La oposición en Juntas coincide en que la pandemia ha dejado una «brecha» social en Álava
Todos los partidos incluso Elkarrekin, que se prestó a negociar con el Gobierno de la Diputación, critican el tono «conformista y autocomplaciente» de Ramiro González
La pandemia ha provocado una 'brecha' en Álava y ha dejado una sociedad que camina a dos velocidades por culpa de los efectos económicos del ... covid. Ese es el diagnóstico que, al menos, realizaron este martes los portavoces de los tres partidos de la oposición en la segunda sesión del Debate de Política General en las Juntas. Incluso Elkarrekin Podemos, que fue el único que mostró una disposición real a negociar con el Gobierno foral sin ninguna clase de 'línea roja', no ahorró en descalificativos contra el análisis que en la jornada previa realizó Ramiro González y sobre cuáles son sus planes de cara al futuro. «Conformista, autocomplaciente e incluso triunfalista. Falto de un análisis certero de la realidad», resumió desde la tribuna David Rodríguez, nuevo portavoz de los morados en la Cámara territorial, y aun así fue el más benévolo.
Y es que tanto EH Bildu como el PP fueron quienes consiguieron enfadar al máximo dirigente foral, algo que fue evidente por el tono en su turno de réplica. «Si usted está agotado y no sabe qué milongas contarnos en el próximo debate porque no las va a cumplir y busca una salida, pues búsquela», le lanzó el presidente provincial de los conservadores, Iñaki Oyarzábal. «La inacción, el mal gobierno y la parálisis del territorio son su forma de gestionar», ahondó Kike Fernández de Pinedo, líder juntero de la coalición abertzale.
Ambas formaciones, eso sí, mostraron su disposición a sentarse en las próximas semanas para negociar los presupuestos y otra clase de proyectos, pero lo hicieron con una clase de condiciones prestablecidas y programas ya presentados que 'a priori' resultan difíciles de asumir para el Ejecutivo de la Diputación. «No estamos dispuestos a más tomaduras de pelo. Nos prestamos a negociar las cuentas con ustedes con una política fiscal favorable a las familias y a la empresa alavesa; un calendario de inversiones reales que tendríamos que acordar y no humo; un plan especial para autónomos y salvar el comercio en Vitoria, y en servicios sociales subir la prestación a la dependencia y terminar con las listas de espera en la enfermedad mental y la discapacidad intelectual», desgranó Oyarzábal. Fernández de Pinedo, por su parte, le aportó al diputado general los dosieres de todos los planes que su partido ha presentado en los últimos meses dolido porque se diga que no tiene alternativas al actual modelo.
«Ustedes son la oposición y como tal tienen que fiscalizar la acción del gobierno y procurar influir, con la fuerza de convencer, en las políticas que se están llevando adelante por parte de la Diputación», señaló Izaskun Moyua, del PNV, sofocando cualquier posible esperanza de acercamiento que, de todas formas, no es imprescindible por la mayoría que los jeltzales suman junto a sus socios del PSE. Pero abertzales y conservadores consideraron que la «euforia» embauca al diputado general y criticaron desde la gestión de los servicios sociales hasta la política energética o la gestión tributaria, ninguna parcela se salvó, cada uno -eso sí- desde su respectiva ideología.
Ramiro González se defendió atacando. Al PP le dijo que «apenas carece de relevancia en el territorio», mientras que consideró que Álava tiene «el EH Bildu más radical del país» por oponerse a proyectos que apoya en otros trerritorios históricos.
Euneiz, TAV y residencias
Tampoco hay muchas esperanzas de que el Ejecutivo foral estreche la mano que le tiende el nuevo portavoz de Elkarrekin, ya que David Rodríguez fue especialmente beligerante con dos proyectos respaldados con firmeza por el diputado general como son la universidad privada Euneiz (impulsada por el grupo Alavés-Baskonia) y el modelo público-privado que se plantea para la anunciada nueva residencia en Arkaiate, en el barrio vitoriano de Salburua.
Como era de esperar, los socialistas se centraron en destacar la gestión realizada por su partido a nivel foral, autonómico y estatal durante la pandemia y para la recuperación económica. No hubo respuesta a cuándo, cómo y dónde llegará el tren de alta velocidad, pese a que hasta el propio Oyarzábal les interpeló al respecto. «Avanzamos en el impulso y el cumplimiento de los compromisos institucionales para que el TAV llegue a Álava y lo haga lo antes posible», se limitó a decir el portavoz del PSE, Jon Nogales, y eso que un día antes el diputado general pegó un 'tirón de orejas' al Ejecutivo de Pedro Sánchez para que se cumplan con los compromisos y la entrada a Vitoria finalmente sea soterrada.
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