La Policía Local de Vitoria denuncia a un local de ocio por tener porteros sin licencia
Los agentes iniciaron la semana pasada un control especial para descubrir si los vigilantes cumplen la legislación
Borja Mallo
Miércoles, 5 de marzo 2025, 14:44
La muertedel joven K. V. el pasado el 23 de febrero a las puertas de la discoteca Mítika tras recibir un «golpe» de un portero y desplomarse ... condujo al Ayuntamiento de Vitoria a poner la lupa sobre el colectivo de los controladores de acceso a los locales de ocio; al sospechar que un número indeterminado de ellos pudiera carecer de la certificación obligatoria. Para ello, tal y como adelantó en exclusiva EL CORREO, el pasado viernes por la noche arrancó un dispositivo conjunto de control a cargo de la Policía Local y de funcionarios del Departamento de Medio Ambiente que recorrió durante el fin de semana varios bares y locales de ocio nocturno (las discotecas con aforo superior a 700 personas están excluidas, pues dependen de la Ertzaintza) de la capital alavesa. Unas pesquisas que dieron como resultado que uno de los locales visitados fuese denunciado al carecer sus porteros de la licencia obligatoria para ejercer sus funciones.
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«Durante los carnavales se han llevado a cabo inspecciones en varios locales y se ha detectado que en uno de ellos sus porteros no tenían la licencia para ejercer estas funciones», ha desvelado el concejal de Seguridad, César Fernández de Landa (PNV), en la Comisión de Seguridad, Gobierno Abierto y Modernización de la Administración.
Este dispositivo que se puso en marcha el pasado fin de semana, coincidiendo con la celebración del Carnaval y una semana después del trágico suceso en la discoteca Mítika, se extenderá a lo largo de las próximas semanas y pretende acreditar la situación real de este gremio, señalado después de que uno de los empleados de seguridad de la céntrica sala de fiestas diera «un puñetazo» o «un manotazo» a K. V., de 31 años, tras mantener una discusión verbal por impedirle la entrada y que acabó con el fallecimiento del joven.
«Seguiremos haciendo este tipo de controles específicos, ya sea de manera periodificada o esporádica, porque además la nueva licencia es de implantación muy reciente y para muchos es una cuestión desconocida», ha remarcado Fernández de Landa.
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La labor de control se puso en marcha, por orden de Alcaldía, una semana después del siniestro mortal que ahora investiga el Juzgado de Instrucción número 3. Un mapeo a pie de calle que se antoja arduo porque en Vitoria hay en estos momentos, según precisan desde la Dirección de Juegos y Espectáculos del Departamento vasco de Seguridad, «255 personas que han logrado la habilitación para realizar el control de accesos», aunque esto no quiere decir que todos ellos trabajen en la capital alavesa.
Las visitas de los agentes locales y funcionarios municipales tratarán de determinar cuántos operan de manera regular para controlar el aforo, pero también para evitar entradas indeseadas o mediar en peleas entre clientes. Su tarea no siempre es fácil. Hace unas semanas, un responsable de seguridad de una sala de fiestas recibió una cuchillada de un joven usuario al que apercibió por llevarse un patinete que no era suyo.
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Respuesta global
La unión temporal de la Guardia urbana y de Medio Ambiente pretende dar la respuesta administrativa más completa. De esta manera, tanto los posibles infractores como los locales que les contratan por horas podrían enfrentarse a sanciones económicas de diferente calado.
Otros operativos conjuntos similares también se acometieron meses atrás contra narcobares y otros establecimientos acostumbrados a acumular quejas vecinales. La Policía Local, en compañía de la Policía Nacional y la Inspección de Trabajo, irrumpió en cuatro de esos locales conflictivos. Aquellas operaciones se saldaron con 64 denuncias, 11 arrestos, pequeñas cantidades de droga incautadas, multas por trabajar sin contratos y también identificaciones por encontrarse en situación irregular.
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Mientras tanto, el portero acusado de matar a K. V. el domingo continúa en un «módulo conflictivo» de la cárcel de Zaballa. Tanto la Fiscalía de Álava como Instrucción 3 creen que existen indicios para procesarle por, como mínimo, «un homicidio con dolo eventual». Así se conoce a la situación en que el acusado no busca matar, pero sabe que sus actos pueden provocarle la muerte y aun así sigue adelante. El ahora interno preventivo pesa más de 130 kilos y es un conocido levantador de peso muerto.
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