«Cada vez que hay un temporal tenemos la incertidumbre de si podremos volver a casa»
Los bomberos ayudaron a escolares de Asteguieta a volver a sus viviendas. Trespuentes, casi aislado, urge medidas
Aislados, desde sus ventanas contemplaban resignados las secuelas de un Zadorra desbordado a su paso por Asteguieta. No tenían cómo salir de sus casas. Al ... menos, sin empaparse. Dos bloques de viviendas terminaron ayer completamente rodeados por el agua. El nivel llegaba casi hasta la altura de las rodillas. Y la cosa fue a peor a medida que avanzaba la jornada. A primera hora de la tarde el agua empezó a asomarse ya por estos portales, los números 101 y 103. Dentro, las dos únicas familias que decidieron aguantar el chaparrón. Las seis restantes fueron más previsoras e hicieron las maletas ante lo que podría venir. Y llegó.
«No pensábamos que esto iba a llegar a tanto. A la mañana hemos llevado a nuestros hijos al colegio. Nos hemos puesto unas bolsas de plástico en los pies y punto, sin grandes problemas. Pero ahora...», relataba, preocupado, Ahahledada Elwly, que buscaba una solución para cuando sus dos hijos saliesen de la escuela. «No sabemos cuánto va a durar esto, es una incertidumbre. Le he avisado a mi prima para que recoja a mis hijos y estén con ella». Pero no hizo falta. Los pequeños terminaron volviendo sanos y salvos a casa.
Una veintena de alumnos del IES Badaia cancelaron una visita a Santa Catalina por los cortes de tráfico
Los bomberos de Vitoria salieron al rescate de esta familia para permitir el regreso del cole. Cuando el autobús escolar llegó a la parada de la Avenida de Los Huetos, ahí estaban esperando varios miembros del cuerpo para actuar de puente con el que salvar este improvisado río que bajaba con cierta fuerza en la entrada del portal. Primero entró el pequeño, luego la mayor. El padre, que ahora ya sí respiraba aliviado, agradeció la ayuda.
Este rescate resume a la perfección la agitada jornada que vivió ayer el territorio en su decimoctavo día consecutivo de lluvias. El agua fue el amo y señor y condicionó la actividad de muchos vecinos: en Asteguieta, Trespuentes, Víllodas, Durana... La comparativa de las dos imágenes que acompañan esta información, tomadas en este último pueblo, muestran el nivel de las consecuencias: la mitad de un coche queda oculta debajo del agua y las puertas de la vivienda asomadas a la orilla del río.
Los cambios estuvieron ayer al orden del día. «Para ir a Vitoria ahora tenemos que hacer prácticamente un laberinto. Pero no es algo puntual, la preocupación nos invade todos los años cada vez que llueve con intensidad. Y como rompan otro ribazo podemos volver a vivir lo que tuvimos en 2002, con zodiacs de los bomberos navegando por la carretera», advertía Juan de Guerrero, presidente de la Junta Administrativa.
«Parece el día de la marmota»
Trespuentes, otro de los puntos calientes cuando la lluvia es protagonista, tampoco se libró. Los principales accesos quedaron anegados, sucumbidos ante el Zadorra. Y los vecinos no ocultaban su malestar ante un problema que les azota y mantiene en vilo prácticamente cada invierno. «El temporal nos puede llegar a dejar completamente aislados. La primera carretera en cortarse es la que da hacia Nanclares de Oca, y le siguen las demás. Al final solo nos quedan las parcelarias, con el peligro que eso supone», censuraba Adolfo, en un recorrido por el pueblo.
El campo de fútbol, un termómetro para medir el impacto del agua, estaba hundido prácticamente hasta la altura del larguero. Los vecinos -alrededor de un centenar- se informaban unos a otros por un grupo de Whatsapp sobre el avance de la situación. Las viviendas esta vez se libraron, pero piden adoptar medidas para prevenir que en un futuro haya que lamentar daños. «Cada vez que llueve miramos con preocupación el avance de la situación. Estamos expectantes, nerviosos, por saber si podremos volver a casa. Esto es un cansancio, parece el día de la marmota», mostraba su enfado Itxaso Latorre, presidenta de la Junta Administrativa.
«No pensábamos que iba a llegar a tanto. A la mañana estaba bien, pero ahora... A ver cuánto dura»
En la entrada a Trespuentes, una veintena de alumnos del Centro IES Badaia tuvo que cancelar su excursión debido al agua. «Teníamos programada una actividad en Santa Catalina. A la mañana nos han dicho que el acceso estaba bien pero ahora no nos han advertido nada y nos hemos encontrado con que no podemos pasar. Tenemos que dar la vuelta», señalaba una profesora.
En Víllodas, Mikel seguía con atención la evolución de la situación. Despejaba el temor de que el agua pudiese llegar a las casas, pero asumía que ayer tocaba aparcar el coche. «Lo normal es que los bomberos terminen viniendo para ayudar a cruzar a alguna persona. Los vehículos no se podrán mover, yo un año lo intenté y ahí se me quedó», recordaba este vecino sobre otro desbordamiento anterior. Blanca de la Peña, diputada de Infraestructuras Viarias y Movilidad, visitó a pie los diferentes puntos conflictivos, entre ellos, este. «Las medidas se están tomando de forma urgente», señalaba sobre el cierre de carreteras.
Abetxuko respiró ayer aliviada. El agua afectó sobre todo al parque de Kañabenta. «Estoy alucinando», comentaba Noelia Sebastián, mientras inmortalizaba las consecuencias de otro desbordamiento del Zadorra.
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