Un nuevo postre para endulzar las fiestas de Vitoria

Tras el éxito que tuvo la vuelta de los 'kotxotxos' gasteiztarras, este año la Asociación de Pasteleros y Confiteros Artesanos de Álava ha querido volver a deleitar el paladar de los vitorianos. Así llegan los 'Suspiros de la Blanca', unos pequeños bizcochos de harina, almendra, aceite de oliva y un relleno de yema, frambuesa o trufa que además están cubiertos con un glaseado que se remata en el horno.

Son postres que vienen del siglo XVIII y que Luis López de Sosoaga, de la conocida saga de pasteleros alaveses, ha querido recuperar. «Encontramos una receta que decía 'suspiros de la Virgen'. Tuvimos un problema porque era una receta que un pastelero apuntó en su recetario y con el tiempo el cuaderno se fue deteriorando. Faltaban algunas fórmulas, pero conseguimos solucionarlo», celebraba ayer el veterano profesional, acompañado en la presentación por el abad de la Cofradía, Ricardo Sáez de Heredia. Éste, que ha sido el «catador casi oficial» del postre, aseguró que la Cofradía de la Virgen Blanca «no solo tiene misterios luminosos o gloriosos, sino que también los tiene golosos». La idea les surgió tras el «éxito» de los kokotxos. Pensaron en recuperar otra receta antigua y se pusieron manos a la obra con la investigación. Entre sus más de 100 libros encuadernados y llenos de recetas, el formulario de su abuelo y su bisabuelo y rebuscando también entre los archivos municipales, fue como Sosoaga consiguió dar en el clavo.

Al ser veteranos en el sector, están preocupados por su futuro y defienden a ultranza 'la vieja usanza'. «Hemos perdido un poco ese valor familiar, hay tanta industria que lo nuestro se va perdiendo. Por eso queremos sacar nuestras entrañas, nuestra tradición». Lo que es verdad es que las tradiciones vuelven y más si están relacionadas con La Blanca porque «en Vitoria tira el Baskonia, tira el Deportivo alavés, pero hay que reconocerlo, la Virgen Blanca tira mucho. Además la gente cada vez está mas dispuesta a volver a lo antiguo. Y hay que endulzarse la vida y ser feliz», sostenía el presidente de la asociación, que ve claramente que el éxito viene de la mano de aprovechar la oportunidad de las fechas señaladas. «Procuramos crear un ambiente de fiestas alrededor de motivos gastronómicos.Es algo muy vitoriano». En la presentación, que tuvo lugar en el Museo de los Faroles, estaba también Isidoro Torreblanca, de la Pastelería Txistu y miembro también de la federación. Torreblanca animaba a todos a probar los misteriosos dulces que van a causar tentación:«Hay que probarlos», garantizaba. Los 'suspiros' no tienen conservantes ni aditivos, «es todo natural: huevos, azúcar, harina, almendra, aceite de oliva y luego los rellenos», decía el abad. «Están francamente buenos, te comes uno y te apetece otro».

El público vitoriano podrá disfrutar de estos pequeños pasteles a partir de hoy en las pastelerías de la asociación: Confituras Goya, La Fábula, La Peña Dulce, Pastelería Dantzari, Pastelería Los Artesanos, Pastelería Luis López de Sosoaga, Pastelería Nalda y Pastelería Txistu. Por si se lo preguntan, se despacharán a 35 euros el kilo. Pero recuperar el sabor del pasado y volver a las raíces alavesas, eso no tiene precio.