El grupo Otua invierte 25 millones en su nueva planta de reciclaje de residuos de metal en Legutiano
La firma, que cuenta con tecnología de última generación para la separación de metales, destinará otros 13 milllones de euros a otra línea para el tratamiento y reutilización de plásticos en sus instalaciones del polígono de Gojain
El grupo Otua, compañía dedicada al sector del reciclaje industrial, acaba de estrenar en sus instalaciones del polígono industrial de Gojain, en la localidad alavesa de Legutiano, una nueva planta de separación metales a la que ha destinado una inversión de 25 millones de euros. Una nave dotada con «la más avanzada tecnología de última generación en el ámbito de la separación de metales, capaz de separar mezclas metálicas complejas en un proceso automatizado y configurable», según han detallado los responsables de la firma en una visita este miércoles junto a la consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia.
A está nueva instalación se sumará otra línea productiva más «en un corto plazo» que estará centrada en el tratamiento de los plásticos para su futura valorización que posibilite su reintroducción en los mercados transformadores, «el siguiente gran reto industrial del grupo». En este caso el grupo aportará 13 millones de euros de inversión, con lo que sumando las dos líneas hará un total de 38 millones. Todo ello abarcará una superficie de explotación industrial de 30.000 metros cuadrados.
La compañía, que inició su andadura empresarial en 1974, trata al año más de 500.000 toneladas de residuos, de los que logra valorizar un porcentaje anual medio del 52%, «generando así materia prima que vuelve al mercado industrial, y haciendo realidad el lema de la economía circular». El grupo engloba actualmente a diez sociedades industriales y de servicios conexos, con un total de 13 plantas productivas ubicadas en Álava (en el polígono industrial de Goiain) y Bizkaia (Igorre). La firma ocupa más de 250.000 metros cuadrados de suelo industrial y emplea a unas 400 personas de forma directa y alrededor de 2.000 de forma indirecta.
Las diferentes instalaciones de la compañía están especializadas en el tratamiento de diferentes flujos de residuos complejos y logran así reintroducir en el mercado materias primas metálicas secundarias, completando la gestión de residuos desde la reducción de tamaño y separación de materiales entre sí hasta, por ejemplo, la obtención de aluminio aleado en la refinería de aluminio.
Tanto la labor en el campo de la economía circular como el esfuerzo inversor de Otua han sido ensalzados por parte de la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, durante un recorrido por las nuevas instalaciones, quien ha ratificado el compromiso del Ejecutivo autonómico por este ámbito de la economía. «Euskadi tiene un recorrido de más de 20 años de trabajo en economía circular, que le sitúa como un referente especialmente en la industria», ha destacado. En la actualidad en Euskadi hay «alrededor de 240 empresas industriales, 177 de las cuales son pymes, que están ya aplicando prácticas o modelos circulares».
La economía circular en la comunidad autónoma supone el 1,12% del PIB, con unos ingresos brutos anuales de 764 millones de euros así como 18.463 empleos relacionados con economía circular, es decir, el 2,08% del total de empleo en el País Vasco, ha concretado la consejera. Este valor es «superior» al de España y de Alemania, con un 2,00% y un 1,71% respectivamente. Como ha añadido, Lakua ha subvencionado con 2 millones de euros 66 proyectos de mejora ambiental en la industria vasca.
De hecho, en el presupuesto de este año se realiza un mayor esfuerzo «doblando la financiación de esta línea a 4 millones, y solicitando fondos europeos». El objetivo es «reducir el residuo y transformarlo en recurso o material secundario a través de su valorización».
Residuos
Tapia ha recordado que el Ejecutivo autonómico trabaja en su Plan de Gestión de Residuos 2030 que «permitirá adaptarnos a la normativa europea en materia de residuos», abogando por «resolver la problemática» en este ámbito. Y es que, como ha manifestado, el escenario actual en materia de vertido de residuos no peligrosos, derivado del incidente de Zaldibar, el cierre de los vertederos de Mutiloa y Larrabetzu, y la corta vida útil del resto de instalaciones de este tipo hacen que el reto ambiental prioritario sea la minimización del vertido a corto y medio plazo, para garantizar que «no tenemos que trasladar residuos fuera de nuestra comunidad», y para «reducir» el vertido a niveles mínimos y evitar infraestructuras de eliminación en lo posible.
