Fallece 'el Cántabro´, el indigente más querido de Vitoria
Francisco Javier durmió durante años en el kiosco de La Florida. Cada Navidad se vestía de Papá Noel y repartía caramelos a los niños
No pudo cumplir su última voluntad. Porque, en vez de en la calle, exhaló su último aliento en una cama del hospital Santiago. Francisco ... Javier, de 62 años, falleció el pasado fin de semana. Esos datos dejan frío hasta revelar el apodo por el que le conocía todo Vitoria; 'El Cántabro'.
Posiblemente fuera el personaje de la calle más querido. Se ganó esa ternura general al poco de plantarse en la capital alavesa allá por 1988, hace tres décadas ya. 'El Cántabro' era ese señor barbudo que se arrimaba a cuadrillas de jovenzuelos de rondas por el Casco Viejo para ser invitado a un trago. El que, apoltronado en 'su' banco de La Florida, rogaba con su peculiar voz aguardentosa: «¿No tendrás una moneda, joven?».
Aunque para el imaginario vitorianico siempre quedará como el mendigo que cada Navidad se vestía de Papá Noel y repartía caramelos entre los más pequeños. Un Santa Claus políticamente incorrecto, eso sí. «Hace dos o tres años le sacamos varios días seguidos del Belén porque le pegaba a la botella y se quedaba dormido en las cabañas», rememoran con cariño varios policías locales.
«Me conoce todo el mundo»
«Nunca dio un problema serio», atajan los uniformados. Se mostró algo más «revoltoso» con los servicios sociales, que siempre le tuvieron en su red aunque éste volara por libre a la menor oportunidad. En los últimos años, el servicio municipal Hurbil lo acogió en su seno. Por cierto, hasta hace un lustro no se empadronó en la capital alavesa.
Durante años, Francisco Javier plantó su dormitorio en el kiosco de La Florida, parque que en su bicentenario pierde a uno de sus elementos más visibles. «Aquí me conoce todo el mundo, y me ayudan bastante», agradecía en una entrevista que concedió a este periódico en 2015.
Enroscado siempre a un brik de vino o a una lata de cerveza, su salud se había deteriorado mucho. Se sometió a dos operaciones de espalda y otra en una pierna. En los meses preCovid-19 desapareció por sus problemas físicos. Ya entonces corrieron los rumores sobre su supuesto fallecimiento.
Cesaron cuando, en plena desescalada se dejó ver de nuevo por el centro de Vitoria. Más delgado y aseado, pero con gesto cansado. «Lo he pasado mal pero estoy con ganas», dijo entonces con tono críptico. Hasta este fin de semana, que su corazón no aguantó más.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión