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Un familiar entra a la residencia Lakua con un usuario. BLANCA CASTILLO

Un proyecto pionero reduce el consumo de psicofármacos en la residencia Lakua

La experiencia Gizarea, que busca implicar más a los familiares de los usuarios, también ha reducido el estrés laboral entre los cuidadores

Jueves, 15 de septiembre 2022, 14:24

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En octubre del 2021 arrancaba en uno de los dos módulos de la residencia Lakua de Vitoria el proyecto Gizarea. Una experiencia piloto para que los familiares de los usuarios no sean meros visitantes, sino que también puedan implicarse más en el cuidado de su ser querido, así como estrechar sus lazos con los profesionales. Un nuevo modelo que, ha anunciado este jueves el diputado foral de Políticas Sociales, Emilio Sola, ha arrojado resultados «muy buenos», pues ha conseguido reducir el consumo de psicofármacos entre los residentes, así como ha mejorado el bienestar emocional de familias y trabajadores.

Es por esto que la Diputación de Álava ya ha puesto en marcha un equipo de innovación mixto entre profesionales y familias que se encargará de expandir el modelo Gizarea al resto de la red de residencias públicas en los próximos años. Así, este octubre empezará el proceso formativo previo en el otro módulo restante de la residencia Lakua. A ella le seguirán en noviembre Etxebidea (para personas con discapacidad intelectual severa), en diciembre Ajuria (para personas mayores) y, una vez finalicen las obras, también se implantará en Arabarren, la nueva residencia que la institución foral abrirá en enero también en el barrio vitoriano de Lakua.

Este modelo, además, ya ha sido presentado en varios congresos sobre alzheimer y gerontología a nivel nacional e incluso se llevará al Congreso de la Sociedad Europea de Medicina Geriátrica, que se celebra el día 28 en Londres. Es más, hay residencias privadas en Álava que ya se han interesado en adoptar Gizarea, como es el caso de la Purísima Concepción de Murgia. «Este modelo va más allá de la atención centrada en la persona, para estar centrada en las relaciones entre profesionales, familiares y residentes», ha defendido el diputado Sola.

23 usuarios con elevados índices de dependencia, fragilidad y demencia y una edad media de 85 años han sido la muestra de esta experiencia piloto, que empezó con un ciclo formativo para familiares y trabajadores, primero por separado y, más tarde, también juntos. «Ha sido precioso, nos hemos reído y llorado mucho», ha recordado una de las familiares de un residente, Rocío Martínez. «Al final todos nos vamos a hacer mayores y lo que queremos es que nos cuiden lo mejor posible. Este proyecto nos ha servido para conocer mejor a los trabajadores y ahora las conversaciones son más fluidas».

Una cooperación que, desgranó el director de Innovación, Sistemas de Gestión y Evaluación del Departamento de Políticas Sociales, Iñaki Artaza, ha supuesto una disminución en los trastornos de la conducta de los residentes, así como una significativa reducción en el consumo de antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos y neurolépticos. «Se han disminuido dosis o suprimido totalmente estos fármacos en el 54% de las personas. Asimismo, se ha reducido el índice de fragilidad, es decir, de pronóstico vital, pasando de una fragilidad avanzada a una fragilidad moderada», explicó el responsable de departamento.

Del mismo modo, al término de la experiencia, se realizaron sendas encuestas tanto a familiares como a profesionales. La satisfacción de las familias con los cuidados ha crecido de 26,8 a 29 puntos (sobre un máximo de 30) y, en cuanto a su bienestar emocional, han aumentado las emociones positivas y reducido las negativas, así como la sensación de soledad.

Igualmente notables fueron las respuestas entre la plantilla de la residencia. El índice de estrés laboral se redujo en 12 puntos porcentuales y en cuanto a su bienestar emocional, la puntuación global ha pasado de 7,4 (sobre diez) a 7,88. «Si tú estás bien puedes cuidar mejor de los demás», explicó una de las trabajadoras de la residencia Lakua y participante en Gizarea, Marta Cerezo. «Me ha servido para llevar el trabajo de otra manera, para saber valorarme y cómo enfrentar el estrés».

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