«Estamos muy perdidos con el cambio climático»

– ¿Cambia la forma de abordar el cambio climático ante una generación que podría ser la 'abuela' de Greta Thunberg?

– No, a nivel generacional cada uno tiene su experiencia, y la ventaja de la gente mayor es que puede mirar atrás y recuerda los inviernos, los veranos, cómo llovía..., mientras que la gente joven ha vivido ya en un contexto de cambio global. Los mayores recuerdan que antes nevaba prácticamente todos los años en Vitoria, que era algo súper normal, y ahora cuando va a nevar se nos anuncia un caos. Ellos notan que algo está cambiando y yo les diré que tiene que ver con el cambio climático.

– Los mayores, además, ya iban hace décadas con su propia cesta a la compra o llevaban las botellas de cristal para que se las rellenaran.

– Sí, y han vivido una época económica de gran sacrificio por el bienestar de sus hijos y de sus nietos así que para ellos cambiar sus patrones de consumo y, por ejemplo, dejar de comprar una cosa que viene de miles de kilómetros de distancia, con la importante huella de carbono que eso supone, no es ningún sacrificio. Necesitamos la percepción de la gente mayor, ahora vivimos en una sociedad muy acomodada.

– ¿Y consciente de que el cambio climático es una realidad?

– Existe una conciencia cada vez mayor pero estamos muy perdidos, la gente te dice que recicla pero eso es sólo la punta del iceberg del problema, y todavía hay que desmontar ese negacionismo y a esa gente que siempre pone el interrogante. Pero sin dramatismo, sin decir que se acaba el mundo o que la especie humana va a desaparecer, porque algunos se pasan de frenada. En la conferencia daré datos para demostrar que realmente estamos en una emergencia climática, que está ocurriendo aquí y ya, que esto no es una cosa para finales de siglo o para nuestros nietos porque la gente se suele tranquilizar con esa idea. Nos tenemos que poner las pilas porque nadie nos va a salvar, lo tenemos que hacer nosotros.

– Aboga por la creación de asambleas ciudadanas por el clima. ¿Cómo funcionan?

– Hay un espacio muy importante entre los individuos de a pie y la decisión política al que no se le está hincando el diente, un nuevo modo de gobernanza para atacar temas muy complejos. La asamblea ciudadana, que ya funciona en países como Francia o Irlanda, sirve para que los individuos se articulen, porque por separado es muy difícil, y lleguen a acuerdos de forma consensuada que, además, sirven de salvavidas para los políticos, a los que les suele costar tomar decisiones.

– ¿Ve factible esa fórmula en el País Vasco o incluso a nivel local en Vitoria?

– Sí, 100%. En Euskadi nos enorgullecemos de un gran capital social del que han surgido iniciativas únicas en el mundo como el grupo Mondragón o las ikastolas. Es uno de nuestros grandes activos y qué mejor que utilizarlo para las asambleas ciudadanas. Ahora es un muy buen momento para diseñar este tipo de iniciativas.