El PNV justifica la ruptura con Rioja «porque la controlan las grandes bodegas»
El Parlamento vasco reclama al Ministerio y a la DOC que Euskadi tenga voto, y no solo voz, en los plenos donde se decide la política vinícola
La propuesta rupturista de crear una denominación de origen alavesa al margen de Rioja ha entrado de lleno en el debate político en Euskadi. Y ... cada partido ha puesto sus cartas sobre la mesa. El PNV, cuya dirección en Álava considera «un error» la iniciativa 'Viñedos de Álava' porque supone perder la prestigiosa marca Rioja, justificó ayer la escisión en el Parlamento vasco. En un encendido debate, quien desgranó desde el nacionalismo los argumentos para la ruptura fue una jeltzale joven y riojanoalavesa de Villabuena, Rakel Molina. Censuró al Consejo Regulador del Rioja y atacó su modelo, «que solo piensa en la cantidad» y «en una estrategia recentralizadora», dijo. «Esa homogeneización causa importantes problemas a los viticultores alaveses ya que las grandes bodegas controlan el Consejo», agregó Molina. La parlamentaria llegó a decir que si las bodegas que promueven la ruptura «se sintiesen integradas en la Denominación, no buscarían otras alternativas».
Bajo el paraguas de Rioja –el que no quiere abandonar el diputado general, Ramiro González, ni el presidente del PNV alavés, José Antonio Suso–, «hay 40 bodegas que tienen el 83% de la comercialización y las otras 550 o más se reparten el 20%», criticó la parlamentaria jeltzale, para quien los bodegueros y viticultores alaveses «se la juegan con decisiones que toman otros por ellos». Rioja Alavesa tiene «una singularidad por el clima, el suelo, la forma de elaborar y el modelo de pequeñas bodegas», dijo, a pesar de que es también comarca de prestigiosas y grandes empresas como Riscal, Coto o Faustino. «Eso supone costes de producción más elevados. No se le puede dar la espalda a esa realidad».
En sus ataques al Consejo Regulador, el PNV también dijo que «se extralimita de sus funciones» de proteger, promover, comercializar y controlar la productividad y la calidad el vino. «Invade competencias como la turística, que es exclusiva del Gobierno vasco. El Consejo ha puesto en marcha una estrategia enoturística que trata a Rioja como un todo igual de visitable», añadió.
También desde EH Bildu se lanzaron dardos a la institución que preside el alavés Fernando Salamero. «Su actitud sigue siendo escandalosa, está con un punto de obsesión y bajo unos intereses comerciales, políticos y de las grandes bodegas», señaló Eva López de Arroyabe. A su juicio, «cuantas más denominaciones de origen tengamos, mucha más riqueza de país».
El Gobierno «dinamita» la DOC
'Viñedos de Álava' «crea una nueva alternativa» en la comarca porque «Rioja Alavesa pertenece a quienes viven y trabajan allí, a nadie más. Y quienes mantienen el territorio y los pueblos, viven y trabajan allí y crean economía. No las grandes bodegas que llegan, compran, se quedan con las viñas y venden a precio», abundó López de Arroyabe.
Sin embargo, confrontar con el Consejo no es una buena manera de proceder, en opinión de José Ramón Becerra (Elkarrekin Podemos). La DOC Rioja, con su máximo organismo a la cabeza, «es una marca consolidada y conocida en todo el mundo. Si no se le puede hacer frente, hay que buscar otra vía, la colaboración». En defensa del Consejo también salió el PP, que fue quien llevó al Parlamento el punto que originó el debate; quería que el Gobierno delegara en la Diputación la representación en el Consejo y finalmente salió adelante una propuesta de PNV y PSE para pedir al propio organismo del Rioja y al Ministerio que modifiquen los estatutos de la Denominación y permitan al Ejecutivo vasco tener voto, y no solo voz, en los plenos.
La popular Mari Carmen López de Ocáriz culpó al Gabinete Urkullu de «despreciar» a la Denominación Rioja y «provocar la división y la ruptura». En el caso de 'Viñedos de Álava', «ha cogido un texto de ABRA que no ha pasado por ninguna asamblea, oscuro y que no se sabe quién lo apoya y lo ha elevado al BOE. Es una propuesta que no tiene cara y ojos, bueno sí, los de la consejera Tapia». Este documento «que no sabemos quién lo ha elaborado, que parece que es el propio Gobierno, pone en riesgo 25.000 empleos, la venta de 81 millones de litros o la producción de 2.480 viticultores y la elaboración de 340 bodegas». La iniciativa de ABRA tampoco satisface al PSE, socio del PNV en el Ejecutivo de Lakua. «Aquí sobra ideología política y falta empuje económico y social y unidad de acción. Así surgen iniciativas –en alusión a 'Viñedos de Álava'– que son elementos de controversia y contradición», apuntó Txarli Prieto.
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