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Deportistas de clubes vitorianos como Gaztedi, La Blanca, Barrundia, Yin Yang, Argitza, Niksquash, Arabako Harria, Corazonistas, Alavés, Béisbol Bravos y Fitness Gasteiz se suman a Kirolean Errespetuz. Igor Martín

Una causa común por el civismo

Arranca 'Kirolean Errespetuz', una iniciativa de EL CORREO con protagonistas del deporte alavés para reforzar el hábito del respeto dentro de las canchas

Viernes, 27 de septiembre 2024, 00:44

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Adultos con las venas del cuello en cuarto creciente que piden cauce ancho donde derramar tanta hemoglobina acumulada. Rostros crispados por unas muecas que proclaman rabias y rencores en cadena. Palabras gruesas que brotan de gargantas incandescentes. Lenguajes corporales que invocan más a escenas bélicas que a tratados de paz. Escenas humanas en sus peores versiones que podemos ver, entre la tristeza y el abatimiento, tantas mañanas de deporte escolar. Padres, madres también, que hieren mediante insultos y menosprecian a través de los gestos en las gélidas mañanas sabatinas de Álava a metro y medio de la banda en el campo de fútbol o al calor relativo de los pabellones colegiales.

La campaña de EL CORREO Kirolean Errespetuz refuerza la promovida por la Diputación Foral de Álava '¡El insultar se va a acabar!' contra los insultos y faltas de respeto en las gradas: https://web.araba.eus/es/deporte

Esbozos gruesos que, dentro del imaginario colectivo, pertenecerían sólo a los espectáculos del deporte profesional. Al menos hasta que las campañas para concienciar a la gente vienen desnudando la nociva asunción de que el estadio es cada fin de semana el vomitorio de tantas frustraciones amparadas en el cobarde escudo de la masa. Aquellos menosprecios sexistas y raciales carentes del mínimo sentido común que incitaban a la gracieta sin humor alguno. Pero resulta que la poderosa llamada de la sangre también traslada la barbarie a las gradas en los partidos que juegan chavales y niñas que viven con entusiasmo la cita del fin de semana antes de arruinársela las propias familias o las ajenas. Presiones desmesuradas en el primer caso, ración de oreja rancia a la plancha en el segundo. Sin olvidar las ofensas y humillaciones arrojadas a árbitros adolescentes.

De ahí que EL CORREO impulse 'Kirolean Errespetuz', una campaña que aspira a dignificar las distintas modalidades físicas, recuperar para todas ellas la educación que nunca debió de ser expulsada con tarjeta roja de la hierba artificial, las canchas de cemento y los parqués. Y, sobre todo, de las tribunas que acogen personal al que sólo le falta, en algunas ocasiones, llegar a las manos. O ejercer el boxeo sin reglas. Nace de este modo una serie de reportajes y entrevistas que recogerán en las páginas de este diario las voces de quienes protagonizan el deporte alavés. En este camino, la Diputación Foral de Álava ejerce de patrocinador principal.

«Hace falta un cambio de mentalidad que transforme el deporte en un entorno más sano y educativo»

Ramiro González

Diputado General de Álava

Técnicos y entrenadoras, actores de ambos sexos, dirigentes… Todo el universo que compone la base de la pirámide en un intento de fomentar el respeto y eludir los comportamientos nocivos. Hablarán quienes tanto deben pronunciar bondades no sólo en las disciplinas mayoritarias. Porque el territorio histórico presume, y razones de peso específico le asisten, de abrazar la actividad física como un activo que viaja en su natural código genético.

El listado de la vergüenza

Falta hace, desde luego. La Diputación elaboró la campaña pasada el listado de la vergüenza, con doce incidencias muy graves y la fecha del 22 de febrero como día maldito en el calendario del oprobio. Y en ese lodo chapotean padres y madres, preparadores, presidentes y hasta menores que han asimilado el reverso de todo. Si el deporte se nutre de los valores, hay chavalería que los arranca desde la raíz por el mal de los vicios fatalmente aprendidos.

La relación incita al desaliento. El progenitor que se lleva a su hija baloncestista mientras llama 'hijo de puta' al entrenador; el que hace un corte de mangas a la jueza de una carrera ciclista alevín; las amenazas al árbitro y la actitud chulesca con el técnico local de las familias visitantes; la barbaridad inquietante del calibre 'voy a ir a por ti, ten cuidado, sé dónde vives' de un directivo al preparador adversario; la xenofobia en carne viva de 'puto moro, deja de llorar'; los aspavientos a su propia hija que culminan con el abandono del encuentro por parte de ella; las felicitaciones del banquillo a sus jugadores por el IVA a devolver de jugar con agresividad; una invasión de campo al término de un duelo; y los chavales golpeando la puerta del vestuario arbitral al término del partido. Retratos de la amargura, fotos demasiado familiares en el más amplio sentido del término.

De algún modo había que acabar con la parte ancha del embudo que absorbía los menosprecios, los rencores y las faltas de respeto como algo consustancial al deporte. De ahí que antes de esta campaña que ahora promocionan EL CORREO y la Diputación, el ente foral ya había tratado de meter la cuña del civismo. Se trataba del proyecto 'Insultar se va a acabar'. Un enunciado inequívoco que alude a levantar la señal del stop frente a las salidas de tono y la barbarie.

«Hay que hacer un 'click' social por el respeto en el deporte. Es un trabajo colectivo en el que podemos participar»

Ana del Val

Diputada Foral de Cultura y Deporte

La máxima autoridad política alavesa elude la tibieza para manifestar en voz alta cuanto la sociedad debería de asumir por definición. «El deporte es una escuela de valores clave para nuestra sociedad, especialmente para las personas más jóvenes». De ahí que Ramiro González incida en «erradicar los insultos y la falta de respeto en las gradas, el primer germen de la violencia». El diputado general apuesta por «un cambio de mentalidad que transforme el deporte en un entorno más sano y educativo». Para ello recuerda las iniciativas del Palacio de la Provincia a través de la cartelería, las campañas de concienciación y hasta un protocolo que incluye la suspensión de partidos en el caso de los ambientes irrespirables. Por todo ello,

González solicita las adhesiones a esta forma de nutrir la base de la pirámide. «La clave es la participación de toda la sociedad» y extiende la mano a «familias, árbitros, deportistas y aficiones» para que se involucren. Para la Diputada Foral de Cultura y Deporte, Ana Del Val, es cuestión de «hacer un 'click' social por el respeto en el deporte, un trabajo en el que todos podemos participar».

Enorme participación

Se trata de un tema mayor ante la necesidad de añadir civismo a las mañanas de otoño, invierno y primavera. Pero, además, por la fuerza contundente de los números. Nada menos que 25.216 personas abrazaron el deporte escolar durante el último curso académico. Casi el 8% del censo alavés desarrolló alguna actividad física amparada bajo el paraguas foral. Un dato que crece exponencialmente teniendo en cuenta las tempranas edades de quienes participan en este sector dentro de una demografía envejecida.

12 incidencias

graves que se registraron desde la Diputación Foral de Álava en el ámbito del deporte escolar

La lista arranca en la categoría prebenjamín y asciende hasta la juvenil de primer año. 12.895 chicos y 8.965 chicas en una proporción porcentual de 59-41. Una marea humana a la que han de añadirse las 3.356 personas correspondientes al cargo mayoritario de técnicos y entrenadores, tareas de coordinación, delegados y árbitros de ambos sexos. Razones sobradas para emprender esta tarea cívica que impulsan EL CORREO y la Diputación Foral de Álava. Una labor de dignidad.

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