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Dos empleados con un ataúd en el cementerio vitoriano de Santa Isabel. Blanca Castillo

Rahlia, la víctima alavesa que no figurará en las estadísticas oficiales

Nunca ingresó en la UCI de Txagorritxu. Murió en su piso de Lakua, donde permanecía confinada con su hijo, quien sí dio positivo de manera oficial

Jueves, 26 de marzo 2020, 00:41

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No figurará en ninguna estadística oficial. Quizá se apunte muerte natural o algún tecnicismo médico como motivo del fallecimiento, nada sin embargo referente al coronavirus, ese asesino silencioso que constriñe Álava y a medio planeta. Rahlia, magrebí septuagenaria, falleció a principios de semana en el domicilio del barrio vitoriano de Lakua donde residía con su hijo, uno de los 1.207 positivos oficiales por Covid-19 en la provincia.

De nada sirvió la llamada de alerta al 112. Tan sólo pudo certificarse su fallecimiento. A partir de ahí, por la cercanía con un infectado, se activó el protocolo por el coronavirus. Empleados funerarios protegidos de la cabeza a los pies se hicieron cargo del cadáver, que acabó en la morgue del Palacio de Justicia. La idea era practicarle una autopsia que revelara la causa real del deceso. Como se trata de un movimiento totalmente desaconsejado por el Ministerio deSanidad, por el alto riesgo de contagio, a las pocas horas su cuerpo fue devuelto al tanatorio.

Entre el lunes y el martes hubo, al menos, dos casos de similar patrón en Vitoria. Un varón de algo más de 50 años y una septuagenaria, ambos nacionales. Ninguno aparece en la lista de 81 muertos oficiales en la provincia a manos del Covid-19.

Operada hace un par de meses

«Rahlia se sometió hace un par de meses a una delicada operación», constatan fuentes conocedoras del caso. «Al tratarse de una persona débil, el efecto del coronavirus pudo resultar demoledor. Mientras que con alguien sano, por ejemplo, los efectos pueden parecerse a una gripe muy severa», abundan estos medios sanitarios.

«Ninguno» de estos tres fallecidos figuraba en el listado oficial de contagiados, admiten fuentes internas de Osakidetza. Desde el principio de la pandemia, únicamente se practican los tests a los casos más graves.

«Tengo fiebre alta, escalofríos, el cuerpo roto y aún no me han hecho el test»

jaime, vitoriano con síntomas

Jaime –es nombre ficticio– lo sabe de primera mano. Es funcionario en Vitoria. Desde hace unos días padece cuadros de «fiebre alta», sufre «escalofríos» y tiene «el cuerpo roto». Su expareja, una sanitaria con la que comparte una hija, fue de las primeras positivos. «Es una sensación que nunca has tenido en el cuerpo, es muy raro». Intentó «durante días» contactar con el teléfono de Osakidetza. Siempre agua.

Cuando se presentó en el centro de salud, la receta fue «que me quede en casa y que tome paracetamol. Como no soy persona de riesgo por edad ni antecedentes médicos, debo seguir en casa mientras no haya problemas respiratorios». Ayer empezó a sentir dolor al respirar. Su próxima cita médica será mañana. Aún no le han hecho el test.

Fuentes internas de Osakidetza admiten que «puede estar muriendo gente en sus casas por el coronavirus que se nos esté escapando». Este periódico trató ayer de recabar la opinión del departamento vasco de Salud, sin obtener ninguna respuesta.

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