585 gatos viven en las calles de Vitoria
Pertenecen a unas 60 colonias y se controlan con campañas de esterilización. El número de gatos domésticos registrados en la ciudad se eleva a 4.265
En Vitoria hay censados 4.265 gatos domésticos, según el Registro de Identificación de Animales de Compañía de Euskadi. Sin embargo, la población de estos ... felinos es mayor porque no todo el mundo pone el 'DNI' a su mascota y porque en ese número tampoco están incluidos los callejeros. En este grupo de 'buscavidas' se contabilizan unos 600 animales más.
Desde hace unos años, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un programa de control de la población felina en la capital alavesa. Según el Grupo Alavés de Defensa y Atención a la Naturaleza (Gaden) hay entre 585 y 628 gatos entre las 60 colonias que han localizado distribuidas por distintos puntos de la geografía urbana. Desde 2016 este colectivo se encarga de registrar y controlar los grupos de gatos callejeros mediante su esterilización. Este año han vuelto a renovar su convenio con el Consistorio, valorado en 45.000 euros, 15.000 más que en 2021.
Tras seis años, ya han esterilizado a 1.332 animales –290 de ellos el año pasado– y han conseguido que se adopten otros 186. Esto prueba que la fiabilidad de los censos es orientativa, pues los gatos callejeros podrían ser algunos más, ya que ni todos los animales se registran ni todos se eliminan cuando mueren. En el caso de los perros, la estadística es más fiable porque los dueños deben a ponerles chip. En el registro del Gobierno vasco figuran 31.657 canes domésticos en Vitoria.
Así, mientras la población canina está más controlada, para evitar que la felina no experimente un incremento indeseado, Gaden apostó por registrar a las personas que, dando de comer, permiten que sus colonias subsistan. En 2018 organizaron unos cursos y hoy ya son 82 los voluntarios que colaboran con la asociación para estre cometido. El 80% de sus miembros son mujeres, como Marixa Corcuera. Llevaba 10 años dando de comer de noche y a escondidas hasta que conoció el proyecto. «No me lo pensé, es un trabajo muy necesario», afirma.
«Antes podían ser multados por la Policía. Ahora tienen un carné que les autoriza a alimentarlos sin exponerse a una sanción», cuenta Andrés Illana, de Gaden. Y aun así se encuentran con situaciones incómodas. «He tenido problemas con los vecinos. Les explico que tengo permiso y no se lo creen», dice Corcuera. Por suerte, la forma de proceder ha cambiado. «Antes el Ayuntamiento actuaba cuando había una queja vecinal. Los atrapaban y los llevaban a Armentia para disgusto de quienes los cuidaban. Ahora hay más consenso», zanja Illana.
«Antes la zona más problemática era el Casco Viejo, ahora solo queda allí una colonia»
A cambio de su labor, Gaden pide a estos 'alimentadores' que los capturen con jaulas trampa para enviarlos a cualquiera de las cinco clínicas veterinarias concertadas para castrarlos y desparasitarlos. «Una vez se alcanza el 70% de gatos esterilizados la población de la colonia comienza a descender», cuenta Illana. El precio de una esterilización para Gaden ronda los 90 euros para las hembras y los 60 para los machos.
Repartidas por toda Vitoria
Estos activistas han dividido el municipio de Vitoria en tres áreas según se ubiquen las colonias en zona urbana, rural e industrial. Así pues, desde que empezaron han localizado 60 solo en la ciudad. Con una media de 10 gatos en cada una, destacan las seis que tienen más de 20 gatos y las 16 de entre 11 y 20.
Pocos barrios se libran de estos vecinos. En la núcleo urbano, donde se han esterilizado más gatos ha sido en Ali (51), seguido de Renfe (32), Txagorritxu (31) y Zaramaga (24). En el área industrial destaca Betoño (64) y en la rural Hueto Abajo (54). Y los trabajos están dando frutos. «Antes el área más problemática era el Casco Viejo. Ahora solo queda sin controlar una colonia a la que no hemos entrado por estar en una casa en ruinas».
En la asociación reciben numerosos avisos de allá donde se observe una presencia inusitada de felinos. «Cuando acudimos al lugar, localizamos a la persona que les alimenta para registrarla y buscamos por donde se cuelan para que los propietarios les hagan más difícil entrar», explica Illana. En el caso de Armentia, ya han esterilizado a 29 animales. Una de las últimas colonias que descubrieron estaba en una fábrica de Betoño donde los trabajadores les daban de comer. «El jefe les advirtió de que dejaran de hacerlo y taponaron los posibles accesos».
La mayoría de dueños opta por castrar, pero muy pocos vacunan
Contabilizar el número de gatos es una tarea complicada. Implantarles un chip podría ser una solución, pero hasta ahora no es obligatorio. «Los propietarios solo llevan a sus gatos al veterinario cuando enferman», dice Marisol Cuenca, del Colegio de Veterinarios de Álava. Asegura que convivir con gatos callejeros suele ser molesto. En primer lugar porque, al no estar castrados, «cuando las hembras entran en celo maúllan fuerte por las noches». Es por esto que «hasta el 90%» de propietarios de gatos esteriliza a sus mininos.Aun así, dice, la mayoría acuden «por alergias, tumores o dolencias relacionadas con la vejez». Los callejeros, además, pueden llegar con enfermedades infecciosas como la rabia, cuya incidencia es testimonial. En Euskadi la vacunación es ínfima. «Las casas ahí también pueden proteger a los domésticos de entrar en contacto con el virus».
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