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La movilización por el cambio climático prende en la Green Capital
Centenares de jóvenes secundan la llamada mundial del 'Friday for Future' y añaden la lucha contra el calentamiento a las causas que defienden
Judith Romero
Viernes, 15 de marzo 2019, 17:32
Hace años que en colegios e institutos se habla sobre la huella ecológica y se conciencia a los jóvenes para que reciclen y sigan un ... estilo de vida más sostenible. Sin embargo, una estudiante sueca de 16 años ha sido quien ha conseguido que dejen sus pupitres y salgan a la calle. Cientos de adolescentes y universitarios se sumaron ayer a las primeras movilizaciones convocadas por el movimiento 'Fridays For Future' en la capital alavesa. Tras una primera concentración al mediodía en la plaza de España en la que decenas de estudiantes protagonizaron una sentada, por la tarde volvieron a reunirse en la plaza de la Virgen Blanca para invitar a sumarse al resto de la población.
«Era obvio que teníamos que venir. Al contrario de lo que dice Donald Trump el cambio climático existe, las especies están desapareciendo y Jair Bolsonaro está deforestando el Amazonas», señalaba Álvaro Aranzábal, uno de los alumnos de Bachillerato que ayer dejó sus clases para expresarse a favor del medio ambiente. Esta huelga escolar fue secundada en más de un millar de ciudades de más de 89 países. En Euskadi la Universidad del País Vasco admitió dos paros escolares de dos horas de duración a petición del Consejo de Estudiantes. De esta manera, pudieron decidir si asistir o no a clase sin temor a perder una evaluación. «Pero además de movilizarnos tenemos que reciclar, ¿Cómo vamos a promover el ecologismo si no damos ejemplo?», apuntaba Uxue Azurmendi, alumna del IES Lakua.
«Aunque Trump lo niegue, el cambio climático existe. Me preocupa la deforestación»
Álvaro Aranzábal (San Prudencio, 16 años)
«Hay que aumentar las multas por vertidos, salen demasiado baratas a las empresas»
Daniela Chavarría (CC. Ambientales, 24 años)
Siguiendo el modelo de las protestas que se repiten a lo largo de toda Europa desde el pasado verano, la mayor parte de los manifestantes no mostró signos políticos durante la protesta. «Queremos visibilizar un ideal común porque es un problema que nos afecta a todos e invitar a los estudiantes, mayores y jubilados a participar, respetar el discurso limpio sin partidos ni siglas», afirmaba Clara Olabarria, miembro de la plataforma contra el fracking Berriztu. De hecho, una pancarta contra el capitalismo fue retirada rápidamente.
«Hemos preparado carteles de todo tipo, uno sobre los animales que se están quedando sin hogar, otro en clave de humor para llamar la atención y otro sobre lo que nos preguntamos cuando estamos estudiando», enumeraba Amaiur Díaz de Garaio, alumna de Egibide Nieves Cano, junto a sus amigas. Mensajes como «El planeta está más caliente que mi 'crush'» (amor platónico), «Podéis engañar a los votantes, pero no a la atmósfera», «¿Para qué estudiar si no tenemos un futuro?» o «No encuentro palabras, sólo plástico», adornaron decenas de pancartas. Eso sí, todas estaban hechas con cartón y materiales reciclables.
Vegetarianos
Estos jóvenes tienen muy presente el año 2035. Es entonces cuando, según científicos de Reino Unido y Países Bajos, la tierra entrará en un «punto de no retorno» a la hora de evitar el calentamiento global. Esta ola verde, apodada también como «el 15-M climático», reclama acciones urgentes para cumplir con los compromisos asumidos en la Cumbre de París en 2015. También se hizo referencia a las prospecciones de gas en Subijana de Álava integradas en el proyecto Armentia-2. «Las empresas piensan que la contaminación es algo que no les afecta, y por eso hay que subir las multas por vertidos a ríos, les siguen saliendo demasiado baratos», reclamaba Daniela Chavarría, estudiante de Ciencias ambientales.
Los encuentros tuvieron un ambiente festivo y estuvieron acompañados por el buen tiempo, pero también hubo momentos para reflexionar sobre las situaciones anormales de frío y calor extremo o las migraciones climáticas. Estas situaciones ya afectan a países como China, Filipinas, Siria, la cuenca del Amazonas o el lago Chad. «Las empresas deben entender que no pueden enriquecerse a costa de cualquier cosa y dejarnos sin futuro», pedía la joven estudiante Yolanda Zorrilla. Como otros muchos de los participantes en las movilizaciones, Zorrilla está en proceso de convertirse en vegetariana. «Es difícil ya que estamos rodeados de productos de proveniencia animal, pero es más sostenible y requiere menos agua», valoraba.
«He dejado de utilizar plásticos, me preocupa que el tiempo cambie de forma tan radical»
Amaiur Díaz de Garaio (NIeves Cano, 16 años)
«Estamos impulsando que se recicle más en serio en el instituto, incluso lo orgánico»
Alain Ramón (IES Lakua, 16 años)
«Intento cambiar mi alimentación para consumir menos carne, no es muy sostenible»
Yolanda Zorrilla (IES Los Herrán, 17 años)
Estos adolescentes y universitarios quisieron dar un tirón de orejas a empresas e instituciones para impulsarles a actuar. Es por ello que la concentración del mediodía tuvo lugar frente al Ayuntamiento de Vitoria. «No basta con ser una Green Capital de boquilla, queremos ver medidas en la práctica», subrayaba Amaiur. Claro que, para algunos, incluso este movimiento para remover conciencias ha dado comienzo demasiado tarde para la Tierra. «¡Llegáis tarde, jóvenes!», gritaba un espontáneo a estos adolescentes agradeciendo su gesto con tono pesimista desde la distancia.
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