El Gobierno vasco saca a concurso las obras de ampliación del tranvía a Salburua

La extensión de la red del tranvía reafirma la apuesta de las administraciones vascas por este medio de transporte, que salvo en su complicado paso por la calle General Álava –donde genera diversidad de opiniones– ha sido bien recibido por la población de la capital alavesa desde que comenzó a funcionar allá por las Navidades de 2008. El año pasado, en su décimo aniversario, transportó a 8,3 millones de viajeros y fue clave para que la ciudad batiera de nuevo su record en materia de uso del transporte público. De momento cruzan la ciudad 7,8 kilómetros de raíles –los dos ramales de Abetxuko y Lakua hasta la calle Angulema–, y en breve, se supone que en el primer trimestre del año que viene, se sumarán otros 1,4 kilómetros con al extensión hasta la Universidad. La conexión hasta Salburua agregará otros 2,6 kilómetros que además, en su mayoría –en un 95%, según las instituciones– discurrirán sobre el manto verde que también es visible por ejemplo en Duque de Wellington, Bulevar de Euskalherria o el eje Sancho el Sabio-Magdalena.

La implantación del tranvía significará un evidente avance para la movilidad para los vecinos de Santa Lucía y de Salburua, pero también obligará a trastocar de forma inevitable las actuales conexiones de tráfico. El ramal del tranvía discurrirá desde el centro a través de la calle Florida, donde ocupará el espacio de su carril situado más al norte. Pasará junto al cerramiento del colegio Calasanz-Escolapios y tendrá su primer punto delicado para el tráfico en esa rotonda, la que comunica la calle Jacinto Benavente con Florida. La atravesará al igual que hace con otras en Lakua o en Lovaina, lo que junto a la prioridad semafórica de la que goza el tranvía obligará a trastocar la gestión actual de la circulación. Poco después de esa rotonda se situará la primera de las paradas, Santa Lucía.

Siguiendo la marcha hacia Salburua, más cambios. Las dos siguientes glorietas se eliminarán y la tercera, la de la Avenida de Budapest, se mantedrá y será atravesada por el metro ligero. Junto al centro cívico de Salburua habrá una nueva parada –La Ilíada– y justo después se tomará el giro en 90 grados hacia la izquierda parea enfilar el Bulevar de Salburua. En esta gran recta discurrirá siempre por el flanco Oeste de la calle –y no por la mediana, como reclamaron los vecinos– y habrá espacio para dos apeaderos: Nicosia y La Unión, en las inmediaciones de la calle y la plaza que les dan nombre. De ahí, el manto verde del tranvía continuará atravesando la glorieta de la Avenida de Bruselas y girando a la izquierda para atravesar el peatonal paseo del Aeródromo para llegar a Juan Carlos I, uno de los ejes troncales del barrio. Aquí, se detendrá en la mediana, donde habrá que dar cabida a la estación término y al sistema de cambio de sentido de los convoyes.

Toda esta obra civil, informó ayer el Gobierno vasco, obligará a reurbanizar cerca de 70.000 metros cuadrados de espacio urbano, de los cuales solo 22.000 corresponden a la propia traza del tranvía. Se aprovechará, anunció, para crear un nuevo carril bici –en algunos tramos prácticamente paralelo al metro ligero– con una longitud total de 2,4 kilómetros.