La puntilla para los comerciantes vitorianos
Sin alternativa. Los minoristas temen que esta crisis pueda ser el rematea sus negocios. Buscan fórmulas para mantener el contacto con sus clientes
Tres mil establecimientos figuran en los registros del Ayuntamiento de Vitoria. Una gran mayoría de ellos, salvo los que ofrecen productos de primera necesidad, mantienen la persiana cerrada. Algunos trabajan 'online' y todos miran con incertidumbre y preocupación al futuro.
«Espero que esto sirva para concienciar sobre el pequeño comercio»
yolanda mendoza. birkin
Trajes pantalón, vestidos primaverales, faldas de volantes... El Instagram de Birkin se ha convertido estos días en el mejor escaparate de esta coqueta tienda de la Correría. «Estoy intentando mover mucho las redes sociales, las clientas me preguntan por las prendas y me piden que se las guarde para cuando esto acabe», cuenta Yolanda Mendoza. En su cabeza, mucha incertidumbre y una ristra de preguntas: «¿Cómo va a reaccionar el consumidor el día que abramos? ¿tendrán miedo a venir o saldrá todo el mundo a comprar?». «Yo tengo la ilusión de que esto sirva para concienciar sobre la importancia del pequeño comercio».
«Para la tienda menor esto va a ser elestoque definitivo»
elena entrialgo. perfumería ibarrondo
Perfumería Ibarrondo es un negocio familiar con 70 años de historia. «Mi madre ha trabajado 60 y nunca se ha visto en otra como esta», expone Elena Entrialgo que, al menos, da «gracias porque el local es nuestro y no tenemos que pagar alquiler». También alaba la disposición de los proveedores, «que están ayudando. Son marcas buenas, como Chanel, que lo pueden hacer», reconoce. Es un alivio porque la venta de temporada se ha complicado sobremanera. «Para nosotros son muy fuertes las comuniones, bodas... Tenemos muchos productos de capricho». Y, a su juicio, «esto para el pequeño comercio es el estoque final».
«Voy a implicarme al 200% para reactivar el negocio»
iñigo de marcos. txik txak
«Cuando reabra me voy a tener que dejar la piel para que la gente venga. Voy a implicarme al 200% para reactivar el negocio». Íñigo de Marcos tiene muchas dudas sobre cómo reaccionará la ciudadanía cuando la vida regrese a la 'normalidad' pero sí que tiene claro que hasta que el sector se reactive, «van a pasar meses». En su caso, mantiene el contacto con una clientela fiel a través de las cuentas de Txik Txak en Facebook e Instagram, aunque solo ha realizado una venta 'online' de unas camisetas y en un caso muy particular. De momento, los gastos fijos hay que seguir pagándolos «y los días se van echando encima», lamenta.
«No creo que ahora se piense en comprar unos zapatos»
santiago llano. calzados elcid
Después de una campaña «difícil porque enero y febrero no fueron invernales», con la temporada de primavera ya en los almacenes, Santiago Llano, uno de los propietarios de la centenaria firma Calzados Elcid, está pendiente de las noticias de la asesoría que le gestiona el ERTE de sus dos empleadas y pensando cómo será el futuro. «Incierto», dice. «Se va a notar en las ventas. Nuestro público, que mucho es mayor, tampoco va a salir para ir de tiendas», vaticina. En su caso, no hace venta 'online'. Piensa que «hay que ser solidarios» y, además, ahora «todo el mundo está paralizado. No creo que estén pensando en comprar un par de zapatos».
«Hay bastante movimiento a través de la página web»
sonia salazar. ciudadella
Como el de tantísimos otros comerciantes, el ánimo de Sonia Salazar es similar a una montaña rusa estas últimas semanas. «Hay días que te levantas con el ánimo por los suelos. Pero a mi me ayuda mucho practicar yoga y centrarme en la tienda», confiesa. «Estoy trabajando mucho la venta 'online' y la verdad es que hay bastante movimiento a través de la web. Las clientas vendrán a recoger las prendas cuando volvamos a abrir». Sonia emplea buena parte del día en hablar también con los proveedores. «Nos dicen que no rebajemos hasta el 15 de agosto, porque sino aquí no va a sobrevivir nadie y esto puede ser un drama...», vaticina.
