Misterios por palabras

Pero Jesús María Sáez lo consigue a través de la autoedición con Amazon, que completa con una correctora profesional, una responsable de portadas, su grupo de «lectores 0» que le fiscalizan al detalle y sus propias aportaciones como maquetador. Con este equipo construye mediante palabras intrigas de espionaje y acción –como 'Siberia' o 'Kazajistán'– o misterios policíacos de tintes tan siniestros como este de 'Pandora', que retrata los sórdidos entresijos de la más oscura cara de Internet, con la pornografía infantil.

Las víctimas y los pederastas aparecen retratados ya desde los inicios. Hay una introducción basada en una entrevista televisiva con una joven rusa, que «refleja perfectamente qué es esto», asegura Txusmi Sáez. «Una amiga la tradujo del ruso y con la filóloga que me asesora le dimos vueltas para mantener en lo posible el original, pero evitando giros incorrectos. Lo que peor llevaba ella era que se filtrara el asunto de las fotos y vídeos, y que la vieran familia y amistades la llevó a intentar suicidarse», detalla el escritor.

Con las restricciones de movilidad por la pandemia, optó por «crear la ficción en un sitio que conozco de maravilla, San Sebastián». Allí presenta enseguida páginas con un profesor corrupto, un asesino implacable y una investigadora de la Ertzaintza, Maialen Guevara. Pero este apasionado de Rusia no olvida incluir una trama relacionada con aquellas tierras. Aunque es desde Madrid de donde Sáez se trae al País Vasco a una pieza clave del libro, la detective Lorena Fernández. Tanto su carácter desenfadado como su personalidad abierta y expansiva contrastarán con la de Guevara «que en general es más sota, muy vasca. Vive para su trabajo y mantiene su relación como por inercia».

Y no es ningún 'spoiler' que se va a sentir atraída por la madrileña. Tanto como le llaman la atención el arte y las esculturas de hierro, desde el emblemático Peine de los Vientos de Chillida al Guggenheim o los cubos del Kursaal. «Tanto el problema de la pederastia como la integración del colectivo LGTBI están en el fondo de la novela», apunta el autor.

Sáez explica que su manera de construir las tramas es, en general, con el tejado ya firme. «Lo primero que tengo que tener es un final claro», como le sucede en el caso de proyectos como 'Moscú', con la que cerrará su Trilogía del Este. En ella volverá la asesina Masha y el investigador Javier Galarreta también asomará en sus páginas.

Esos personajes, como los de 'Pandora', «pueden tener algo de mí, pero no me representan. Los creo en función de la escena en que los vamos a ver: en cada tramo, a medida que avanza la historia voy repartiendo detalles, dosificando la idea de cómo son», expone quien considera a este último su mejor libro. Si quieren comprobarlo, el miembro de la asociación de escritores alaveses Krelia, que distribuye sus obras en txusmi@txusmi.es, tiene ejemplares en las librerías Ayala o Cedro.

Pero ya es suficiente. Conviene que otras cosas queden en el misterio. Como aquello de las letras de las canciones con mensajes añadidos. Tal vez Joaquín Sabina, Mecano o La Oreja de Van Gogh tengan algo que aclarar. O que declarar.