La última víctima etarra en Vitoria, borrada
Justicia pidió en marzo el arreglo del monolito de Máximo Casado antes del 22 de octubre, día del 25 aniversario de su crimen. «Estará», promete el Gabinete Etxebarria
Hasta el letrero que anuncia el nombre de la plaza presenta un inusual desgaste. El monolito que honra la memoria de Máximo Casado, la última ... víctima de ETA en Vitoria, se ha transformado en una piedra lisa. Apenas queda rastro de alguna letra suelta que rendía homenaje a este funcionario de prisiones de la antigua cárcel de Nanclares de la Oca. Fue asesinado el 22 de octubre de 2000 con una bomba lapa en el garaje de su casa, en Beato Tomás de Zumárraga, por el 'comando Ttotto' de ETA. Les pasó toda la información un vecino de la víctima, llamado Zigor Bravo, y otro colaborador de la banda, Juan Carlos Subijana.
Un año después, en presencia de su desconsolada viuda y de sus dos hijos, Vitoria le rindió homenaje con la inauguración de esta obra en su memoria. Casado ostenta el triste honor de ser la última víctima etarra en la capital alavesa. Los jardines alrededor de esta piedra ahora vacía se bautizaron con el nombre de este funcionario nacido en León, de 44 años, recordado por los suyos como «jovial, valiente» y que se había convertido «en un vitoriano más». En el momento de su crimen estudiaba «quinto curso de euskera». Antes de esa jornada fatídica había recibido cartas amenazantes, desconocidos dejaron pintadas en las inmediaciones de su bloque y una vez le destrozaron el buzón.
El paso del tiempo y la climatología han desvanecido el texto en recuerdo del funcionario
A 38 días de cumplirse el vigésimo quinto aniversario de su asesinato, la roca luce lisa. Apenas queda un puñado de letras legibles del texto original. Éste decía en castellano y euskera; «En memoria de Máximo Casado, que dio su vida por la libertad».
En marzo, el Departamento vasco de Justicia -responsable de las prisiones vascas- realizó una petición oficial al Ayuntamiento de Vitoria para que reparase el monolito. Rogó que el arreglo estuviera listo «para el 22 de octubre». El desgaste de la piedra, subrayan las fuentes consultadas, se debe al «paso del tiempo y la climatología principalmente». Y quizá a que en este tiempo jamás se ha revisado su estado.
Un cantero de Cantabria
El monumento sigue igual. Desde el Gabinete de Maider Etxebarria aseguran que «estará lista» para esa fecha redonda. «Todo está encargado con el objetivo de que esté lista para el aniversario. Se ha pedido una placa nueva y el monolito lo tiene que terminar un cantero de Cantabria al que se le ha hecho el encargo», resume un portavoz oficial del Gobierno local. También se cambiará el cartel que da nombre a la plaza, situada entre el hospital Txagorritxu y el Seminario.
Hace tiempo que el Consistorio ya cambió la placa en la acera de Beato, en el marco de una renovación de estos distintivos tras un reportaje de EL CORREO en la que se dio eco a las asociaciones de víctimas del terrorismo etarra.
Respecto al monolito, fue «un ciudadano comprometido» que pide el anonimato quien alertó a Justicia. Mientras, en Zaballa -la cárcel que sustituyó a la de Nanclares de la Oca- «Máximo sigue muy presente», aseguran antiguos compañeros . Varios mantienen «contacto» con Conchi, su viuda, y sus hijos. «Se volvieron a León. Ella jamás se repuso».
Algunos de estos exfuncionarios han convivido con los asesinos de su amigo. Cinco etarras fueron condenados por este crimen. Primero, los chivatos Bravo -en tercer grado desde mayo- y Subijana -al que la Justicia ha suspendido hasta en tres ocasiones la semilibertad otorgada por el Gobierno vasco-. De los autores materiales -José Ignacio Guridi, Asier Arzalluz y Aitor Aguirrebarrena-, dos siguen presos y el último sólo duerme en la cárcel desde junio. El ideólogo del atentado, Xabier García Gaztelu, 'Txapote', está interno en Zaballa, donde está apuntado a «yoga y bertsos», entre otras actividades.
«Estos iban a lo fácil. En este caso lo tenían chupado con un informador en su mismo edificio y otro en la cárcel. Pudieron poner la bomba lapa sin riesgos», resume un amigo de Casado ya jubilado. «Es duro coincidir con ellos. Cuando el Gobierno de Pedro Sánchez los acercó se habló con Lakua (Gobierno vasco) para mandarlos a Basauri o Martutene», confía otro exfuncionario.
Al final se quedó 'Txapote'. «Él pensaba que iba a ir a Martutene. Sin embargo, una sentencia le impuso una orden de alejamiento de San Sebastián y tuvieron que dejarlo aquí. Este hombre es más frío que un témpano de hielo. No muestra ni un atisbo de arrepentimiento. Tiene una actitud hasta prepotente», aseguran desde Zaballa.
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