«Alguna editorial no hace venta 'online'; un gesto con las librerías»
txintxu san martín. librería zuloa
La librería Zuloa «por respeto a transportistas, repartidores...» avisa en su web de que no va «a realizar ningún envío» mientras dure el decreto de cierre. Su propietario, Txintxu San Martín, lo ratifica. Además, los libreros también han encontrado buenos gestos: «Algunas editoriales han parado la venta 'online' porque entienden que sus clientes son las librerías; es un detalle», dice. Aunque es optimista y afirma que «nos iremos recuperando con esfuerzo y un poco de apaño usando la caja de resistencia de cada uno». Lamenta que el día del libro no pueda celebrarse. «Se veía venir y eso afecta a librerías, editoriales, autores...».
«Nos iba muy bien con quienes venían a eventos y ya no habrá»
sergio hernando. udalaitz
Sergio Hernando, el titular de Udalaitz, cuenta con cuatro tiendas en Vitoria y dos en Mondragón. Para todas tenía «la temporada de verano comprada y pagada» y lamenta que «no vamos a tener meses para venderla». Tampoco contará con parte del público que le proporcionaba buenas ventas: «A nosotros nos iba muy bien con los eventos, congresos... y eso ya no habrá». Sin olvidar que «no sabemos cómo va a reaccionar la gente. Nos puede pasar como en el taxi, que quien elige otra plataforma, no vuelve. Y no sabemos si esto va a empujar a la compra 'online'. Calcula que «para cuando todo se empiece a normalizar, será ya septiembre».
«La flor fresca ya ha ido a la basura y mucha planta se perderá»
cristina espinosa. floristería cristiaran
«Hemos perdido San José, la Semana Santa, la venta de planta de primavera, el día de la Madre, las comuniones...». La lista de ventas que Cristina Espinosa no podrá realizar en su floristería Cristiaran es larga. A eso añade que «la flor fresca ya ha ido a la basura y con algunas plantas pasará lo mismo, aunque procuro ir a regar y ventilar. Mis productos requieren mantenimiento». Los primeros días tras el cierre «trabajamos algo para los tanatorios, pero todo fue cayendo. Es normal si han limitado la asistencia a los entierros». Por lo menos no tiene que pagar un alquiler. Lleva un negocio familiar que montaron sus padres y el local es propio.
«Con el dinero de las comuniones íbamos a pagar la temporada»
blanca amestoy. boutique infantil elle
Las comuniones son la especialidad de la boutique infantil Elbe, y con su aplazamiento a Blanca Amestoy se le presenta una situación difícil de gestionar. «La que se avecina es gorda. Recibo llamadas de clientas constantemente, date cuenta de que un niño o niña pegan un estirón en verano y el traje o el vestido ya se le queda pequeño», comparte esta veterana comerciante. Y los que se han amontonado sin vender. «Con ese dinero de las comuniones íbamos a pagar la temporada. ¿Y ahora qué?», se pregunta. Acaba de lanzar su nueva web y aunque expone todo su género lamenta que «la gente no está pensando en comprar ropa».
«Estoy desmoralizada porque no me siento protegida»
pilar ros. mobiliario ros
Pilar Ros y sus dos hermanos son propietarios de cinco negocios de muebles y colchones, que les suponen «seis alquileres porque en Olaguíbel tenemos dos locales». La «inimaginable» situación es motivo de preocupación para ella: «Esto te quita el sueño, te quita vida», expone antes de reconocer que está «desmoralizada porque me siento desprotegida. Pedimos los préstamos muy adaptables del Gobierno vasco, pero hay un embudo». Aunque explica que «siempre» han llevado el negocio, de origen familiar, «con cabeza y luchando para que vaya mejor», teme al futuro. «Sobre todo porque nuestro producto no es de primera necesidad».
