Violencia machista
Piden 4 años de cárcel a un alavés por «insultar, vejar y amenazar» a su pareja en la intimidadJuicio en Vitoria ·
No existió violencia física, pero la víctima cita ofensas continuas como «tonta, boba, no vales nada». La defensa tilda el caso de «maniobra por la custodia» de sus hijasEl Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria dedicó ayer, miércoles, cinco horas y media a desentrañar una denuncia de maltrato habitual, amenazas ... leves continuadas y vejaciones continuadas –sin violencia física– en el seno de una familia alavesa. Si, como proclamaron la Fiscalía de Álava y la acusación particular, una mujer padeció un suplicio psicológico durante años a manos de su ahora expareja sentimental. O si, por el contrario, se trata de «una maniobra» de ella hacerse con la custodia de sus hijas en común, tesis desplegada por la defensa.
El fiscal Josu Izaguirre y la letrada Vanesa Durán reclaman para el procesado un global de 4 años de cárcel y ocho años y medio de alejamiento de su antigua compañera. Mientras que la abogada del encausado, Mónica Román, solicitó la absolución por «falta» de evidencias.
Por la sala desfilaron familiares de uno y otro, peritos de la Unidad Forense de Valoración Integral y policías locales especializados en violencia machista. La víctima también declaró y se reafirmó en los agravios sufridos cuando estaban a solas. Enumeró insultos como «tonta, boba, subnormal, no vales para nada».
Citó que le coaccionaba para alejarle de su círculo de amigos. Que entre 2018 y 2020, cuando la relación se resquebrajó definitivamente, las discusiones se incrementaron. Con el añadido de que el sospechoso le «levantaba la mano» para intimidarle. O que cuando iban en el coche aceleraba de manera desaforada y le conminaba a bajar en marcha. Como consecuencia, esta mujer presentó «malestar emocional» traducido en un proceso depresivo. Durante mucho tiempo «se resistió» a denunciar, desvelan fuentes judiciales.
Las peritos forenses del Palacio de Justicia de Vitoria dieron credibilidad a sus palabras. La madre de la denunciante sí presenció algún episodio de «insultos» a manos del ciudadano alavés ahora bajo la lupa judicial. La sentencia, que llegará en unas semanas, corresponderá a la magistrada Beatriz Román.
El mensaje de móvil
En su turno, el investigado negó cualquier menosprecio a quien fuera su pareja durante casi dos décadas, con un par de rupturas de por medio hasta su final definitivo en 2020. «Soy un padre que está luchando por la custodia compartida de unas hijas a las que quiere con locura», se escudó, al tiempo que remarcó que «siempre la animé a que estudiara, incluso cuando eso supuso que se marchara fuera».
«¿Y entonces por qué le mandó mensajes que decían 'no volveré a gritarte y te dejaré espacio para estar con tus amigas'?», le espetó el fiscal Izaguirre. «Eso está sacado de contexto», alegó el investigado.
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