La marea arcoíris llena Vitoria de Orgullo

La marcha, poblada de un público de amplísima mayoría joven, ha atravesado puntos neurálgicos de Vitoria como la calle Dato, la calle Paz o la calle San Prudencio para terminar desde el mismo punto desde el que ha partido: la Plaza de la Virgen Blanca.

La guerra al 'pinkwashing' -que es el término con el que se define en inglés a la asociación de las empresas a la causa LGTBI como lo que el colectivo define como blanqueamiento- ha protagonizado buena parte de las soflamas de los manifestantes, con cánticos como 'Harrotasuna ez dago salgai' o 'Gure koloreak ez dago salgai'. La cabecera de la manifestación la lideraba una pancarta donde se podía leer 'Apur dezagun zistema. Stop Pinkwashing' ('Rompamos el sistema. Stop Pinkwashing').

Las pancartas, además, se han centrado este año en la lucha contra la homofobia y contra el auge de los partidos de extrema derecha. Se han dejado ver lemas como 'Su amor no hace daño, tu odio sí' o 'La vida es muy corta para esconder que no te gustan las mujeres' y se han coreado cánticos como 'Guapa, lista y antifascista'. También ha existido una referencia para la guerra de Israel contra Palestina, con decenas de banderas del Estado palestino -reconocido por el Gobierno central hace tan sólo unas semanas- y pancartas mostrando el apoyo del colectivo al pueblo repartido entre Cisjordania y Gaza.

Entre los manifestantes ha habido muchos adolescentes. Es el caso de Sara Elisabeth Rodríguez y Sofía Montalvo, que ven el Orgullo como una ocasión para «expresarse y hacer lo que uno siente sin que le importe la opinión de los demás». Aunque llevan poco tiempo en Vitoria, dicen de la capital que es «una ciudad con una mentalidad muy abierto».

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Más mayores son Alejandra Lucio y Lucía Fernández, que llevan muchos años juntas. Y también más escépticas: «Aún hay homofobia. En el trabajo, por ejemplo, pueden no decirte nada, pero te miran diferente», sentencia Lucio. «Hoy en día no puedes decir abiertamente que eres gay, que eres lesbiana o que eres bisexual», corrobora Fernández.

Alejandra es italiana y ve con «preocupación» al gobierno de Meloni, pero cree que «los políticos no hacen lo que deben» y que «hay muchas personas que votan a partidos como el de Meloni por desesperación, por elegir el mal menor». Tras la manifestación, representantes del movimiento LGTBI han procedido a la lectura de un manifiesto en defensa del colectivo y contra la homofobia.