«Cuando esto termine quizás la gente quiera darse un capricho»
domingo lafuente. joyería d. lafuente
Domingo Lafuente está aprovechando estos días de cierre de su joyería para profundizar en el estudio de nuevas técnicas e investigar aleaciones, materiales... «Lo que antes hacía cuando llegaba a casa cansado ahora lo hago con mucho más tiempo», explica el artesano. En su sector, «la venta 'online' es complicadísima porque la gente quiere probarse los anillos, pendientes o gargantillas», por lo que el negocio está parado, aunque a sus 62 años y pese a la delicada situación ni se plantea jubilarse. A través de un ERTE mantendrá a su empleada y cuando esto acabe, alberga la esperanza de que la gente «quiera darse un capricho».
«Acabábamos de recibir prendas que caducan enseguida»
maite cotelo. fifty
«La situación es tremenda en nuestro sector, lo estoy viviendo con muchísima preocupación», confiesa Maite Cotelo. El género de primavera acababa de llegar a Fifty cuando su dueña se vio obligada a bajar la persiana. «Había miles de euros ahí invertidos» y ahora teme no poder recuperarlo ya que se trata de prendas que caducan enseguida debido a las modas. Está anulando los pedidos de invierno y ha hecho un ERTE a sus dos empleadas. El rayo de luz lo arrojan estos días sus clientas con sus mensajes de ánimo a través de las redes sociales, donde continuamente cuelga fotos de las prendas. «Ayudémonos los unos a los otros», pide.
«Si se viaja menos, igual se vuelve a las celebraciones en casa»
juan ortiz. la peña dulce
La Peña Dulce ha clausurado sus dos tiendas y hecho un ERTE a sus cuatro empleados. El «cierre drástico» ha dejado en casa además a los cuatro miembros de la familia de este negocio de repostería. En material, «no tenemos gran pérdida porque leche, nata... se va comprando poco a poco», explica Juan Ortiz, uno de los propietarios. Su preocupación es que «no sabemos cómo va a ser la vuelta. Habrá menos dinero, a lo mejor se viaja menos y se vuelve a celebrar en casa comprando un postre», dice esperanzado. Pero la venta de abril, «que para nosotros era muy fuerte con los caracoles de chocolate y la tarta de San Prudencio, desaparece».
«Se necesitará ayuda institucional para fomentar el consumo»
belén rivera. mobb regalos
«Creo que la gente no va a consumir como antes», dice Belén Rivera desde su casa mientras piensa que en su tienda, Mobb Regalos, «teníamos ya todo lo de la nueva temporada. El 80% es nuevo». Los encargos que para «comuniones, bodas y un bautizo se han cancelado, claro», añade la propietaria de un negocio que abrió en 2009, «casi con la crisis, pero que con años mejores y otros peores hemos ido saliendo adelante. El amplio abanico que tenemos nos ha salvado». Ahora no sabe si será así «porque creo que va a haber mucha recesión». Por eso espera que «haya ayuda institucional para fomentar el consumo. Si no, será difícil salir adelante».
«Ahora me dedico a coser mascarillaspara una residencia»
maría jesús segurola. moda maría jesús
«Nunca pensé que esto se iba a alargar tanto. Tengo miedo de que nos arrastre incluso las siguientes temporadas», confiesa María Jesús Segurola. Ella misma se encarga de la contabilidad de su tienda y cada día ve cómo «las facturas hay que seguir pagándolas aunque no tengamos ningún ingreso». En su caso, intenta mantener el contacto a través de redes con las clientas para que no se olviden de ella. Aunque «temo que a la gente le entre miedo a volver a las tiendas», dice. De momento, ocupa buena parte de sus días en una acción solidaria. «Me traje la máquina a casa y ahora me dedico a coser mascarillas para una residencia de ancianos».
