«Ya no dejamos nada de valor», dice el dueño de un restaurante de Vitoria tras sufrir el tercer robo en 15 días
«Sientes mucha rabia e impotencia, hasta me da vergüenza llamar al seguro», indican desde el Mesón Ali, en la diana de una banda asentada en la capital alavesa
Señala atribulado Enrike los agujeros en varias puertas de su local. Son las evidencias del último asalto nocturno sufrido en el Mesón Ali, restaurante de ... la Avenida de los Huetos que acumula tres robos nocturnos en quince días. Una 'marca' que no se veía en la ciudad desde 2016, cuando las propietarias de otro negocio hostelero ubicado en la cercana calle Paula Montal cerca anduvieron de bajar la persiana ante la voracidad de unos ladrones que la tomaron con su comercio.
En el Ali van por la misma senda. Su último susto data de la madrugada del martes. El escurridizo ladrón –las grabaciones de las cámaras de seguridad ya obran en poder de la Ertzaintza, como en las dos ocasiones anteriores– salta la valla del recinto. A continuación rompe un ventanuco y se cuela en el interior del local, vacío a esas horas de la noche. Debe abrir agujeros en dos puertas más antes de alcanzar su objetivo;la caja registradora y los cajones adyacentes.
En esta ocasión hasta se trae un martillo para facilitar su maniobra y reducir tiempos. En apenas dos minutos ya ha salido por donde entró. Y como ya le sucediera en el segundo asalto, su botín se reduce a unos papeles sin valor alguno. «No dejamos nada que valga la pena robar y aún así vuelve», sostiene apesadumbrado el propietario del negocio, que en la primavera del año pasado ya sufrió dos robos de similar factura.
En este 2022, sus penurias arrancaron hace justo quince días. «Estábamos en el cumpleaños de mi hija y nos llamó la Ertzaintza para avisarnos». El ladrón se llevó dinero de la caja registradora. Desde entonces, «no hay nada de valor». Ha servido de poco. «Sientes impotencia, mucha rabia y también te digo una cosa, me da vergüenza llamar al seguro. Fijo que me van a echar». Siempre se trata del mismo caco, según la videovigilancia. Es un joven delgado que se tapa el rostros con una capucha. Posiblemente le aguarde fuera un cómplice.
Dos grupos distintos
Desde hace unas semanas, bares de la periferia de Vitoria han padecido asaltos nocturnos. Pero esa oleada la achacan en la Ertzaintza a una banda asentada en una provincia limítrofe y que se pasa por Vitoria cíclicamente. En el caso del Ali, deslizan fuentes policiales, los autores estarían «más cerca».
Se cree que podría tratarse de un pequeño grupo domiciliado en el término municipal y que estaría detrás de varios de los últimos robos en garajes de Zabalgana y Lakua. En el Ali reclaman un sobreesfuerzo policial para salir de esta lista negra. Y de manera paralela ya han encargado rejas metálicas para todas las ventanas de este conocido inmueble de Sansomendi.
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