
Iñigo Juez | Presidente de Ajebask
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Iñigo Juez | Presidente de Ajebask
«Se anuncian miles de pisos y no se hace ninguno, la única opción es ser flexible con las constructoras»Iñigo Juez (Vitoria, 1986) sonríe cuando se le pregunta por Ajebask. La entidad de jóvenes empresarios que empezó presidiendo en Álava hace dos años es ... hoy una asociación de rango autonómico, con presencia también en Bizkaia y Gipuzkoa. En un momento en el que las juventud lidera las tasas de absentismo y sufre por la crisis de vivienda, Juez pide que el debate sobre el mercado inmobiliario deje de ser un «arma arrojadiza» entre la clase política y no oculta su malestar con la Ley de Vivienda.
- Euskadi lidera las tablas de absentismo a nivel nacional y los jóvenes duplican en bajas a los mayores de 55 años. ¿Qué está pasando?
- Había una teoría sobre el alto absentismo de Euskadi que decía que había una población ligeramente más envejecida y que el componente industrial de nuestra economía hacían que esa incidencia del absentismo fuese más alta aquí. Estas cifras han echado para atrás esa teoría. Tenemos que sentarnos y ver el porqué de esas bajas, analizar qué factores hacen que los jóvenes incurran en ellas.
- El absentismo «daña nuestra imagen y pone en riesgo la confianza del grupo Michelin en nuestras plantas», ha dicho David Udakiola, el director de la factoría de Vitoria, recientemente.
- Desincentiva la inversión en Euskadi. Es muy difícil de vender que una empresa de fuera quiera invertir en Euskadi con estas tasas. El absentismo afecta a los costes económicos de las empresas, a la productividad. Desincentiva el emprendimiento, porque la mayoría de jóvenes empresarios somos pymes y no tenemos esos recursos de las grandes empresas para hacer frente al absentismo. Hay que dar con la causa real para ver por qué se están dando estas bajas.
- Se dice siempre que los jóvenes ahora quieren ser funcionarios. ¿No le resulta elocuente?
- Si me preguntas por qué los jóvenes no quieren ser empresarios, hay bastantes causas. En primer lugar, estamos en un territorio donde una parte importantísima de la fuerza laboral trabaja para la administración pública o para la gran industria. Eso ya desincentiva el emprendimiento. Además, las juventud busca, principalmente, un trabajo bien remunerado y seguridad a largo plazo. Esos dos conceptos, por lo menos en los primeros años, no están ligados al emprendimiento. En los últimos años, además, no se ha puesto en valor la figura del empresario, su actividad y la riqueza que genera. Por ello, los jóvenes al final tampoco consideran que sea una opción válida para ellos.
- ¿Qué papel quiere jugar, llegados a este punto, Ajebask?
- En Ajebask fomentamos ese espíritu emprendedor desde edades tempranas en colegios y trabajamos mucho en la consolidación. Nos estamos encontrando jóvenes que plantean emprendimientos de poca magnitud, proyectos no muy grandes en los que existe el riesgo de que el emprendedor deseche la idea si encuentra trabajo. Si llevas dos o tres años y tienes apoyo para seguir desarrollando tu negocio, las posibilidades de supervivencia de la empresa son más altas. Y ahí es donde trabajamos con talleres enfocados a esa consolidación y con una red de jóvenes empresarios que ahora ya alcanza a toda Euskadi.
- Esta semana, la Diputación ha estado en México buscando talento. ¿Cuánto lastra la escasez de mano de obra a nuestras empresas?
- Las empresas necesitan recursos humanos para seguir creciendo y se están encontrando con problemas para incorporar perfiles. Cuesta bastante encontrar trabajadores y esto también está relacionado con el encaje entre la formación de las personas y las necesidades de las empresas. Hay que buscar un mejor encaje, porque tenemos gente bien preparada. No nos podemos permitir que toda esa inversión en la educación de los jóvenes se acabe perdiendo porque no encuentran oportunidades aquí y se marchan a otros sitios.
- ¿Les ofrecemos esas oportunidades?
- Somos un territorio magnífico para que cualquier joven pueda desarrollar su carrera profesional. Lo que tenemos que buscar es que los jóvenes tengan el combo perfecto para satisfacer sus necesidades vitales: unas condiciones salariales buenas, un ambiente social interesante y unas empresas que satisfagan sus necesidades particulares.
- Los políticos están hablando mucho de la vivienda, que es una de esas necesidades de los jóvenes. ¿Se están ofreciendo soluciones al problema?
- Aquí quiero ser categórico. La vivienda se está utilizando como arma arrojadiza en política. Representa la piedra angular del crecimiento de toda la juventud. Es un tema bastante serio como para no frivolizar. En los últimos años se han anunciado miles de viviendas y no se ha construido ninguna. La realidad es que se aprobó una Ley de Vivienda que no sólo no ha tenido los efectos deseados, sino todo lo contrario. Los precios de los alquileres van a subir un 8% este año. No hay experiencia en ningún país de Europa en la que la intervención de los precios de los alquileres haya funcionado.
