Solomillo a 56 euros a un mes de Navidad
Los pedidos en Abastos se abrirán tras el puente de diciembre, pero los clientes ya empiezan a 'fichar' los precios
Con el solomillo por las nubes y una alerta de escasez de la gamba y el rape, las familias vitorianas dudan del banquete que podrán ... servir esta Navidad. A un mes de que lleguen esas comilonas, los clientes del mercado de Abastos hacen sus compras habituales con la vista puesta (aún más) en los precios que marcan los productos en los expositores. El temor es que los importes del besugo, el solomillo o la merluza se disparen en las próximas semanas -«como siempre ocurre», deslizan las más fieles clientas- así que cuando uno se encuentra a un conocido en el pasillo de esta plaza, la conversación invita a preguntar desde el primerísimo momento por el coste de las gambas, el del cordero o las almejas. Y es que la charla con el vecino acaba por resultar el mejor comparador de precios.
«Yo suelo comprar todo el menú cuando quedan unos ocho días porque no me gusta congelar. Pero siempre hay que estar atenta para pillar la oferta y, aunque sea, dejarlo pedido», apuntaba ayer Pilar Aznar. Claro que rascarse el bolsillo siempre cuesta... pero hoy importa más que nunca porque llenar el carro de la compra a estas alturas es un 3,2% más caro que desde octubre de 2024, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La carne de vacuno lidera esas subidas y ya es un 21,9% más costosa, como demuestran las carnicerías que se agrupan en este punto de la ciudad. Aunque en esa clasificación también aparecen en los primeros puestos el café, el chocolate, las frutas frescas o los huevos, que registran un encarecimiento interanual del 25,1%.
Los precios subirán en las próximas semanas por la ley de la oferta-demanda, advierten los tenderos
3,2% es el porcentaje
al que ha subido la inflación desde octubre de 2024.
La gripe aviar, que obligó hace una semana a confinar sin una fecha de finalización todas las explotaciones de aves de corral para evitar su propagación, está inflando por completo la compra de este alimento básico. Los principales productores avícolas del país descartan que exista un riesgo de desabastecimiento, pero todo influye, claro está, a la hora de cuadrar el presupuesto.
A Merche Alba, de la carnicería Valle, le preocupa en exceso su gremio. Ella está convencida, porque así se lo transmiten sus proveedores, que la falta de relevo generacional en el campo influye en lo que comemos y, como es lógico, en lo que ella despacha en su tienda. «Los ganaderos nos cuentan que les cuesta encontrar producto de cercanía. En épocas navideñas que hay más demanda la oferta escasea y por eso nos suben tanto los precios en este próximo mes. La carne, durante todo este año, ya ha subido una barbaridad y no sé a dónde vamos a llegar... Yo estoy asustada», confesaba ayer a este periódico.
En este mercado comprar solomillo (depende de si es de ternera o de vaca) puede costar entre 4 o 10 euros más que hace un año en estas mismas fechas. Es decir, que aún no se ha tenido en cuenta la subida que se prevé en las próximas semanas, que los comerciantes tienen claro que llegará.
El lechazo también está más caro (unos cuatro euros) y donde menos diferencia se nota, por ahora, es en la chuleta de vaca, que ronda los 35 euros el kilo, o el cochinillo, que puede encontrarse por 88 euros entero, mientras el año pasado se vendía por 100, según refleja la comparativa de importes recabada por EL CORREO. Hay otros alimentos cárnicos, como el cabrito, que sólo se sacan a la venta cuando se acerca la Navidad así que ahora sólo es posible comprarlos por encargo, advierten estos tenderos.
25,1% se han encarecido los huevos.
Todos los alimentos vienen bien en la mesa navideña.
Cualquier pedido que sea para recoger de cara a las fechas navideñas no se activará hasta pasado el puente de la Inmaculada, coinciden la mayoría de comerciantes del mercado. «Es la fecha que solemos poner siempre porque la gente cambia mucho de opinión cuando aún quedan cinco o seis semanas y, si no, para nosotros es un jaleo tener que reorganizar cantidades y demás», apuntaba Cristina Rodríguez, mientras se afanaba en dejar bien limpios unos calamares con una pinta exquisita.
