URA tramita doce sanciones en Llodio y Amurrio desde 2018 y ha impuesto tres multas

Las autorizaciones que tienen los ayuntamientos de Llodio y Amurrio, concedidas en diciembre de 2017 y septiembre de 2016, respectivamente, para verter residuos al río, tienen en cuenta la situación peculiar de la cuenca y «son más permisivas», apunta Perea, dado que las dos localidades carecen de depuradora de aguas residuales. Esos permisos obligan a ambos municipios a cumplir algunas condiciones para reducir en lo posible la carga contaminante que llega al río. La primera es disponer de una ordenanza de vertidos, que ambos consistorios han aprobado ya.

También deben tener un plan de vertidos y un inventario de lo que llega al cauce, su origen y composición, así como un plan de mantenimiento y mejora de la red. Es en este punto donde ambos ayuntamientos están incumpliendo la autorización. Por esa razón las sanciones ya han empezado a llegar y volverá a haber más multas, cada vez más cuantiosas, mientras no cumplan con ese requisito. Los dos ayuntamientos pretenden atender este requerimiento a través del Consorcio de Aguas Kantauriko Urkidetza. «El programa de control es muy exigente y hacemos un seguimiento semanal de algunas muestras. Además, las entidades autorizadas nos deben presentar análisis realizados por laboratorios independientes», comenta Perea. El objetivo de las sanciones es «recuperar el 100% del coste ambiental», añade el experto.

Llodio tiene autorizados cuatro puntos de vertido, en la confluencia con el río Altube, donde deriva el colector general y tres en Areta, a la altura de la casa rosa, en Gallarreko y en la calle Vitoria. En Amurrio, el número de vertidos autorizado es mucho más numeroso, 27. Están ubicados en el campo de Zamora, puente Zabalibar, en el caserío Olako, en la margen derecha de Abiaga, Gernikako, Errotatxu, Ituarte-Landako, Refor, Larrabe, Berganza y en la zona de las piscinas y del polideportivo. El control de los vertidos hace que cada año se duplique el número de expedientes sancionadores, que ahora se sitúa en unos 450 anuales en el País Vasco.

En la comarca, este año se han formulado 19 avisos. Aunque las redes sociales a veces se llenan de imágenes de denuncia, la manera más eficaz de avisar a las autoridades es llamar al 112. «Una vez recibimos el aviso, comprobamos si es relevante porque, en ocasiones, se producen por condiciones naturales de turbidez u otros fenómenos», aclara Perea. De los 19 avisos recibidos, cuatro han sido relevantes «y en todos hemos identificado a los responsables».