«Hay pueblos cuyo nombre cambiado al euskera es un bodrio descomunal»
Critica que Euskaltzaindia ha carecido de rigor al vasquizar la onomástica de algunas localidades. «Se han cometido disparates»
Acordar el nombre de un lugar, una tarea de la que se ocupa la toponimia, no debe ser fácil. De ella se encarga la sección ... de onomástica de Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca, pero sus decisiones a veces despiertan debates. Sobre todo en personas como Joseba Abaitua, licenciado en Filología vasca y doctor en Lingüística en la Universidad de Deusto, que participará en el Encuentro de Onomástica que tendrá lugar en Amurrio el sábado. «Algunos nombres están cogidos por los pelos y atentan contra el patrimonio intangible de la onomástica».
- ¿Hay muchas discusiones en toponimia?
- Desde que se aprobó la Ley del Euskera en 1982, a Euskaltzaindia no se le discute nada, pese a que en la sección de onomástica han imperado posturas radicales como las de Mikel Gorrotxategi. Ahora la preside Roberto González de Viñaspre, que gestiona de forma más sensata, pero no va a cuestionar las decisiones anteriores. Ya dieron marcha atrás con Laguardia-Biasteri y no creo que quieran seguir porque su autoridad se tambalearía. Yo creo que en la toponimia oficial se están cometiendo algunos disparates.
- ¿Está diciendo que hay errores?
- La decisión de cómo llamarse la toman las corporaciones, pero aquí se ha aplicado un criterio que a veces da lugar a majaderías, nombres que suenan fatal o que no tienen tradición histórica. A Quejana lo quieren convertir en Kexaa y eso me parece un bodrio descomunal porque hay una tradición literaria y onomástica. Quejana, Durana o Maturana son de origen latino.
- ¿Hay razón para esos cambios?
- Que muchos pueblos sienten como un estigma no tener un nombre de origen vasco. Ocurre en Oquendo, un nombre con una tradición histórica y diplomática desde el siglo XIII. En San Sebastián hay esculturas y lugares en los que se mantiene ese nombre porque hubo dos marinos con ese apellido que llegaron a tener una alta graduación en la Armada, pese a su origen humilde. Sin embargo, en Álava a la localidad Oquendo le cambiaron el nombre a Okondo. Fue una decisión del escritor José Pablo Ulíbarri en el siglo XVIII porque el sufijo 'ondo' le da un aspecto vasco. Es una decisión errónea que debería avergonzar a la gente sensata de Euskaltzaindia.
«Muchos pueblos sienten como un estigma no tener un nombre vasco»
- ¿Así se pierde el origen de los nombres?
- Hay muchísimos nombres vascos, de pura cepa, pero otros son de origen celta, como Zegama o romanos, como Antoñana. En las últimas décadas se juega con esa perversión política que envenena y hace tóxica la percepción de los nombres. En Valdegovía, que es la cuna del romance alavés o castellano, porque todo es anterior a la existencia misma de Álava, usan Gaubea en euskera, pero es una errata de un notario que escribió Val de Gaubea en lugar de Valdegovía. Si gusta, se lo pueden poner al pueblo, pero es una decisión arbitraria.
Neotopónimos
- Pero habrá que poner nombres a los lugares.
- Como en Salvatierra o Villarreal. Allí, las monarquías emergentes de la Edad Media, para ganar aldeas adeptas a su causa, creaban villas que podían celebrar mercado y no dependían de los señores feudales sino directamente del rey. Les ponían nombres 'a la moda' y para los pueblos, era un honor, aunque hablaran euskera. Vitoria es una evolución de Nueva Victoria, que fue un neotopónimo, pero su nombre en euskera no es Gasteiz. Gasteiz era una aldea medieval, como otras de la Llanada; Ocariz o Argómaniz, pero el fuero otorgado por Sancho el Sabio le da un valor histórico y da lugar a la ciudad que conocemos hoy.
«Euskaltzaindia y el Gobierno vasco deben reconocer que el multilingüismo es histórico; no es una contienda»
- Estas decisiones, ¿hacen que se pierda riqueza cultural?
- Están cogidas por los pelos y atentan al patrimonio intangible de la onomástica y la toponimia. Legutiano es un nombre latino, como todos los acabados en 'ano'. Se construye sobre un nombre medieval, Legutia, pero creo que debería seguir siendo Legutiano, también en euskera.
- ¿Y eso por qué ocurre?
- Porque las normas del escritura en euskera son del siglo XX. Así que luego viene gente de Filipinas que se apellida Corres, a la cuna de sus antepasados y se encuentra que han cambiado el nombre al pueblo.
- ¿No es posible recurrir al criterio científico en lingüística?
- Las ciencias sociales son de consensos. La Ley del euskera del 82 establece que si los topónimos son de origen castellano, se aplicarán las normas de escritura en castellano, pero Euskaltzaindia interpretó esa regla y dijo que si en esa población se ha hablado euskera hasta época reciente, se aplicarán las normas del euskera aunque el topónimo sea romance. Las zonas se dividen en función de su pasado y su origen étnico y eso es una perversión.
- ¿Por criterios políticos?
- Porque Euskaltzaindia y el Gobierno vasco tendrían que reconocer que el multilingüismo es histórico y que hay dos tradiciones que han convivido. No es una contienda entre dos culturas. Tienen que convivir las dos.
Amurrio, origen de la Sociedad Vasca de Onomástica
Los encuentros onomásticos de Amurrio, que cumplen su cuarta edición, están en el origen de Onomastika Elkartea. En ellos, a menudo «se habla de las tropelías cometidas al tratar de imponer nombres en contra de todo criterio, con el único argumento de la 'auctoritas'», explica Salvador Velilla, uno de sus integrantes y organizador junto a la sociedad Aztarna. Este año, expertos en la materia se reunirán el sábado de noviembre en el salón de la catequesis. «Un encuentro que celebramos en año impar, por las ganas que tenemos de volver a la normalidad, hablando de lo que nos gusta», señala Velilla.
Abrirá la jornada Ander Ross Cubas, que hablará de 'Toponimia, léxico y no gramática'. Mikel Martínez-Areta, analizará la 'Hidronimia, léxico y gramática'. Antes del descanso intervendrá Josune Aznarez, para reflexionar sobre 'Las palabras del euskera y su pervivencia en el habla cotidiana del Valle de Roncal'. Juan Carlos López Mugartza, analizará los topónimos pirenaicos de raíz prerromana para concluir con la conferencia de Joseba Abaitua. Todos son especialistas en filología vasca.
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