- Explíquese.
- El problema es de oferta y demanda. En alquiler hay poca oferta porque los propietarios no encuentran la seguridad jurídica para que les salga a cuenta alquilar un piso. Hay fenómenos como la okupación, a los que no hay que quitarle hierro. En venta de casas hay que aumentar la oferta. Y aquí solamente hay una opción, que es construir, ser flexible para que las empresas puedan construir. Hay medidas que también se pueden promover como los avales públicos, los bancos también tienen algo que decir con respecto a la concesión de hipotecas... Pero lo más importante es trabajar con datos objetivos y no usar esto como arma política.
- Vitoria cuenta con suelo y vacantes en sus empresas. ¿No tiene los mimbres para atraer gente y ofrecer vivienda a precios asequibles?
- Espacio hay para poder construir. La cuestión es llegar a acuerdos para poder construir. Al final hay que poner más viviendas a disposición de esa demanda.
- En su nuevo plan urbanístico, Vitoria plantea «crecer hacia dentro». ¿Cómo le suena eso en materia de vivienda?
- Ya hay un proyecto bastante avanzado. Por lo que sabemos, esto no está contemplado. Tampoco posibilidades como construir en los bajos comerciales. El problema es de falta de espacio para construir. En Vitoria tenemos solares categorizados como terciarios en los que se podría construir vivienda y no se está haciendo. Quizás deberíamos cambiar las prioridades y ahora, que sabemos que la vivienda es una emergencia, centrarnos en eso. El Plan General, desde mi punto de vista, se queda corto en este aspecto.
- Los recargos fiscales por vivienda vacía, ¿contribuyen a solventar el problema?
- Las subidas de impuestos, sean en la categoría que sean, siempre desincentivan. Una persona que no pone su piso en alquiler lo hace porque considera que existen más motivos para no alquilar que ventajas. Subir los impuestos para que se pongan más alquileres es algo que no creo que consiga el efecto deseado.
- Otro tema de debate en torno al Plan General es el suelo industrial. Tenemos todos los polígonos de Vitoria prácticamente llenos.
- La industria del mañana va a ser muy intensiva en el uso de espacio. Estamos hablando de megafactorías, grandes centros de datos... No promover suelo industrial es no conocer el futuro de la industria. Es un ataque a las políticas industriales que ha mantenido Álava y Euskadi prácticamente desde el siglo XIX.
- ¿Cómo ve al comercio vitoriano, por dónde puede mejorar?
- El comercio está pasando por unas horas bajas en los últimos años. La mayoría de los bajos en las calles principales están vacíos y buscando inquilinos. Hay instituciones que se han sacado fuera y hemos tenido una competencia de centros comerciales en las afueras que también han desnutrido el centro. No hay mes en el que no veamos que una firma se marcha del centro de Vitoria. Estas empresas buscan una relación venta-coste y los precios de los locales no ayudan a que salga rentable un comercio en el centro de Vitoria. Hay unos factores que nos han llevado a este punto y ahora toca ver qué podemos hacer. Hace 20 años, la calle Dato era un hervidero de comercios y venía gente de fuera. Es cuestión de volver a esos viejos hábitos y recuperar ese espíritu.
- ¿Contra quién compite Vitoria?
- Vitoria ya no compite solamente con las ciudades del entorno geográfico, sino con ciudades de todo el mundo. De la misma manera que un joven alavés puede marcharse fuera, Álava tiene la posibilidad de traer talento de fuera. Tenemos que ser atractivos para que las empresas vengan, buscar una ventaja competitiva para que decidan implantarse en Álava y no en otros sitios.
- ¿Ahora mismo tenemos esas ventajas?
- Ahora mismo tenemos que trabajar en ello. Tenemos unas ventajas, pero también es cierto que tenemos la capacidad para tener ventajas que otros no tienen. Si una empresa decide ir a Zaragoza, que no tiene una ventaja competitiva como la fiscalidad que puede tener un territorio como Álava, pues evidentemente algo tendremos que hacer.
- Las diputaciones han presentado una «revisión» fiscal en vez de una reforma. ¿Cómo ve la propuesta de nuestras haciendas?
- Más allá de esa 'revisión', lo que es cierto es que estamos compitiendo con empresas de todo el mundo. Y la fiscalidad es uno de los principales factores para que las empresas despunten en un mercado globalizado. Tenemos las armas. Tenemos una herramienta que es el concierto económico, una independencia fiscal que muy pocos tienen en Europa. Si eres competitivo fiscalmente, tienes muchas ventajas con respecto a otros territorios. Eso es en lo que nos tenemos que enfocar. En el último año hemos visto un ejemplo clarísimo de competitividad fiscal con los incentivos al cine. ¿Por qué no seguimos ese ejemplo para otros aspectos? Creo que es una buena vara de medir y demuestra que, siendo competitivos fiscalmente, podemos atraer actividad y valor.
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