El PNV lleva al Congreso su plan para crear una denominación alavesa dentro de Rioja

La iniciativa se presentó el verano de 2020 pero cobra ahora relevancia con su llegada al Congreso, en un momento político clave con la negociación de los Presupuestos. Se votan, de hecho, el jueves y todo apunta a que el PNV los respaldará. Esta sintonía con el Gobierno de Pedro Sánchez podría también allanar el camino a los jeltzales a la hora de conseguir apoyos del PSOE para sacar adelante su propuesta vitivinícola, si bien el ministro de Agricultura, el socialista Luis Planas, ha defendido en todo momento el modelo de unidad de las denominaciones. El PP avanzó este lunes que votará en contra. «Esperemos que no entreguen parte de nuestra historia y de un éxito colectivo por un puñado de votos», reaccionó la portavoz popular en el Congreso y diputada riojana, Cuca Gamarra.

En teoría, el modelo vasco no supone una ruptura oficial con la DOC Rioja sino que busca incidir en la diferenciación y la singularidad de los vinos y los viñedos de la comarca. Esta propuesta quiere seguir «bajo el paraguas de Rioja», acostumbra a decir el diputado general de Álava, Ramiro González. En la práctica, se busca la gestión íntegra y el control de la pujante comarca a través de un consejo regulador, independiente del riojano, donde se tomarían todas las decisiones trascendentales.

El PNV habla de una «reforma ponderada de la ley, atendiendo a la segmentación y la diferenciación» que ha hecho la DOC Rioja con las tres zonas vitivinícolas «establecidas en su propio reglamento»: Rioja Alavesa, Rioja Alta y Rioja Oriental (antes Rioja Baja). En el fondo, el Gobierno vasco busca ganar poder de decisión en el sector del vino, que se gestiona desde Logroño y donde las instituciones vascas apenas tienen presencia, a pesar de que Rioja Alavesa aporta el 20% de las hectáreas (13.000 de un total de 65.000).

La nueva entidad jurídica que plantean los jeltzales tendría sus propias funciones como la promoción y defensa del vino local, calificar la cosecha o gestionar las contraetiquetas. De esta manera, el papel del Consejo del Rioja se vería relegado en sus competencias actuales, aunque desde el PNV apunten que «en caso de conflicto se contemplarían recursos de alzada» ante el máximo organismo con sede en Logroño.

Estas funciones y otras como procurar una «exhaustiva» protección del nombre de la zona, proponer modificaciones del pliego de condiciones a la DOC Rioja, adoptar los límites máximos de producción -el número de kilos por hectárea- o proponer sanciones también se desarrollarían si, como recoge el planteamiento jeltzale, lo solicitase al menos un 60% de los operadores inscritos, entre bodegas y viticultores. Ese futuro consejo regulador para Rioja Alavesa «aportaría cercanía, eficacia y agilidad en la toma de decisiones», concluyen en las filas peneuvistas.

Como era de esperar, en Logroño no lo ven así. El director general del Consejo Regulador, José Luis Lapuente, advirtió este lunes que Viñedos de Álava, la propuesta rupturista de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA), apoyada por EH Bildu, «es un juego de niños al lado de esto, que supone despiezar y hundir la denominación de origen. Es una vía artificiosa para crear una apariencia legal que terminaría en una expropiación política. Seguimos confiando en que sea rechazada en el Congreso». El Gobierno riojano eludió pronunciarse.