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«La municipalidad de Tánger tiene voluntad de acometer algunos arreglos básicos y urgentes en el palacio Álava Esquível a la espera de la solución ... definitiva». Este es el resumen que hace el concejal de Urbanismo, el socialista Borja Rodríguez, sobre la última conversación mantenida con los responsables de patrimonio de la ciudad marroquí, propietaria del edificio. Desde que hace un año visitara Vitoria el alcalde de Tánger, Mounir Laymouri, la «sintonía» entre las dos instituciones es «buena» y juntas buscan «una solución» que ponga fin al deterioro que sufre este hermoso palacio renacentista. Los problemas se han agudizado en la última década hasta el punto en que ante la inacción de Tánger el Ayuntamiento ha tenido que actuar de urgencia e instalar una red ante posibles desprendimientos.
El palacio de la calle Herrería, incluido desde 2022 en la lista roja de Hispania Nostra, está aún habitado por media docena de inquilinos y necesita una profunda remodelación. Además, arrastra deudas con el Consistorio de Vitoria. Según reveló el pasado enero el concejal de Hacienda Jon Armentia, la municipalidad del reino alauita debe ya 453.000 euros a Vitoria por reparaciones y sanciones (nueve) y otros 30.000 más por impago del impuesto de bienes inmuebles y la tasa de basuras. De momento no se le va a sancionar por décima vez porque eso abriría la puerta a un proceso de expropiación y el Gabinete Etxebarria prefiere primero agotar la vía del acuerdo.
Así, las dos partes mantienen contacto «regular» vía telemática. «Esa voluntad de diálogo para cerrar un acuerdo sigue presente», asegura Rodríguez. Una prueba de que las casas en palacio, aunque despacio, avanzan es que Tánger «ha puesto en marcha un órgano administrativo y jurídico encargado de gestionar todas las cuestiones referidas al diverso patrimonio que posee». Esto, en teoría, le permitiría agilizar cualquier tipo de trámite con Vitoria.
Este edificio que ahora tiene grietas y humedades ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos pero el conjunto está catalogado de valor excepcional y goza de protección integral. Fue mandado construir en 1488 por Pedro Martínez de Álava y María de Esquível y fue su hijo Diego el que lo concluyó en 1535, de ahí que se date en el siglo XVI. Originariamente, constaba de un cuerpo principal con dos alas. En 1868 se solicita permiso al Ayuntamiento para reformar la fachada principal, tras la ampliación de 1865 llevada a cabo por el heredero Ricardo de Álava, que llegó a acoger, entre otras dependencias, un salón de baile. En 1891 hubo un derribo en el ala norte que requirió su reconstrucción.
A comienzos del siglo XX, en consonancia con lo que pasó en otras casas nobles del Casco Medieval, sus propietarios decidieron cambiar su configuración para distribuir el palacio en varios apartamentos, con dos portales (los números 24 y 26 de la calle Herrería) que albergan ocho grandes pisos en el edificio central y cuatro más en el ala izquierda.
Eran primero viviendas de techos altos, de más de cuatro metros, y grandes ventanales, diseñadas para familias con alto poder adquisitivo. Pero con el tiempo, el perfil de sus moradores cambió. Muchos han hecho obras por su cuenta en estas viviendas y otros, cansados de sufrir humedades y otros problemas estructurales, se han mudado a otros pisos. Los que quedan pagan una renta antigua a una administración de fincas designada por el Ayuntamiento de Tánger.
«Deterioro general del edificio». Este es el motivo por el que la asociación de defensa del patrimonio Hispania Nostra incluyó el 19 de abril de 2022 en su famosa lista roja al palacio renancentista Álava Esquível. Junto a este edificio, en la misma cuerda floja están otros tres emblemas de la ciudad y un monumento. Se tratra de la Casa Alfaro Fournier, en la lista desde 22 junio de 2021 por «serio peligro de colapso del edificio»; la Estación de Servicio Goya, que entró en 14 octubre de 2021 «para frenar el deterioro del edificio y conseguir que perdure en el tiempo»; el Monumento a la Batalla de Vitoria, por el mal estado de las figuras; y el más reciente en entrar en este grupo ha sido el Palacio Escoriaza-Esquível, en julio de 2024.
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