El Estatuto centra el primer desencuentro entre el PNV y el PSE en las Juntas de Álava
Los jeltzales eluden «valorar positivamente» la carta de Gernika por su 40 aniversario y se suman a EH Bildu y Podemos para reclamar que se cumpla con las transferencias y se profundice en un nuevo 'estatus'
Este viernes se cumplen 40 años desde que el 90% de la ciudadanía vasca refrendó el Estatuto de Gernika. Una efeméride relegada a un ... plano secundario por una amplia parte del arco parlamentario, mientras un grupo de expertos juristas trabaja en la elaboración de un borrador sobre un nuevo estatus para Euskadi que lo sustituirá. Consciente de ese 'olvido' social, el PSE trasladó este miércoles a las Juntas Generales de Álava una moción que pretendía valorar esta norma institucional como «un punto de encuentro» de la ciudadanía y una herramienta para alcanzar «mayores cuotas de autogobierno». «El Estatuto de Gernika sigue suponiendo un instrumento de vertebración de la convivencia democrática en Euskadi, fuente de bienestar para la ciudadanía y resistencia democrática al terrorismo», defendió el socialista Jon Nogales desde la tribuna.
Como le replicó el popular Iñaki Oyarzábal, «esta bienintencionada moción ha logrado no convencer a nadie». Ni su socio PNV, ni EH Bildu, ni PP, ni Podemos se sumaron a la propuesta socialista. Nacionalistas, abertzales y morados eludieron «valorar positivamente» el Estatuto de Gernika y votaron a favor de denunciar que aún no se haya cumplido íntegramente y que se trabaje en el desarrollo de un nuevo estatus para Euskadi
Pero lejos de abrir una brecha con sus socios de gobierno del PSE, Izaskun Moyua (del PNV) hizo una exposición cronológica de los últimos 40 años -pasando por los amplios acuerdos del Parlamento vasco, el Pacto de Lizarra entre nacionalistas o el Plan Ibarretxe- y lo resumió como una «agresión sistemática» del Estatuto de Gernika. Eso sí, sus críticas se centraron en el PP. «Durante cuatro décadas no han querido desarrollar esta ley orgánica y ahora quieren celebrarlo con velas», lanzó la portavoz jeltzale obviando que, en ese periodo, los socialistas han gobernado España durante 25 años.
En ese punto sí que se centró Arantxa Abecia (Podemos), que recordó cómo el calendario de transferencias pactado entre los gobiernos de Pedro Sánchez e Iñigo Urkullu no ha llegado a completarse. «No lo oculten. Ya vamos tarde. Han incumplido con lo que prometieron hace escasos meses», apuntó.
Poco a poco, la tribuna se convirtió en una lanzadera de reproches y falta de voluntad para alcanzar concordia entre las cinco fuerzas del legislativo alavés. «Es cinismo político que el PP venga y se presente como defensor del estatuto, cuando sus antecesores de Alianza Popular (AP) votaron en contra», señaló el abertzale Kike Fernández de Pinedo, quien aprovechó su moción para reivindicar el derecho a decidir. «El PP es la suma de tres fuerzas: AP, Unión de Centro Democrático y el CDS de Adolfo Suárez. ¿Con quién negoció el PNV el Estatuto? ¿Con el cuello de su camisa? Ahí tuvo un papel fundamental la UCD», clamó Oyarzábal, quien -con un evidente enfado- afirmó que lejos de «la treintena de transferencias pendientes que dicen los nacionalistas sólo hay dos sin completar: política penitenciaria y Seguridad Social».
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