«Una letra puede calarte y llegar a ser un discurso vital»

- Es ya el tercer año consecutivo en el que comparten tablas en Venta la Estrella con I Think Soul. ¿Es una nueva tradición?

- Ja, ja. En mi caso, vuelvo a casa por Navidad, como el tópico. Hace dos años presentábamos 'Heart & Guts', el pasado nos pilló por aquí y ahora venimos con el nuevo, 'Jab'. Yo creo que a Juan (Uriarte) le gusta la combinación con I Think Soul, ja, ja.

- Otras tradiciones no son tan buenas, como el amor tóxico...

- Ja, ja. No son buenas, pero cuando buscas temas para las canciones, 'Toxic Love' me pareció divertido. Vicariamente, en tercera persona.

- ¿Diría que 'Jab' es un disco en doce asaltos?

- No lo había pensado, pero es un combate de doce asaltos con temas casi todos de tres minutos.

- Y desde temas más vaqueros o fronterizos hacen todo un paseo por el sonido americano.

- En realidad, siempre hemos transitado esos caminos, de forma más evidente o más tácita. La verdad es que hemos ido hacia ahí de una manera bastante natural, seguramente por las circunstancias: como es un disco compuesto y grabado rápido han salido las cosas que los cinco tenemos claras. Cuando hemos tenido más tiempo, quizás hemos divagado más o le hemos dado más vueltas. Y al hacerlo así, las influencias más evidentes y los sonidos más interiorizados han salido de forma inmediata. Aunque hay ritmos de batería basados en los inicios de Korn, tenemos un sonido clásico, guitarrero, de Gibson y Strato.

- ¿No hay que olvidar el homenaje al maestro Diddley en 'Hey Bo!'?

- Claro, 'el Originador'. El ritmo hambone lo hemos tocado muchas veces en versiones de mucha gente, por supuesto en canciones de Bo Diddley como 'Mona' o muchas otras. Y decidimos hacer uno que hablara sobre él. Salió muy natural, también.

- ¿Cuánto cree que se pierde el público que no sabe hablar inglés?

- Ay, amigo. Es que yo soy una persona que hace letras y que desde los 12 o 13 años vivía pegado a un diccionario Vox. Ahora está hasta mal decirlo, ja, ja. Y cogía los vinilos de mi tío o de mi padre y trataba de traducir a Dylan o a Springsteen. Evidentemente, me perdía mucho, pero siempre estaba interesado en lo que me decían. Por otro lado, me parecía sorprendente y casi mágico que mi padre, mi tío o mucha otra gente que no sabe inglés oiga 'The River' o 'Blowin' in the Wind' y les siga enamorando y emocionando. La música tiene ese poder.

- Así es.

- Claro que te puedes venir abajo si entiendes la letra y te dicen una tontería o calarte hasta el punto de convertirse en un discurso vital para ti. Siempre hemos intentado cuidar las letras y están en la web, traducidas. Intentamos ser accesibles.

- ¿Dónde sitúa a la banda ahora?

- Vamos camino de los 14 añitos tocando juntos, en mayo. Es una banda adulta, con bastante camino hecho, con perspectiva de seguir y con cierta sabiduría, aunque estemos donde estamos. Como la gran mayoría de las bandas que nos gustan, estamos en la trinchera de la música. Y con ganas de seguir dando guerra, aprovechando la experiencia que tenemos. Al menos, a los 15 llegamos. Creo. Ja, ja, ja.

- Ha hablado de las ramas del blues. ¿Cómo ve hoy los frutos en ellas?

- Siempre he sido un poco suspicaz con el blues como estilo raíz. Lo miro desde el amor como melómano pero siempre me ha parecido un estilo reacio a la evolución. Intentamos llevarlo a diferentes sitios, que no es tan fácil ni estamos inventando nada. Hay bandas como Tedeschi Trucks que como concepto es donde debería estar el espíritu, o experimentos como los franceses Scarecrow, rapeando. Me gustan mucho Larkin Poe, pero luego Keb' Mo' y Taj Mahal se marcan un discazo o sale Ben Harper con Musselwhite... hay un espectro muy grande en torno a este folk afroamericano.

- ¿Hay conciertos puristas que no salen de una sucesión de tributos?

- El público del blues, en general, es un poco reaccionario a esas propuestas. Esto no pasa con el jazz, hay una curiosidad que me gustaría ver en el blues. No me apetece ver una sucesión 'shuffle-slow-rumba', por muy buenos que sean. Tiene que gustarte mucho.

- Jorge Ilegal llegaba a cantar «deja de joder la música a los negros».

- Ja, ja. Tampoco estaría mal dicho.