Ana Herranz fue una de sus compradoras. «Son estupendos. Nos los llevamos ahora para hacer un guiso en su tinta y luego los congelamos y así ya tenemos un plato preparado de cara a la Nochebuena o la Navidad. Cuando somos muchos, es lo que toca. Aún no sé qué pondré más, pero ya tengo algo asegurado», señalaba esta clienta.
El besugo, un éxito este año
Ella quizás sea una excepción porque si bien esta semana sí que se ha notado bastante ajetreo, ese bullicio no ha respondido, por lo general, a la planificación navideña. «Nosotros vamos semana a semana. Hoy (por ayer) venimos a comprar lo del domingo, total siempre la cuenta va a ir para arriba...», señalaba con un gesto de incomprensión con la economía global Loli Morales, que no podía dejar de mirar unos caracolillos que se movían con disimulo en las cajas.
A estas alturas son pocos los que ya han decidido llenar el congelador de provisiones. «Sí que hay algo de movimiento, pero todavía es pronto. Mirar sí miran mucho y, sobre todo, preguntan, », subrayaba a media mañana Victoria Jorge, de la pescadería Mariano Alonso. «A lo largo del año sí congelo cosas, pero da rabia comprar un buen pescado y congelarlo porque después no sabe igual. Si te gastas un montón de dinero y luego haces eso...», deslizaba algo contraria a ese electrodoméstico Carmen Pérez.
Comerciantes como Imanol Martínez, de la pescadería Imanol, sí que ven como una buena opción hacer acopio y congelar. «Es muy típico el tema del chipirón, para dejarlo hecho, y los besugos grandes se están vendiendo muchísimo. Los previsores compran por el precio y porque puede fallar. Es decir, que luego no haya producto, aunque claro, no todo el mundo lo hace», compartía este pescatero que abría unas anchoas a una velocidad y con un esmero envidiable.
Ahora bien, a pesar de que los precios han subido, los comerciantes aseguran que la gente sigue aflojando la cartera de cara a la Navidad. «Se sigue tirando la casa por la ventana porque es Navidad, cueste lo que cueste», afirmaba la carnicera Merche Alba. «Siguen triunfando los clásicos, sin importar el precio: el besugo, la merluza, los mariscos... Al menos, entre los clientes más mayores porque los jóvenes no suelen venir aquí ni compran tanto», compartía en la misma línea Victoria Jorge.
Percebes, colas de cigala... algunos manjares que dispararán su coste
El precio del marisco sufrirá en las próximas semanas una tendencia alcista, según vaticinan los pescateros de Vitoria. No es que el resto de alimentos vaya a ir a la baja, sino más bien que hay factores que pueden influir en que productos como las nécoras, los percebes o las colas de cigala se conviertan en auténticos majares improbables para todas las familias. «En el marisco, el precio va relacionado con el tamaño. Y todo lo vivo se encarece. Las colas de cigala las estoy vendiendo ahora a 110 euros el kilo y los percebes, a 79. Estoy seguro de que en un mes oscilarán entre 120 y 180 euros», apuntaba ayer Imanol Martínez, desde su pescadería con el mismo nombre.
La alta demanda que habrá en esas fechas influye. «Marisco tenemos todo el año, pero ahora se duplican esos encargos, de normal son muy escasos», continúa. Esa circunstancia se mezcla con los temporales, propios de esta época de otoño-invierno y habituales, también, en esta parte de la península. «Nos afecta mucho porque si hace mal tiempo, no salen los barcos a pescar y en un momento con tantas peticiones y poca oferta, eso hace que el precio suba. O, directamente, puede que ni tengamos producto, que desaparezca», relata este comerciante, que se enorgullece de vender un género «fresco y de primera calidad».
Sin existencias de angulas
Otros dependientes señalaban ayer que alimentos como la merluza también se han disparado porque hay una zona en la que no están dejando pescarla. Y Martínez constata que «este año está habiendo muchos problemas». Él dice que uno de los más alarmantes lo está sufriendo el gallo. «No se está pescando y no recuerdo un año con tantos problemas como este», agregaba. Hay otros lujos, como las angulas, que no puede faltar en algunas casas por Navidad. Pero ésta es una exquisitez que aún no ha llegado a abastos. El año pasado a escasos días de las fiestas se vendían por 1.050 euros el kilo en un comercio cercano, según publicó este periódico, aunque relataban los comerciantes que, entonces les entró «muy poco género».
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