El sector biosanitario se dispara un 62,2% en un año en Álava a la espera de incentivos fiscales
Las principales firmas del territorio facturan 75 millones en 2024 y aplauden la apuesta de Hacienda porque «puede acelerar la inversión privada»
Blindar al embrión de la nueva economía del territorio. Ese es el objetivo que parece haberse fijado la Hacienda alavesa con el paquete de incentivos ... fiscales al sector biosanitario que anunció el diputado general hace una semana. Ramiro González sorprendió en el pleno de política general de las Juntas Generales con una declaración de intenciones de las que muy pocos tenían constancia.
La asimilación de este sector al cine que pretende ahora la Diputación no es un objetivo ni rápido ni sencillo. El proceso que ha abierto el diputado general tiene por delante el mismo recorrido que el tratamiento fiscal especial que ya reciben las producciones audiovisuales. Un camino que pasa necesariamente por Bruselas –la Comisión Europea tiene que autorizar estos incentivos– y que después necesitará de un armazón normativo. A todo eso habrá que sumar –si la medida llega en esta legislatura– un visto bueno de las Juntas Generales que requerirá necesariamente del apoyo de algún grupo de la oposición.
EN CIFRAS
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406 personas trabajan en las principales empresas biosanitarias del sector en Álava.
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70% es el porcentaje máximo que alcanzan las deducciones por inversiones en producciones audiovisuales en Álava, aunque en castellano sólo se puede llegar a un 60%.
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100 millones de euros pretende poner i+Med en su nuevo 'Bosque de la Ciencia', el buque estrella de las inversiones del sector que también hacen otras firmas como BTI, AJL Ophtalmic o Liof Pharma.
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Comisión europea Los beneficios fiscales deberán contar con el visto bueno de Bruselas, como ya pasó con el cine
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Basque Health Cluster «Es una decisión valiente que puede ser palanca para atraer proyectos e inversión»
¿En qué trabaja el fisco alavés exactamente? Todavía no está del todo claro. Lo que anunció Ramiro González fue el inicio de un «proceso de definición de incentivos fiscales a las biociencias en la misma línea que los establecidos para la industria audiovisual». Si se siguiese exactamente el mismo camino que con los rodajes, hablaríamos de unas deducciones que podrían llegar hasta el 70% por invertir en el sector biosanitario. Pero todo eso está por concretar, porque el propio político añadió que queda pendiente «una definición de los incentivos».
Fuentes de Hacienda concretan que «el foco se pondrá en aquellas actividades vinculadas a elementos como la producción industrial, la I+D+i para la mejora de la salud, el estudio científico o el empleo de la tecnología como elemento clave de generación de valor», aunque no dan porcentajes. El Departamento de Itziar Gonzalo va a compartir el diseño de estos nuevos incentivos de la mano del de Desarrollo Económico, el área de Saray Zárate.
En declaraciones a EL CORREO, el diputado general asegura que las deducciones llegarán con vocación tanto de retener empresas como de atraer nuevos proyectos como se ha conseguido con el cine. «Esta decisión no es casual. Llevamos muchos años trabajando por diversificar la economía alavesa, consolidando los sectores más tradicionales y apostando por nuevos como el cine o las biociencias en este caso. Estamos convencidos de que estos incentivos supondrán un salto cualitativo para la consolidación de las empresas que ya han apostado por Álava y para atraer nuevos proyectos intensivos en tecnología y de alto valor añadido», sentencia González.
Empresas con arraigo alavés
¿A quién pretende beneficiar Hacienda con estos incentivos? Básicamente a un pequeño puñado de empresas que ya están aquí liderando las tablas de crecimiento del PIB. El archiconocido BTI Biotechnology Institute de Eduardo Anitua, la cooperativa i+Med, AJL Ophthalmic, Mizar Health, Liof Pharma, Biokilab y el grupo Keralty son las firmas que copan los grandes titulares cuando se habla de biomedicina en Álava. Es a esta 'constelación' tecnológica del territorio a la que ahora Hacienda quiere dar un especial mimo. Juntas facturaron 75 millones de euros en 2023 –último registro disponible–, dedican buena parte de las ganancias a reinvertir en I+D y dan trabajo a unas 400 personas. El sector farmacéutico es la rama de la economía que más ha crecido: en 2024 aumentó su aportación al PIB en un 62,2%.
