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La que iba a ser una nueva relación entre el Gabinete Etxebarria y el Colegio de Arquitectos ante proyectos emblemáticos para Vitoria se resume en ... el caso de la gasolinera Goya a una visita de cortesía al interior de la estación de servicio, cerrada hace ya más de una década. Pronto se cumplirán dos años de la sentencia que dio la razón a estos profesionales frente al equipo de Gorka Urtaran y que obligó a suspender el proceso de contratación del proyecto para convertir Goya en oficina de turismo 'green' y no se ha tocado ni un tornillo. Los arquitectos, a los que también el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha dado la razón, aseguran seguir sin noticias de una reforma que siempre les ha parecido emblemática por la singularidad del edificio de arquitectura moderna.
El edificio
Autores Fue proyectada en 1935 por el arquitecto alavés Luis López de Uralde en colaboración con Francisco Alonso Martos a petición del promotor, Vicente Goya.
Ubicación Cadena y Eleta. Estuvo abierta hasta 2011.
Bien de interés cultural desde 1994 por pertenecer a la arquitectura moderna.
El pasado 9 de diciembre el concejal de Urbanismo, el socialista Borja Rodríguez, anunciaba en el Ayuntamiento que Ensanche 21 se había reunido con representantes del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro para ultimar las bases del nuevo concurso y llegó a decir que se habían hecho «avances importantes» con la perspectiva de licitar la obra a lo largo de este mismo año. Pero el colectivo que preside Pablo Ortiz de Zárate asegura que no ha habido tales contactos. Según relatan portavoces del Colegio, la última acción conjunta fue una visita el 15 abril del pasado año a la gasolinera, en la Lista Roja de Hispania Nostra.
Eso fue tres meses después de que el Gabinete Etxebarria tomara la decisión de que la reforma del edificio que alumbraron José Luis López de Uralde y Francisco Alonso Martos en 1935 volviese a «la casilla de salida». Tras aquel encuentro, los responsables de Ensache 21 quedaron en preparar un nuevo pliego y enviarles el borrador. Ha pasado un año y la ficha no se ha movido. «Tenemos un claro interés por cambiar la hoja de ruta que se ha llevado hasta el momento, seguramente equivocada», decía entonces el concejal provisional de Urbanismo Pascual Borja.
La idea es reconvertir tanto la estación de servicio como el garaje en una oficina de turismo 'green', con alquiler de bicicletas y un espacio para actividades culturales en virtud al acuerdo presupuestario cerrado en su día por el PNV-PSE con Elkarrekin. Y eso es lo que debían proyectar los cinco equipos seleccionados para aquel primer proceso fallido. La delegación en Álava del Colegio de Arquitecto denunció en octubre de 2022 que la sociedad pública Ensanche 21 tenía que haber convocado un concurso abierto de proyectos en el que un «jurado experto» debía valorar su «calidad», al margen de condicionantes económicos. La razón: el inmueble está protegido.
Sin embargo, la sociedad municipal adjudicó el proyecto directamente a un estudio de arquitectos. Tras el fallo judicial, los arquitectos se felicitaban e insistían en un argumento clave: las intervenciones sobre los edificios de esta importancia deben adjudicarse «con la intervención de un jurado experto que valore únicamente la calidad de las propuestas arquitectónicas, y sin considerar otros factores como la baja económica o la experiencia de los licitadores». Aquel fracaso costó más de 68.000 euros a las arcas municipales, según denunció el PP.
Las tensiones entre el Consistorio vitoriano y el colegio de arquitectos venían de lejos. También discreparon con la obra del Teatro Principal y más recientemente han presentado numerosas alegaciones al Plan de Ordenación General Urbana en ciernes que no saben en qué medida se han recogido en el nuevo documento. Maider Etxebarria se comprometió a iniciar un tiempo nuevo en las relaciones del Colegio con el Ayuntamiento, aunque no parece haber prisa.
Así describe el Colegio de Arquitectos esta vieja gasolinera propiedad del Ayuntamiento en su blog. «La estación de servicio y garaje Goya, uno de los edificios más emblemáticos del movimiento moderno, recoge las ideas de modernidad y dinamismo relacionados con las innovaciones en el mundo de los aviones, de los barcos o de los automóviles, que era posible plasmar con los nuevos materiales constructivos, como el hormigón armado, que permite la planta libre, los vuelos de las marquesinas, las ventanas longitudinales y la delgadez de las paredes». Una lona turística que se trajo el pasado año de Fitur oculta su interior.
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