El terremoto se debió al desplazamiento de una falla: «Ha liberado una energía similar a la de Hiroshima»
«En Euskadi falta cultura sísmica, ahora habrá que darle más importancia a los terremotos», dice el geólogo Antonio Aretxabala
El geólogo Antonio Aretxabala no duda cuando atiende la llamada de EL CORREO. El terremoto registrado en Iruña de Oca este lunes poco después de ... medianoche es el «de mayor magnitud en la historia de Euskadi». El divulgador científico atribuye el temblor de esta noche al desplazamiento de una falla «de entre uno y dos kilómetros» de longitud y lo enmarca dentro de lo habitual en esta zona del norte peninsular: movimientos «someros» en una zona tectónicamente «muy fracturada».
«No hay precedentes tan intensos, de magnitud 4» desde que hay mediciones científicas como las que se practican hoy en día, subraya. El temblor, de una intensidad de 4,5, ha supuesto liberar una energía «similar a la de Hiroshima», aunque evidentemente, sin los daños que genera una bomba atómica. De hecho, «la gente lo ha sentido, pero un terremoto así no tiene la fuerza suficiente para provocar daños», recalca.
En conversación con este periódico subraya que este tipo de temblores son el resultado de una «acumulación de energía de mucho años». Hay que tener en cuenta que aquí el empuje de las placas tecntónicas de África contra las europeas provoca un desplazamiento equivalente a la velocidad «de crecimiento de las uñas», pero llegado el momento se producen descargas de esa energía como la de anoche.
Sólo avisaron los Bomberos
Durante la primera hora después del terremoto, sólo un servicio de emergencias -los bomberos de Vitoria- informaron de lo sucedido. No fue hasta pasada la 1 de la mañana cuando entidades como Sos Deiak o el Ayuntamiento de Vitoria empezaron a dar más detalles de lo sucedido. Tampoco se recurrió al servicio de alertas a la población. Preguntado por la tardanza en reaccionar, Aretxabala ve en ese proceder «una serie de carencias», aunque 'indulta' en parte a las instituciones vascas por lo poco frecuente de los sismos aquí. «Hay un plan y uno de los sistemas más avanzados, que ya nos gustaría en otras comunidades autónomas. Euskadi tiene incluso una red propia de medición de terremotos». Con todo, «mandar información hora y media después responde a una falta de cultura sísmica», subraya. «Habrá que darle más importancia de aquí en adelante», plantea.
El geólogo trabajó sobre los efectos catastróficos de uno de los sismos más dañinos de la historia reciente de España: el de Lorca, en Murcia. Con una magnitud de 5,1 registrada en aquel 2011, Aretxabala afirma que «no son comparables» el sismo de hoy con el de entonces. «La aceleración del terreno esta vez ha sido del 5% de la gravedad, no es nada».
Por el momento no se han registrado réplicas, «ni siquiera de las pequeñas de menos de 1,5», aunque el geólogo no descarta que las haya. Tampoco hubo, como en otras ocasiones, un aumento de la actividad sísmica previo al terremoto.
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