«Las autónomas no sabemos estar paradas»
susana armas. decoración susana armas
El día que tuvo que bajar la persiana de su tienda de decoración Susana Armas se llevó a casa el ordenador, la impresora y el escáner. «Estoy grabando vídeos por primera vez en mi vida, asesorando a clientes y llamando a proveedores para pedir que me aplacen las facturas. Y sobre todo muy activa en redes sociales. Las autónomas no sabemos estar paradas». Ella ha tenido la suerte de que la propietaria de su local le ha pedido que de momento no le pase el pago de este mes. Pero no será suficiente. «Creo que será muy necesaria una campaña para concienciar y fomentar el consumo en el pequeño comercio tras esta crisis», comparte.
«Nuestro mayor problema ahora mismo es la incertidumbre»
adela bustillo. arcilla
Adela Bustillo no oculta una sensación de temor que es común en todo el sector. «Estamos expectantes y con miedo de lo que pueda pasar cuando esto acabe. No sabemos si la gente va a salir a la calle con ánimo de comprar o con reticencias. Nuestro mayor problema ahora mismo es la incertidumbre», sostiene esta comerciante de la calle San Antonio. Aunque no tiene habilitada la venta 'online', en sus redes sociales muestra cada día prendas exclusivas y objetos decorativos. «Casi todas las clientas nos siguen y me preguntan por precios, tallas... Es una manera de estar en contacto y que se acuerden de nosotras», asegura Adela.
«Vendemos muchas radios, cuando estaban casi en desuso»
koldo lópez davalillo. electrodomésticos kelde
Koldo López-Davalillo mantiene estos días su negocio de electrodomésticos en San Martín gracias a ventas puntuales que van saliendo. «Lo que más me piden son microondas, lavadoras y televisiones. También muchas radios, que era un producto casi en desuso y del que ahora se han reactivado las ventas», cuenta. Los compradores contactan con él a través de teléfono, email o WhatsApp y confía en que esto se tenga en cuenta en un futuro. «Estamos para dar servicio y espero que los clientes lo valoren». Lo perdido en estos días de cierre «es imposible que lo recuperemos», pero sí espera cierto movimiento con la reapertura.
«Si se alarga esta situación, no voy a poder aguantar»
rosa ugalde. ekobizi
Rosa Ugalde regenta desde hace 15 meses su negocio de productos ecológicos en Sancho el Sabio. No ha cerrado la venta 'online' «si la entrega es en Vitoria, pero sólo he hecho una o dos operaciones», relata. Afronta una situación «muy dura» que no le solucionan las ayudas anunciadas por el Gobierno. «Es complicado acogerte. Hasta día 14 trabajamos y si la reducción de los ingresos no es del 75%, no puedes acceder», explica. Asume que en este periodo todos son pérdidas, pero advierte de que «si se alarga esta situación, no voy a poder aguantar». Y tampoco olvida que «cuando vuelva, algunos productos de cosmética pueden haber caducado».
«Todas las tardes hago una clase en directo a través de Instagram»
beatriz ruesga. c. fisioterapia esential
Si sus clientas no pueden ir a clase, ella se mete hasta su salón. A través de una pantalla y mediante Instagram, Beatriz Ruesga ofrece sesiones abiertas «todas las tardes». De yoga, hipopresivos, pilates, funcional... «A mí me mantiene activa y me sirve mucho anímicamente. Y a la gente veo que le gusta la iniciativa y está teniendo mucha aceptación», comparte Beatriz. Incluso puede que le sirva para tener nuevos clientes en un futuro. En su caso, le denegaron el ERTE que pidió y lamenta que «como autónomos nos están ahogando» pese a tener su negocio cerrado. Pero es optimista. «Es mejor no darle vueltas, de esta vamos a salir».