Páganos, sin sitio en su cementerio
La Junta Administrativa alega que los problemas de financiación y la falta de un convenio con Laguardia condicionan su desarrollo
El alguacil lleva tiempo avisando del tema. «Lo primero que me dijo cuando asumí el cargo es que si había un accidente de autobús o ... una epidemia de gripe no nos quedaba hueco en el cementerio de San Raimundo», afirma el presidente de la Junta Administrativa de Páganos, Miguel Ángel Fernández. Por eso, situó entre sus prioridades la ampliación del camposanto. Las obras, sin embargo, han tenido que echar el freno por los problemas económicos que está sufriendo esta entidad local que se incluye dentro del municipio de Laguardia. Desde hace más de una década arrastran una deuda de 115.000 euros como consecuencia de los 'pecados' cometidos durante la burbuja del ladrillo. 44.628 euros se deben a la Diputación de Álava y 70.564 corresponden a un crédito con la entidad Laboral Kutxa.
El concejo fue diseñado para albergar casas unifamiliares y se dio de bruces con la crisis económica. Algunas calles necesitan ser urbanizadas en el núcleo urbano donde viven menos de noventa personas, pero que es el lugar elegido por muchos más para huir de la rutina en verano. Así que la aportación del Fondo Foral de Entidades Locales (más conocido como Fofel) se presume como su principal sustento para sobrevivir, pero ese dinero no llega a sus arcas ya que se queda retenido por las deudas que arrastra a falta de tener un segundo contribuyente a sus cuentas. Y es que, a diferencia de otras entidades locales como Salinillas de Buradón (Labastida) o Labraza y Barriobusto (Oion), Páganos carece de un convenio de financiación con el Ayuntamiento de Laguardia.
El dinero que le entrega la Diputación por el Fofel se queda retenido por su deuda de 115.000 euros
Una situación que se debatirá en un próximo pleno de la villa amurallada, pero que Miguel Ángel Fernández, alcalde del PP en el municipio Navaridas, en ningún caso piensa reprochárselo al regidor Lucio Castañeda, del PNV, ya que se trata de una reivindicación histórica de la Junta Administrativa de Páganos y apenas hace un mes que él se hizo con la makila.
Burocracia
En la pasada legislatura, se iniciaron los trámites para acabar con esta situación y el compromiso político por parte del Ayuntamiento y la Diputación para saldar las cuentas que seguían pendientes. Sin embargo, la burocracia impidió que esta medida saliera adelante y el asunto sigue guardado en algún cajón.
De momento, la columna de gastos de Páganos supera de forma holgada a la de los ingresos. Además de los desembolsos habituales que tiene un concejo sorprende que esté obligado a pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y la tasa de basuras de parques y edificios públicos, pese a ser una administración. Además, en su objetivo de ejecutar obras para la mejora, el Ayuntamiento de Laguardia les obliga a sufragar cualquier modificación necesaria del Plan General de Ordenación Urbana de Laguardia.
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