Las familias alavesas se formarán para retrasar la entrega del móvil a los niños
Fundación Vital organizará sesiones en los centros escolares. Un proyecto surgido tras la iniciativa pionera de Urkide
El uso del móvil entre niños y adolescentes se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las familias: pornografía, contenidos violentos, ideales de ... belleza inalcanzables, déficit de atención, menor capacidad de autocontrol… Consciente de esta situación, el equipo directivo del colegio Urkide de Vitoria diseñó un proyecto pionero que se ha puesto en marcha este curso. Uno de los objetivos principales es retrasar la edad de entrega del móvil a través de un contrato entre las familias y los menores, y cuando ya se tiene fomentar un uso responsable.
Esta iniciativa, dada a conocer por EL CORREO el pasado mes de octubre, generó gran interés entre otros colegios y AMPAS alavesas. Incluso se crearon varios grupos de Telegram divididos por centros para tratar este asunto. También llamó la atención de la Fundación Vital, que ahora acaba de presentar un proyecto para intentar llegar a todos los rincones del territorio. Se trata de 'Reset Eskola', que plantea la actuación conjunta de la familia y la comunidad escolar.
La propuesta formativa se concreta en dos sesiones en los centros escolares. La primera es de sensibilización y está dirigida a profesorado y resto de personal del centro, AMPA y familias interesadas. Su objetivo es doble: dar a conocer los riesgos que está trayendo el uso no responsable de los móviles y transmitir la necesidad de remar entre todos en la misma dirección. «Asustamos y provocamos a los padres», resume Aitor Pérez de San Román, director de Urkide. La segunda sesión está dirigida a las familias a través de charlas-coloquio. Su finalidad es concienciar sobre el problema y facilitar herramientas para mejorar la relación de los alumnos con los 'smartphones'.
Documento de acuerdo
Ambas sesiones se complementarán con la firma de un documento de acuerdo que incluye el compromiso en el entorno familiar (esto incluye a abuelos, tíos...) de retrasar la entrega de móviles lo máximo posible. «La edad recomendada es desde los 14 años», recuerdan desde la Fundación Vital. Si ya cuentan con un dispositivo, el compromiso será para hacer un uso «responsable y controlado».
Cabe recordar que según el último informe de 2022 del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, en España dos de cada diez niños de 10 años ya tienen móvil. Con 12 años la cifra se eleva a dos de cada tres, y con 13, a nueve de cada diez. «Como familias, ¿Qué preferimos, ser salmón o pato? Remar a contracorriente y ser los únicos que no dan un móvil a sus hijos o formar una comunidad que van todos a una?», se cuestiona Pérez de San Román.
Desde Fundación Vital se anima a que cada centro participante revise su normativa para adaptarla y planificar acciones que complementen este plan. Existe también la posibilidad de señalizar el colegio escolar como espacio libre de móviles con la pegatina 'Móvil Free Gunea'. Este iniciativa cuenta ya con una veintena de centros alaveses interesados en ella, seis se han adherido y el resto irá concretando su participación. Se trata tanto de centros públicos como Errekabarri, Adurtza o Aranbizkarra como concertados, como Corazonistas o Nclic. También hay en la listas escuelas rurales como la de Maeztu o Gorbeia (en Zigoitia).
«Con esta propuesta lo que se pretente es crear espacios en los que se pueda hablar, reflexionar y escuchar recomendaciones que faciliten en el entorno familiar y escolar una utilización correcta de estos dispositivos», ha destacado este miércoles Arantxa Ibañez de Opacua, directora de Fundación Vital Fundazioa. «También de remover conciencias y de dar ejemplos como padres», ha añadido.
El caso de Urkide
En Urkide llevan ya unos meses con el sistema de contratos en marcha, y la valoración es muy positiva en la etapa de Educación Primaria. «El 81% de familias de 3º, 4º, 5º y 6º de Primaria han suscrito el acuerdo para retrasar la entrega del móvil lo máximo posible», ha deslizado el director del centro.
En la etapa de Secundaria, sin embargo, la fotografía es distinta. Apenas un 10% de las familias se han adherido a la propuesta que conllevaría un mayor control sobre este tipo de dispositivos. «Parece que es muy complicado revisar el uso que se está haciendo de los móviles y sacarlos de la mesa y de las habitaciones de los adolescentes», reflexiona Pérez de San Román.
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