«No podemos conformarnos con volver a la normalidad, el planeta no lo aguanta»

– La crisis sanitaria aún lo condiciona todo. El 95% de los contagios se han dado en las ciudades, y dentro de ellas en los barrios más desfavorecidos. ¿ONU Hábitat ha estudiado este impacto?

– Es cierto que en el principio de la pandemia el mayor número de contagios se dio en entornos urbanos, pero el factor clave fueron los niveles de hacinamiento, de densidades no óptimas y de acceso a los servicios urbanos, a un transporte seguro...

– Euskal Hiria pone uno de los focos del urbanismo sostenible en la cohesión social.

– Es que todo lo que se ha dicho aquí tiene como objetivo poner a las ciudades en el centro de las políticas. Todo gira en torno a la cohesión social y el bienestar de la población.Las ciudades saludables, las más equitativas, las que promueven el acceso al empleo, tienen a las personas en el centro de objetivo, en la mejora de su calidad de vida.

– Cuesta ver que la ciudad sea instrumento para avanzar hacia lo sostenible y no el obstáculo.

– En las últimas décadas ha habido un cambio de paradigma en la percepción de las ciudades. Es cierto que la gente las veía más como los efectos colaterales negativos de la congestión, de la contaminación... pero ya hace tres décadas que se empieza a ver que son un espacio donde la gente siente que tiene más oportunidades de crecimiento social, de acceso al empleo, de acceso a la educación. Se han convertido en espacios con capacidad transformadora, donde se generan mayores empleos de alto valor añadido y los gobiernos locales empiezan a adquirir un rol protagónico en la decisión y elaboración de políticas nacionales e incluso de marcos de políticas globales.

– En esta transformación se generan también espacios de desigualdad y barrios dormitorio o zombies. ¿Cómo evitarlo?

– No hay receta única, pero hay una serie de principios que ayudan a crear mayor igualdad; una ciudad compacta, con densidades óptimas a escala humana, conectada y en la que se priorice el transporte público, que esté integrada en sus barrios y que sea incluyente en el acceso a los servicios, probablemente sea más igualitaria.

– ¿Qué son las 'ciudades de los 15 minutos'?

– Es el nuevo título que le hemos dado a la ciudad de proximidad. Lo que promueven no es solamente una distancia corta, sino que los servicios estén integrados, que en el mismo barrio existan zonas residenciales, pero también colegios, representaciones de los servicios públicos... Que tú puedas encontrar todo lo que necesitas como ciudadana en 15 minutos de distancia, es lo que antes llamábamos a una manzana o cuadra. Pero esa ciudad de proximidad por sí sola no resulta, tiene que ir acompañada de la integración, de provisión adecuada en cantidad y calidad de espacios públicos...

– ¿Conoce el proyecto de supermanzanas de Vitoria?

– Desde ONU Hábitat recomendamos que esos principios que le he comentado se adapten cada contexto y si en el caso de Vitoria, por su trama, el concepto de supermanzana se adapta y resuelve los problemas de ciudad, entonces bienvenido.

– ¿Está Vitoria en un buen punto de partida?

– Definitivamente. Además ha sido ya reconocida por Naciones Unidas por sus esfuerzos en sostenibilidad medioambiental y también en la producción de espacio público. No sólo es que esté en un buen punto de partida, es que ya tiene un recorrido sostenible, que afianza las condiciones para seguir mejorando y además ha hecho un gran esfuerzo por articular los trabajos en los diferentes objetivos de desarrollo sostenible. Es muy importante, porque le hace liderar e inspirar a otras comunidades de alrededor.

– ¿Y qué papel tienen las nuevas tecnologías?

– Son el medio, no un fin. Por supuesto facilita el transporte seguro, los horarios, pero no debería ser el fin de nuestra acción.

– También facilita la compra a distancia, el fin del comercio de barrio...

– El tema es cómo se use. Se puede usar para la compra on line del comercio de barrio, que sirva para hacer llegar a los mayores las compras...

– Dice que si salimos del covid ya no podemos conformarnos con volver a la normalidad.

– Sí eso ya no es suficiente y no sólo por la crisis sanitaria sino también por la crisis ambiental y la económica. El planeta no lo aguanta. No podemos volver a la situación en la que estábamos que ya era de tensión. Y esta crisis sanitaria es la consecuencia de las tensiones ambientales que el planeta sufrió entre otras cosas por los crecimientos incontrolados de las ciudades.