56 metros de caída libre, 200 años de Echezarra y tres bronces para Fernández
mEMORIAS DE EL CORREO ·
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1980
Juan Fernández, tres veces forjado en bronce mundialista
No una ni dos sino tres fueron las veces que Juan Fernández, ciclista granadino formado y afincado en Vitoria, se hizo con la medalla de ... bronce en el Campeonato del Mundo de ciclismo en línea (ruta) para profesionales. Siempre hubo dos corredores que se le adelantaron en la meta, pero su perseverancia, su idilio con la prueba de un día más sobresaliente del calendario, le recuerdan como uno de los ases del pedal español de todos los tiempos pese a la negación del oro. Ya en su segunda participación mundialista, con solo 23 años, Fernández comenzó a forjar su leyenda. Fue en Sallanches (Francia), en los Alpes, el 31 de agosto de 1980, en el Mundial más épico y desafiante. Entre la lluvia, las veinte ascensiones a la Côte de Domancy y las pendientes de hasta el 15%, lo terminaron solo quince de los 107 inscritos, entre ellos el alavés. Aquella mañana al pie del Mont Blanc, Bernard Hinault arrasó con el pelotón. Giambattista Baronchelli llegó a 1.01 minutos del francés y Juan Fernández, a 4.40, sorprendió a otros seis en el esprín por el tercer puesto. «Jamás he sufrido tanto», confesó entre calambres, con la vista nublada, el vitoriano, que meses antes había ganado el Campeonato de España. En la foto, de izquierda a derecha, Baronchelli, Hinault y Fernández. Ya en el final de su carrera, el vitoriano repitió bronce en Villach'87 y Ronse'88.
Y aquel año...
La fijación en el tejado de la Casa Consistorial del escudo de Vitoria remató el 3 de septiembre de 1980 la restauración del edificio y de la plaza de España iniciada en 1971. Se emplearon quince días para ensamblar en lo alto las piezas de la escultura obra de Aurelio Rivas. Esculpida en mármol blanco de Tarragona, muy resistente y duradero, pesaba cinco toneladas y media y medía 4,15 metros de altura.
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1996
Echezarra o 'la casa de Napoleón', más de dos siglos en pie
En una Vitoria propensa al derribo fácil, son excepción también los edificios civiles con cierta historia entre sus cuatro paredes que siguen en pie después de los siglos. Demolida por dentro en 2006 pero al menos respetada y rehabilitada su fachada, la casa Echezarra, en portal de Castilla, se mantiene sobre sus cimientos desde que la mandó construir el banquero local Josef Perfecto Fernández de la Cuesta en la segunda mitad del XVIII, a las afueras de la ciudad, en el entonces camino real de Madrid. Habitada por última vez por Javier Postigo, que la desocupó en 1995, la casona lleva ahí más de dos siglos, ahora reluciente, integrada en un complejo de apartamentos tutelados. El Ayuntamiento la cedió en diciembre a Euskaltzaindia durante 25 años. Se la conoce por 'la casa de Napoleón'. En sus estancias se hospedó por deferencia de Cuesta el emperador francés entre el 5 y el 9 de noviembre de 1808 después de sufrir la derrota en Bailén, en la Guerra de la Independencia, y para rearmar su estrategia militar y socorrer a su hermano el rey José I, que dirigía la Corte desde el vitoriano Palacio de Montehermoso. Cuenta la historia que se alojó en ella en busca de tranquilidad junto a su estado mayor, veinte mariscales y oficiales. 'Hic Napoleo I imperator habitavit. Anno MDCCCVIII' -'Aquí habitó el emperador Napoleón I. Año 1808'- se puede leer sobre una de las ventanas.
Y aquel año...
Vitoria, con su alcalde José Ángel Cuerda, participó en la conmemoración de los 700 años de la Hermandad de las Marismas el 4 de mayo de 1996 en Castro Urdiales. Sin puerto pero interesada en disponer de una salida al mar para los productos que llegaban de la Meseta, la capital integró tan curiosa alianza con las villas marineras de Bermeo, Castro, Getaria, Hondarribia, Laredo, San Sebastián y Santander.
