Hurtos en Euskadi

Precintan una tienda de alimentación de Vitoria por encargar y comprar artículos robados

Lo verificó la Policía Local la tarde del martes. Agentes de paisano siguieron a tres varones, «conocidos» por su querencia al hurto, detectados tras salir de un supermercado con bultos entre sus vestimentas. El trío fue directo hacia una tienda de alimentación abierta en los lindes del Casco Viejo, en Vitoria. Mantuvieron una breve conversación con el dueño y de ahí a la trastienda.

Para pasmo de los agentes, este grupo coincidió en la puerta del local con otro dúo que salía a la calle. También son «conocidos» por sisar artículos de las estanterías de grandes superficies y pequeños comercios.

Así que los agentes de paisano entraron, identificaron a los presentes y solicitaron ver las grabaciones de la videovigilancia. Las diferentes cámaras retrataron cómo el trío había descargado en el almacén varios sobres de jamón –robados minutos antes–. Lo mismo había hecho el otro dúo de delincuentes habituales. En su caso, entregaron alrededor de una quincena de botellas de bebidas alcohólicas de alta graduación. Todos fueron gratificados por las entregas.

Con esos sólidos indicios, aparte de identificar a los presuntos autores materiales de los hurtos, estos agentes y más efectivos de la Policía Local unidos a la intervención precintaron el negocio.

«Sabemos que hay tiendas en la ciudad que se dedican a encargar y vender productos robados. Lo complicado es demostrarlo, por eso resulta tan relevante este hallazgo de los compañeros», ratifican medios internos de la comisaría de Aguirrelanda. Hace unos meses, otras dos tiendas de alimentación del casco urbano también aparecieron en el radar policial. Pero aquello quedó en nada.

En cuanto al caso del martes, la Guardia urbana ultima un atestado por un presunto «delito de receptación» contra el responsable del comercio. De manera paralela, el Servicio de Salud del Ayuntamiento de Vitoria explicó ayer a este periódico que también «se les abrirá un expediente administrativo».

Esta segunda vía, no obstante, se aparcará hasta que «se ponga fin al procedimiento penal». En el Palacio de Justicia de la Avenida de Gasteiz, este minorista bajo sospecha podría enfrentarse a una pena de cárcel de uno a tres años, una multa económica, una inhabilitación para gestionar este tipo de negocios por hasta 5 años, e incluso sufrir el cierre temporal de su tienda.

Los robos por encargo se han vuelto muy habituales. Moverían «miles de euros al año» sólo en Vitoria, según fuentes policiales. La tarde del lunes, por ejemplo, otro ladrón habitual sustrajo de una farmacia cremas de belleza valoradas en «1.063 euros». Agentes locales le interceptaron un par de horas después del golpe. Ya había colocado la mercancía, por la que le abonaron «200 euros». Alrededor de un 20% del valor real. «Imagínate el margen de ganancia que manejan quienes les compran esa mercancía ilegal», subrayan los policías sondeados.

«No tocan los bienes de primer necesidad porque les encargan otros artículos más caros y fáciles de vender como quesos, jamón, cremas o jabones. Es un negocio muy activo». Esos productos se venden en mercadillos de segunda mano y en tiendas como la del martes.

Ayer miércoles, y tras recibir una notificación de la Policía Local, el responsable del negocio pillado 'in fraganti' fue autorizadoa subir la persiana de su comercio minorista. Ha quedado a la espera de que su atestado se judicialice y del expediente administrativo municipal ahora parado.