Los pisos vacíos a los que se les puede aplicar el canon en Euskadi caen un 20% en dos años
El Gobierno vasco cifra en 9.045 los hogares susceptibles de ser penalizados tras llevar más de dos años sin habitar
En Euskadi hay 25.450 viviendas que están vacías y que podrían ser movilizadas. Son domicilios en los que no vive nadie (se excluyen aquellos ... en los que los inquilinos se han marchado por traslados laborales o motivos de salud) y que resultan «de especial interés» para el Gobierno vasco porque pueden ser intervenidos a través de los programas diseñados para sacar pisos al mercado. Pero esto no significa que todos ellos cumplan con los requisitos para poderles aplicar el canon de vivienda vacía, un gravamen que aprobó el Ejecutivo autonómico por decreto en 2021 y que permite a los ayuntamientos penalizar fiscalmente a los propietarios que tengan más de dos años su casa sin habitar.
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Según un informe reciente del Departamento de Vivienda y Agenda Urbana, a finales de 2023 el número de pisos a los que se les podría fijar el canon de 10 euros por metro cuadrado disminuyó hasta los 9.045. Un 20,9% menos que los que se contabilizaron dos años antes y un 40,3% por debajo de la cifra recogida en 2019. Pese a la caída, y frente a más de 94.000 unidades convivenciales inscritas en Etxebide a la espera de conseguir una VPO, el consejero Denis Itxaso reconoció ayer en el Parlamento vasco que «no resulta concebible ni admisible que haya viviendas deshabitadas a las que no se les otorga uso». Preguntado en el pleno de control al Gobierno vasco por su propio partido, aseguró que Euskadi está ante «una emergencia social».
25.450 hogares
están vacíos en Euskadi, excluyendo los traslados o motivos de salud.
16% viviendas
que están deshabitadas de forma voluntaria se encuentran en Álava.
Lo cierto es que el gravamen, que se presentó como una medida estrella para animar a los propietarios a alquilar o vender sus inmuebles, no ha tenido mucho que ver en este decrecimiento. Ningún ayuntamiento vasco ha optado por aplicarlo desde su entrada en vigor. El equipo de gobierno del Consistorio de Vitoria tuvo sobre la mesa aplicar un recargo del 25% del IBI, pero se quedó a falta de pactar las ordenanzas fiscales con algún grupo de la oposición. En este sentido, EHBildu optaba por un 50%. El asunto está, por tanto, en el aire. Además, para activar el tributo los consistorios deberían analizar caso a caso e identificar los hogares que no tengan consumos. Un extenso proceso que requiere de un importante número de recursos.
¿Y entonces qué ha llevado a que el parque de pisos vacíos durante más de dos años baje? El Gobierno vasco lo tiene claro. La responsable es la «ley de la oferta y demanda». Tan fácil como eso. «El decreto tuvo su efecto llamada cuando fue aprobado, pero de forma puntual. Lo que ocurre en estos momentos es que hay más gente que quiere vivir de alquiler y eso ha impulsado a que salgan al mercado parte de los inmuebles que estaban dormidos.
Ningún ayuntamiento vasco ha aplicado la medida desde que fue aprobada en 2021
Esto no es algo único de Euskadi.Está pasando en otras muchas comunidades de España», afirman. También reconocen que los cambios demográficos han provocado un crecimiento de la necesidad residencial. El propio consejero Itxaso confesó de forma reciente que Euskadi necesita más viviendas «para un mismo umbral poblacional». Y es que los nuevos modelos de familia, con unidades convivenciales más reducidas y un progresivo envejecimiento de la población «obligan a construir más».
El informe no desglosa por territorios las viviendas a las que se les podría penalizar fiscalmente, pero sí hace un análisis sobre los pisos que están deshabitados y que podrían ser activados. Al menos a través de programas autonómicos como Bizigune o Asap. De esas más de 25.000 casas mencionadas, 4.000 están en Álava, lo que suponen el 2,4% del parque residencial. 16.000 se encuentran en Bizkaia; es la cifra más alta y representan el 2,9% del parque, a diferencia de Gipuzkoa, donde el porcentaje se reduce al 1,5% (5.000). Todavía así, el Observatorio de la Vivienda pronostica que la tendencia es que este tipo de inmuebles vayan «a la baja». «La evolución es coherente con el notable crecimiento del mercado del alquiler, así como con los programas públicos que ya gestionan 8.000 pisos».
Estado y antigüedad
¿Y cómo son estos inmuebles? Uno de cada tres están en perfecto estado para poder ser alquilados o vendidos. No necesitan ningún tipo de obra. Mientras que otro 30% requeriría alguna pequeña reforma para poder ser habitado de nuevo. El resto (4.428 pisos) tendría que pasar por importantes arreglos. Además, la mitad de las vacías gestionables tienen una superficie menor de 75 metros cuadrados y el 83% están por debajo de los 100 metros, tamaños más reclamados por las familias que están inscritas en Etxebide.
Sólo el 15% de los pisos sancionables están en las capitales vascas
De las 9.045 viviendas que llevan más de dos años vacías en Euskadi, 1.428 están ubicadas en las capitales vascas. Representan el 15% del conjunto de pisos desocupados. El informe del Observatorio de la Vivienda aclara que es en los municipios de gran tamaño donde menos incidencia de pisos deshabitados hay. ¿Por qué? Básicamente por la propia presión de la demanda. Son las localidades en las que más vecinos residen y por tanto, en las que hay una mayor necesidad de residencia. Sobre todo entre los jóvenes. Según los datos de Etxebide a finales del año pasado, en Álava hay más de 11.000 familias a la espera de optar por un hogar social, en alquiler o compra. Trasladando estos conceptos al global de Euskadi el número de unidades convivenciales que buscaban alquiler en esa fecha asciende a 57.290, y en la modalidad de compra a 16.788.
La antigüedad de los pisos en desuso también es un aspecto que analiza el Ejecutivo en su estudio. Determina que solo el 12% de los mismos tiene menos de 30 años.Dos de cada tres se edificaron hace medio siglo y el 26% restante son edificios con 70 años. Es precisamente por esta antigüedad por la que el Gobierno vasco pone en valor la rehabilitación de domicilios con el objetivo de aprovechar los recursos existentes.
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