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1997
La impresión de saltar desde 56 metros sobre la plaza de los Fueros
Hay que estar sobrado de atrevimiento y tal vez tocado por un punto de locura para saltar a plomo, algunos en picado, desde 56 metros sobre la plaza de los Fueros en Vitoria. Uno se lanza tan pancho al vacío desde lo alto de una pequeña plataforma a modo de grúa, sujetado a ella por una cuerda con arneses, y se deja caer entre sensaciones suicidas encima de una maqueta de piedra de Porriño. A vista de pájaro tan coqueto rincón es eso, una reducida representación de un amplio espacio urbano con su graderío, frontón, carrejo y ese laberíntico mapa de Álava que esconde en sus entrañas la escultura de Chillida en homenaje a los Fueros vascongados. En la fotografía se aprecia cómo se precipita sobre el suelo un valiente de las varias decenas de ellos que probaron con una actividad de riesgo y aventura llamada 'goming' el día de Santiago de 1997. Liberaron adrenalina para meses. Todo estaba bajo control, a decir verdad, desde la soga, las sujecciones que aseguraban al saltador y los monitores que no perdían detalle, unos desde la plataforma superior y otros, en la colchoneta inferior esperando al hombre-pájaro. No faltó público, como de costumbre, cuando se trata de desafiar a la gravedad y otras leyes de la naturaleza. El 'goming' necesita de una cuerda de material elástico que se estira. En la caída se produce una desaceleración y un rebote al llegar al punto final.
Y aquel año...
La Diputación Foral de Álava inauguró y abrió al tráfico el túnel de las Conchas de Haro el 19 de junio de 1997, en la N-124, la carretera de Vitoria a La Rioja, después de más de cuatro años de obras y dieciocho meses de retraso. Con el paso entre las rocas y la corrección de la variante, algo más de kilómetro y medio sinuoso, junto al río Ebro, se eliminó uno de los puntos negros de la red viaria alavesa.
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1995
Desayuno de trabajo del obispo Asurmendi en el convento
Después de misa, a eso de las nueve de la mañana, se contentó con un racimo de uvas y un café con leche por aquello de mantener a raya el sobrepeso, aunque las hermanas Brígidas, con toda su humildad, también le sirvieron mermelada, pastas, bollería y otras frutas que agradeció pero no degustó. Miguel José Asurmendi (Pamplona, 1940-ibídem, 2016), obispo de Vitoria desde el 4 de noviembre de 1995, visitó a la congregación de clausura de la calle Vicente Goicoechea al mes de su toma de posesión como pastor de la diócesis. Fue el suyo un desayuno de trabajo, con él a un lado de la reja y ellas, trece monjas, al otro del locutorio, hablando de sus cosas, una conversación espiritual, amena y ocurrente. Acabado el encuentro, el sacerdote siguió con su apretada agenda, que incluía entre otras tareas el aprendizaje del euskera. El salesiano, antes obispo de Tarazona, renunció al gobierno pastoral vitoriano en enero de 2016 y fue sustituido por el actual, Juan Carlos Elizalde. En agosto, Asurmendi moría en Pamplona.
Y aquel año...
El Corte Inglés abrió a la clientela vitoriana el 15 de diciembre de 1995 en el centro comercial que hasta hace poco había ocupado Galerías Preciados en la calle La Paz. Pese a la gélida mañana, a pocos días ya de la Navidad, cientos de personas esperaron expectantes a la apertura del gran almacén.
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1984
Un desprendimiento de roca bloquea la carretera de Herrera
Un imponente trozo de roca, de unas quince toneladas de peso, y otros tres más pequeños se desprendieron de la ladera del monte y cayeron sobre la carretera del puerto de Herrera, la A-2124, entre Peñacerrada y el cruce de Leza, en el paraje conocido como la 'cuesta de las Churdinas' al amanecer del sábado 12 de mayo de 1984. La circulación de vehículos se interrumpió de inmediato y durante todo el fin de semana el tráfico con dirección a Laguardia se desvió por el puerto de Ribas de Tereso para enlazar con la N-232 a la altura del cruce de San Vicente de la Sonsierra. En el lugar del percance, los Miñones alaveses pudieron comprobar que el gran tamaño y peso de las piedras caídas hacían imposible su retirada con la simple utilización de excavadoras y camiones, así que se apostó por la voladura controlada de los bloques mediante el empleo de pequeñas cantidades de explosivo. Ingenieros de la Diputación y agentes del cuerpo de policía foral supervisaron las operaciones de detonación y retirada de los restos hasta la reapertura de la carretera al tráfico rodado dos días después.
Y aquel año...
El 20 de mayo de 1984, el Ayuntamiento de Salvatierra sometió a consulta popular la denominación del municipio y su modelo de policía. Con una participación del 35% del censo (2.800 vecinos), más de la mitad de los votantes (500) se decantaron por mantener el nombre de Salvatierra y 547 apostaron por la Ertzaintza.
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