Prácticamente todas las firmas tienen sus centros de decisión aquí y no fuera. No es un dato baladí. Gipuzkoa, por ejemplo, cuenta con sociedades mucho más potentes como Viralgen o VIVEbiotech, pero sus dueños ya no son donostiarras, sino gigantes como Bayer o el fondo estadounidense Ampersand Capital Partners. Aquí, en cambio, las empresas alavesas planifican sus inversiones sobre el terreno y no en despachos lejanos a Vitoria que pueden decidir, como en Aiaraldea, cerrar Guardian o llevarse producción de Maderas de Llodio a La Rioja.
A nivel sectorial, quien más aplaude los incentivos es la asociación sectorial. Portavoces del Basque Health Cluster celebran una decisión «valiente» por parte del fisco alavés que «puede ser una palanca de atracción de proyectos e inversión». La entidad, que ha sido una de las consultadas por la Diputación antes de anunciar las ventajas fiscales, agrega que «el sector biosanitario alavés es joven en términos de peso económico, pero cuenta con una base sólida para crecer». «El empuje institucional y fiscal puede ser decisivo para transformar ese potencial en resultados palpables en empleo, innovación y producción industrial en el territorio. Este tratamiento fiscal diferenciado puede acelerar la inversión privada, atraer escala industrial y facilitar que proyectos se queden y crezcan en Euskadi», apuntan.
«Los incentivos serán un salto para consolidar empresas y atraer nuevos proyectos de alto valor añadido», afirma González
Sin este tratamiento diferenciado, lo cierto es que estas empresas ya están creciendo. Sólo i+Med trabaja en una inversión de 100 millones de euros en los próximos años para crear un 'Bosque de la Ciencia', un nuevo centro biomédico con 500 empleos de «alta cualificación» en Miñano. El director de la cooperativa, Manu Muñoz, recibe con buenos ojos estas deducciones fiscales. En conversación con este periódico apunta que Álava «puede ser referente» en el sector, pero «hay que hacer atractivo el territorio» frente a competidores como Barcelona, Madrid o Aragón, que ofrecen «suelo, conexiones y un mapa de subvenciones» para atraer inversiones. Aunque cree que la fiscalidad no es el único ámbito a mejorar, sino que también hay margen para renovar las infraestructuras o paliar la crisis de la vivienda para que las empresas puedan seguir creciendo. Con todo, matiza que esos incentivos «se van a recuperar por otro lado» en Hacienda porque con esas medidas «voy a contratar más trabajadores y voy a vender más», lo que va a generar más ingresos por impuestos como el IRPF de esos nuevos empleados o los beneficios sobre los que se tribute el Impuesto de Sociedades.
También aplauden los incentivos desde AJL Ophtalmic. Sus portavoces no esconden que el trato fiscal que recibe ahora mismo «es el que hay», pero abrazan unos beneficios que «son muy positivos para la industria, una buena noticia», trasladan a preguntas de este diario. «Creo que es una buena noticia para todos que la provincia apueste por el sector biosanitario. Es importante que tengamos un sector potente», añade Eduardo Anitua, que aún desconoce el detalle de estos incentivos.
Auge de los rodajes
A la espera de mayor concreción en el caso biosanitario, lo cierto es que hasta la fecha las ayudas fiscales del cine han servido, sobre todo, para que vengan producciones de fuera a rodar al territorio. Los contratos –aunque muchos sean temporales– se han multiplicado por diez en el sector con la llegada de las deducciones a Álava, que se ha convertido en el territorio que firma más documentos de trabajo en Euskadi para rodajes. A lo largo del año pasado se registraron un total de 40 producciones entre películas, series y videoclips y este mes ha echado a andar la primera escuela de cine del territorio. En el ámbito técnico, en Euskadi se habla ya de «pleno empleo» en el ámbito audiovisual.
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