó sin servicio semáforos y cámaras de gestión de tráfico. En el primer caso, el servicio se fue recuperando «a bastante velocidad» y quedó «normalizada» en su conjunto por la tarde, señaló el Ayuntamiento. La Policía Local reguló el tráfico en la rotonda de América Latina hasta ajustar por completo la coordinación con el paso del tranvía.
En el caso de los trenes de renfe, en la estación de Dato se sucedieron las esperas y colas de pasajeros con maletas. Muchos de ellos turistas que se encontraban de viaje en Álava. El aviso por megafonía del corte de la circulación provocó más de una situación de incertidumbre. «No sabemos absolutamente nada. Puede durar cinco horas o cinco días», informaba una trabajadoras a los viajeros que se agolpaban en la ventanilla.
Tres chicas llegadas en autobús desde San Sebastián verbalizaban esa inquietud mientras buscaban el ferrocarril que tenían previsto tomar a Salamanca. «No sabemos si vendrá o no. En las ventanillas no saben nada. Es una inseguridad total».
En Bizkaia, la situación fue de caos. El metro y el tranvía de Bilbao y los servicios de tren, incluyendo los de Cercanías, quedaron inoperativos, provocando una auténtica avalancha de usuarios en paradas de autobuses y de taxis. Con atascos muchas empresas mandaron a sus trabajadores a casa.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.