El PP dice que los gobiernos del PSE-PNV han dejado a Vitoria «sin alma»
El grupo municipal hace balance de legislatura y acusa al Gabinete Etxebarria de falta de «liderazgo, proyecto y ambición»
Hace justo dos años, la socialista Maider Etxebarria era investida alcaldesa con los votos favorables de su socio de gobierno, el PNV, y el PP, tercera fuerza política en Vitoria. El grupo popular, que quería evitar que gobernara EH Bildu, ha hecho este martes balance de legislatura. Su portavoz, Iñaki García Calvo, defiende aquel respaldo de 2023, pero ahora pasa página y prefiere hablar de «cambio de ciclo».
Es evidente que las relaciones del Gobierno Local con su formación son distantes pese a haber pactado cuestiones como la electrificación de la flota de Tuvisa. En el ecuador del mandato, García Calvo ha echado en cara al Gabinete Etxebarria tener un sólo «socio preferente», EH Bildu, y acusa a socialistas y peneuvistas, que han estado gobernando los diez últimos años, de haber dejado a la ciudad «sin alma». A su juicio, la alcaldesa y su equipo carecen de «liderazgo, proyecto y ambición». «Ese modelo de izquierdas ha fracasado y Vitoria nunca ha estado tan mal; nos ha llevado a la decadencia».
Tras insistir en que Etxebarria «está desaparecida» y en que el PP es la «única alternativa», el líder del grupo municipal dado cuenta de las cinco áreas en las que su formación se siente en las antípodas del PSE-PNV. Así, tras dar datos de cierres de empresas y tiendas, lonjas vacías, caída de las cifras de autónomos o de las empresas que no han encontrado suelo industrial en Vitoria, les responsabiliza de haber convertido al municipio en «un secarral comercial». Los servicios sociales y de mayores, sostiene, «están al borde del colapso» y el «macrocentro» de refugiados de Arana con su «tamaño inasumible» va a empeorar la situación.
No comparte las políticas de vivienda y cree que medidas acordadas con EH Bildu como la de recargar el IBI a los pisos vacíos «criminalizan al propietario», del mismo modo que la entrada en vigor de las zonas de bajas emisiones o la ampliación de la OTA «suponen entrar en guerra contra los usuarios del vehículo privado» en una ciudad «donde la calidad del aire es buena o muy buena». García Calvo ha vuelto a rechazar la subida generalizada de impuestos y tasas, especialmente el «basurazo», y ha cerrado su discurso con un repaso a los datos de delitos. «Desgraciadamente ya no es la ciudad que era y la sensación de inseguridad ha aumentado». «Frente a un modelo de izquierdas que pretende castigar y paralizar», el PP ofrece el de «una ciudad que empiece a funcionar, incentivar, dar seguridad y certidumbre».
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